viernes, 30 de septiembre de 2011

Saludo al Día del Médico y reflexiones sobre su aporte a la literatura

El pasado 21 del presente mes de Septiembre se conmemoró el "Día del Médico Boliviano", expreso mi fraternal Saludo a estos esforzados profesionales del campo de la Medicina, que alivian dolencias de pacientes, anhelo que nuevos descubrimientos en el campo de la investigación de la medicina, aporten con nuevas posibilidades para superar dolencias hasta la fecha incurables.

En la presente crónica deseo abordar un aspecto que siempre me ha interesado y también admirado: ¿Por qué destacados galenos varones y damas al margen del ejercicio de su profesión han incursionado e incursionan con notable éxito en el campo de la literatura, poesía, investigación histórica y otros géneros de la literatura, profesionales que trabajan en la materia o cuerpo humano, qué relación encuentran al combinar este trabajo con la literatura que es esencia, espíritu, creación intelectual intangible? Haciendo una investigación sobre este tema hoy puedo darme la respuesta y trasmitirla a los amables lectores y lectoras de la presente crónica. Considerando que la escritura de diferentes temas constituye una actividad vivencial. Los trabajos literarios, constituyen un campo fértil que permite verter vivencias, pensamientos, y sabemos hoy que el ejercicio de la Medicina influye en ella, en virtud de que la práctica Profesional, al curar cuerpos enfermos, gira en el dolor, el sufrimiento, la soledad, incomprensión, la locura y la muerte y otras humanas vicisitudes, y que las mismas han sido, son y serán, abordadas en novelas, cuentos y dramas, comedias, ensayos, poemas, sobre este particular don Pedro Lain Estralgo decía: "que los móviles del Médico-Escritor era la evasión, la ilustración, la utopía, la denuncia y la redención". A estos conceptos yo podría añadir que el médico trata de curar al paciente, calmar su dolor y tal vez salvarlo de la muerte, al verse en muchas ocasiones impotente de lograr estas mejorías, busca un escape, que alivia su angustia, creando un mundo más placentero a través de su producción Literaria. En Bolivia tenemos honrosos ejemplos de Profesionales Médicos como Escritores, Poetas, e Investigadores en diferentes campos de la Historia, Ciencias, entre ellos tengo sumo agrado en mencionar a los siguientes Dra. Ruth Guillen de Maldonado Pediatra con Especialidades en el exterior. Ex-Directora del Hospital del Niño "9 de Abril" en La Paz, Past Presidente de la Alianza de Médicas de Bolivia". Autora de importantes libros que abordan temas de la infancia, la adolescencia. Poemas que reflejan su exquisita sensibilidad.

Dra. Gladys Careaga de Valda, orureña radicada en Sucre, médico cancerólogo, autora del Libro "Fundamentos del Panamericanismo a través de la Integración

Lic. Roxana Vásquez de Kane, sus vastos conocimientos asimilados en Institutos de Bolivia y del exterior, están acreditados por sus profesiones de Dietista-Nutricionista y Relaciones Humanas. Ha sido Directora de desayuno escolar por zonas. Nutricionista del Hospital del Niño "9 de Abril" del Comedor Universitario, en Venezuela, Dietista del Hospital del Niño y de la Universidad Central. Es autor del Libro valioso aporte de plantas medicinales en Bolivia. Dr. Jaime Martínez Salguero, Bioquímico-Farmacéutico, U.M.S.A. Master en Farmacia Industrial especialidades logradas en Francia, Bélgica y Holanda. Catedrático Universitario durante 35 años formando nuevas generaciones en Farmacia Industrial, Literatura Latinoamericana, Lenguaje, Literatura Boliviana. Es miembro de la Academia Boliviana de la Lengua Correspondiente a la Real Española, Presidente de la Sociedad Boliviana de Escritores. Autor de diversos poemarios que reflejan su espíritu creador. Dr. Harry Trigoso Tapia, destacado Neurólogo quien armónicamente combina su importante profesión con la práctica de la Literatura, especialmente en el campo de la poesía, Ex Presidente de la Unión de Poetas Boliviano-Peruano. Doctor Alfonso Gamarra Durana, Médico Cardiólogo, con residencia en su tierra natal Oruro, cumpliendo importante actividad profesional. Es miembro de la Academia Boliviana de la Lengua correspondiente a la Real Española Acucioso investigador tiene importantes libros sobre temas Mineros y de carácter Histórico que han logrado salvar del anonimato a defensores de la Gesta Heroica del "10 de Febrero de 1781", Dr. Jaime Rivera Morató, Médico General con varios años de trabajo en su Especialidad tanto en Oruro como en La Paz. Recientemente en el desarrollo de la 8va. versión de Ia Feria Internacional del Libro en La Paz, ha presentado su valioso Libro titulado: "Análisis de la Historia de Bolivia a través de casi dos siglos".

