La escritura lo tomó por azar a Pablo Carbone, cuando a los 13 años, sin la idea de publicar, solo por el hecho de calmar esos conflictos que aparecen en la adolescencia, escribía pequeños poemas en su colegio.
“Después cayó la lectura de manera fuerte y constante en mí, escritores como Neruda, Borges, Sábato y otros grandes que me hicieron tomar esto mucho más en serio”, explica Carbone.
Los primeros intentos
Así fue como a los 18 años Pablo, después de nutrirse de todos estos autores, decidió participar en un concurso de poesía. “Debió haber sido terrible lo que envié, lo tengo todavía, pero ya eran los primeros síntomas de querer publicar y convertirme en escritor o poeta”, indica el sicólogo de profesión.
Luego de publicar en una editorial cartonera y en una antología de poesía hispanoamericana, Carbone consigue publicar su primer libro en 2009, con La Hoguera. “Cuando publiqué este libro pensé: ‘Ya está, ya publiqué mi primer libro’, y la misma noche de la presentación ya planeaba mi segundo libro.
Ese segundo libro sería El laberinto del musgo, con el que ganó el I Concurso Nacional de Literatura organizado por la Universidad Gabriel René Moreno, en 2011.
La literatura en su vida
“La literatura me salva de la angustia de la vida”, afirma Carbone, que a veces escribe cuando está muy bajoneado y esto lo reconforta. “También conocí gente impresionante ligada a la cultura, a las artes”, agrega.
Pablo es profesor de Literatura en el colegio De la Sierra, tratar de incentivar a sus alumnos el hábito de la lectura es su lucha diaria, también fomentar espacios de cultura en Santa Cruz. “Es la manera de devolver lo que la ciudad le ha dado a uno”, concluye
PERFIL
La poesía como catarsis
Nació en La Paz el 20 de julio de 1980, pero a los tres meses sus padres, Carlos Carbone y Marcela Unzueta, se lo llevaron a Argentina, donde vivió hasta sus 11 años, cuando vino a Santa Cruz. Está casado y tiene una hija. Formó parte del elenco Panicum Teatro. Tiene publicados dos libros de poesía y está escribiendo otro.
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