Esta interesante dualidad que nos muestra el trabajo material y espiritual literario de los galenos, tiene también honrosos representantes especialmente entre Médicos Españoles, citamos entre ellos a Francisco López de Villalobos,

Ramón de Campoamor, Manuel Pombo Angulo, Arturo Rigel; Santiago Ramón y Cajal,

Gregorio Marañón; Pio Baroja y Jaime Salom entre otros. Cerrando la presente crónica podemos afirmar que: la medicina es uno de los tantos caminos que llevan al Ser Humano al campo Humanístico y la Literatura.

Elsa Dorado de Revilla

jueves, 29 de septiembre de 2011

Cuatro años con 'idehogar'

Se celebró el cuarto aniversario de la revista "idehogar", que ya lleva 42 ediciones y es liderada por su presidente ejecutiva, Maribell Verde Ramo y la gerencia de Yaneth Calzadilla. El festejo se llevó a cabo en el Centro Integral de Eventos Emperador II.

COCTEL. En el evento estuvieron presentes las hermosas modelos de la agencia Estudio A, de Álvaro Hurtado, quienes desfilaron prendas de la tienda Wanabana y de la joven diseñadora, Claudia Karen Román, quien presentó su colección primavera verano. El encargado de cerrar la noche de desfile con glamour y elegancia en trajes de noche fue el conocido diseñador Galo Sánchez.

INVITADAS ESPECIALES. La Miss Bolivia Universo 2010, Olivia Pinheiro, y Catherine Villarroel, ex Reina del Bicentenario de Santa Cruz, también acudieron a la cita, como imágenes de las portadas de aniversario de la revista, entre muchos otros invitados.

CONTENIDO

Entrevistas, salud, cocina y decoración son los temas principales de la revista.

Descárgate el libro INICIACIÓN CINEMATOGRÁFICA de Amalia Gallardo.

Puedes descargarlo desde este link:

http://sites.google.com/site/archivobolivia/Iniciacion_cinematografica.pdf

El premio Alfaguara ya tiene jurado

El Premio Alfaguara de Novela celebrará el año que viene su XV edición, habiéndose consolidado como un referente de los galardones literarios de calidad otorgados a una obra inédita escrita en castellano. Su proyección en todo el ámbito del idioma español ha propiciado una difusión internacional de primer orden, apoyada por la edición simultánea de las obras ganadoras en España, Latinoamérica y Estados Unidos.

Además, los sucesivos Premios Alfaguara han conseguido las mejores críticas en el ámbito internacional, así como otros galardones, que corroboran la calidad literaria de las obras ganadoras. La novela premiada en 2009, El viajero del siglo, de Andrés Neuman, fue galardonada en España, un año después, con el Premio de la Crítica Literaria. Otro ejemplo será Abril rojo, de Santiago Roncagliolo (Premio Alfaguara de Novela 2006), que este año ganó“ el Independent Foreign Fiction Prize, uno de los galardones ingleses más prestigiosos.

Rosa Montero, preside el jurado. El Premio cuenta con un jurado de excepción, formado por escritores y personalidades culturales. Este año, la escritora Rosa Montero será la presidenta del jurado del XV Premio Alfaguara de Novela. Montero nació en Madrid y estudió Periodismo y Psicología mientras colaboraba con grupos de teatro independiente. Ha publicado en diversos medios de comunicación y desde 1976 trabaja en exclusiva para El País.

En 1980 ganó el Premio Nacional de Periodismo para Reportajes y Artículos Literarios.

Un jurado de lujo

El resto del jurado no se hará pública hasta el momento del fallo del galardón. Está compuesto por escritores y agentes culturales

Premio Rodríguez Santamaría al Periodismo

Montero lo obtuvo el 2005 en reconocimiento a los méritos de toda una vida profesional.

Connotada escritora

En 1980 ganó el Premio Nacional de Periodismo para Reportajes y Artículos Literarios.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Virginia Ruiz

Una deportista de élite. La vida de la flamante ganadora del premio de cuento “Franz Tamayo”, Virginia Ruiz, no estuvo siempre sumergida entre fantasías infantiles, libros, hojas, máquinas de escribir y/o computadoras, sino que balones, canchas y pistas de estadios también fueron parte de ella: fue seleccionada nacional en atletismo y voleibol durante su adolescencia y juventud. Hoy, “la vida no te permite seguir con todo esto”, dice entre risas.

Esta paceña de 47 años, de sonrisa fácil y sincera, que lucha desde la infancia contra su timidez, cuenta que la lectura le atraía desde sus años de escuela, cuando era una alumna sobresaliente del colegio Alemán —donde la enviaron a un “curso de corchos, entre los que era más bien floja”—, pero no decidió estudiar Literatura al notar la desilusión de sus padres cuando su hermana —que igual era buena estudiante—, les dijo que su futuro universitario iba a seguir esa carrera.

Fue así que optó por Ciencias de la Educación. Pasaba el tiempo entre las aulas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y las carreras de atletismo. “Allí me di cuenta de que había cometido un error, que debí haber estudiado Literatura”. Eso sí, casada y con el título profesional en su mochila, a los 29 años, emigró a Estados Unidos junto a su esposo, el también paceño y literato Mauricio Souza, donde subsanó lo pasado con una maestría en literatura latinoamericana.

Vivió en Boston y San Luis. Fue profesora de español y también fue entrenadora de voleibol. “Allí era bien boliviana”, confiesa, “conocí a una sociedad de 40 familias de bolivianos, mis mejores amigos; bailé tinku, llamerada… lo que nunca hice aquí”. Tenía la vida asegurada, había cumplido el ansiado “sueño americano”, pero como ella dice, “no pasaba nada”. Y junto a su pareja retornó a su La Paz querida, tras 15 años de ausencia.

Su urbe natal le dotó de remozadas energías y acabó lo iniciado en el país del norte: la obra ganadora del premio: Esperando a los bárbaros. Más aún, el momento que vive, y comentarios de amigos (“me dijeron que ya no me haga la loca, que tome esto en serio”), le han llevado a pensar en dedicarse de lleno a la literatura infantil, sujetada a esa manía obsesiva que la cunde cuando emprende algo. Así es esta paceña amante del fricasé, el jolke y el thimpu, una nueva figura de las letras.

Novela infantil para celulares

El autor británico de historias para niños Terry Deary, en unión con el rapero Chipmunk, producirá una novela que únicamente se leerá a través de teléfonos celulares, a razón de cien palabras diarias, informó BBC Mundo.
La novela consta de 1.500 palabras y lleva por título The Perfect Poison Pill Plot (La perfecta conspiración de la píldora venenosa). Ya pueden efectuarse las descargas de las primeras cien palabras.

domingo, 25 de septiembre de 2011

PRESENTACIÓN | “ALLÁ EN EL RANCHO CHIQUITO”

Carlos de la Torre Müller presentó su libro “Allá en el rancho chiquito”, que relata la historia de la tradicional Cabaña de la Torre.

El acto fue en salones de La Cabaña Apart Hotel, donde se reunieron amigos de toda la vida de los de la Torre Müller.

1. Carlos de la Torre Müller.

2. Patricia y Carlos Vargas, Carlos y María Eugenia Brockmann.

3. Martha Müller de de la Torre, Luchita Ferrufino de López y Charito de Ayala.

4. Jaime Rojas, Gabriela Rojas y María Celia Laserna.

5. María del Carmen y Marcelo Eduardo.

6. Américo Vargas, Mirtha y Roberto Laserna.

7. Basty Gumucio, Kitinga Parada, Javier Cortés e Ilse Ávila.

8. Charito y Arturo Ayala, Anita y Alfredo Hopp.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Presentación del libro “Women´s Club Cookbook”

En el auditorio del Centro Boliviano Americano, Elsa Elliot presentó la cuarta edición de su libro de recetas de cocina "Cochabamba Women�s Club Cookbook" en inglés y castellano, con un importante índice gastronómico. Los fondos a recaudarse por la venta de los libros serán destinados a obras de beneficencia.

Bolivia ya se prepara para feria de Santiago

“El cónsul de Bolivia en Chile confirmó con la Cámara del Libro de Chile la participación boliviana, según el vicecanciller Juan Carlos Alurralde. La ministra de Culturas, Elizabeth Salguero, ya está en contacto con las cámaras del libro de los distintos lugares del territorio nacional para que presenten proyectos y así llevar lo mejor de nuestra literatura. La idea preliminar es hacer presencia con todos los premios nacionales, los de poesía, de novela, de (literatura en) idioma originario, etc.”, dijo Silvana Saavedra, encargada de prensa de la cartera de Culturas.

Bolivia quiere hacer sentir su presencia con lo mejor de las letras nacionales, por ello, la Cámara Boliviana del Libro se halla realizando un plan coordinado con sus organizaciones regionales.

“Ya se cuenta con el compromiso de participar de siete casas editoriales nacionales que son nuestras afiliadas. Éstas son el PIEB, Gregoria Apaza, La Hoguera, Plural, Quipus, Gente Común, Editorial El País y Muela del Diablo.

Seguramente se añadirán más las próximas semanas. Trataremos de llevar otras instituciones que no son editoriales, aunque realizan publicaciones acerca de nuestro país. Queremos llevar a todos quienes escriban sobre el país”, afirmó Navarro.

“Más que hacer presentación de libros deseamos llevar mesas redondas de diferentes temáticas de reflexión”, dijo Jorge Luis Rodríguez, presidente de la Cámara del Libro de Santa Cruz. El stand de Bolivia en la FILSA tendrá a su disposición 100 metros cuadrados.

En la FIL de Venezuela

Bolivia ya fue el invitado de honor de la Feria Internacional del Libro de Caracas (Venezuela) el año 2009.
Ocasión que, por la distancia, no pudo ser aprovechada totalmente; no obstante, según la Cámara del Libro de La Paz, el país fue representado por varias editoriales e instituciones del Estado.

Convocan al Premio Alfaguara de Novela Internacional 2012

El Premio Alfaguara de Novela Internacional abrió la convocatoria para la versión 2012 que cierra el 31 de diciembre de este año y tendrá como presidenta del jurado a la escritora española Rosa Montero.

El éxito del Premio Alfaguara de Novela en estos 15 años trasciende las fronteras del español, como refleja el hecho de que todas las obras premiadas hayan sido traducidas a otras lenguas.

“El ruido de las cosas al caer” de Juan Gabriel Vásquez, obra ganadora en la última edición del Premio, ha sido vendida a editores de la relevancia de Seuil en Francia y Ponte all Grazie en Italia. “El arte de la resurrección” de Hernán Rivera Letelier ha sido comprado por más de diez editores internacionales, entre quienes destacan Mondadori en Italia o Signatuur en Holanda. “El viajero del siglo” de Andrés Neuman ha sido una de las novelas con más traducciones y será publicada por la prestigiosa Farrar, Straus & Giroux en Estados Unidos.

Una de las obras de mayor aceptación internacional fue “Mira si yo te querré” de Luis Leante (2007). Los derechos de esta novela se han vendido hasta ahora en 21 países, entre ellos Inglaterra, Alemania, Brasil, China, Corea, Francia, Italia, Rusia y Turquía.

Desde su primera edición, en 1998, han presidido el Premio Alfaguara: Carlos Fuentes, Eduardo Mendoza, Alfredo Bryce Echenique, Antonio Muñoz Molina, Jorge Semprún, Luis Mateo Díez, José Saramago, José Manuel Caballero Bonald, Ángeles Mastretta, Mario Vargas Llosa, Sergio Ramírez, Luis Goytisolo, Manuel Vicent y Bernardo Atxaga.

Las bases están disponibles en www.alfaguara.santillana.es.

Ganadores

1998 – Eliseo Alberto, Caracol Beach y Sergio Ramírez, Margarita, está linda la mar; 1999 – Manuel Vicent, Son de mar; 2000 – Clara Sánchez, Últimas noticias del paraíso; 2001 – Elena Poniatowska, La piel del cielo; 2002 – Tomás Eloy Martínez, El vuelo de la reina; 2003 – Xavier Velasco, Diablo guardián; 2004 – Laura Restrepo, Delirio; 2005 – Graciela Montes y Ema Wolf, El turno del escriba; 2006 – Santiago Roncagliolo, Abril rojo; 2007 – Luis Leante, Mira si yo te querré; 2008 – Antonio Orlando Rodríguez, Chiquita; 2009 – Andrés Neuman, El viajero del siglo; 2010 – Hernán Rivera Letelier, El arte de la resurrección y en 2011 – Juan Gabriel Vásquez, El ruido de las cosas al caer

PRESENTACIÓN DE LIBROS

La Editorial de la Casa de Tharsis organizó la presentación de varios libros, entre ellos “El Misterio de Villca”.

El evento fue el Gran Hotel Cochabamba. Después del acto hubo un cóctel con los invitados.



viernes, 23 de septiembre de 2011

Teresa Gisbert y Cipca son reconocidos por su aporte al conocimiento boliviano

El jurado de la tercera versión del Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanas, organizado por el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), además resolvió por unanimidad y con carácter especial entregar una mención honorífica al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia.

La tercera versión del Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanas dio a conocer recientemente los nombres de los ganadores de las categorías “Trayectoria Intelectual” y “Contribución Iinstitucional”, distinción que recayó en la arquitecta Teresa Gisbert de Mesa y el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca), símbolos de la producción de conocimiento en Bolivia.

La decisión asumida por el jurado calificador se da tras cuatro meses de evaluación de los trabajos, revisión que dio como resultado para la fase final de selección un total de 13 candidaturas en la primera categoría y cuatro postulaciones en la segunda.

Para ambas categorías hubo postulaciones de importantes personalidades e instituciones de amplia trayectoria, relevante contribución al pensamiento y decisivo aporte a la consolidación de las ciencias sociales y humanas.

Estos aspectos fueron los que motivaron para que el jurado decidiera además otorgar dentro la tercera versión una Mención Honorífica, con carácter especial, al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, por su contribución a la sostenibilidad de la investigación en Bolivia.

“Había candidaturas realmente significativas lo que ha dado lugar a una reconsideración detallada de los trabajos hasta llegar a una decisión final”, sostuvo al respecto el presidente del jurado, Salvador Romero Pittari, quien también estuvo acompañado por los demás integrantes del tribunal calificador.

Romero asimismo valoró la organización de este concurso, el cual se convierte en el único premio que reconoce la labor de investigación en Bolivia.

“Ahora la gente sabe que hay un premio para las ciencias sociales y humanas, ojalá se empoderen y que trabajen para ser merecedores”, dijo.

Por su parte, Gustavo Rodríguez, otro de los integrantes del jurado, sostuvo que uno de los aspectos que se valoró para la selección de los candidatos fue la calidad de su producción y no la orientación de la misma.

“La gran cantidad de postulaciones muestra que el premio tiene ya un reconocimiento entre los distintos investigadores, docentes, actores de gestión en procesos de investigación”, agregó.

PREMIO A LA “TRAYECTORIA INTELECTUAL”

La candidatura de Teresa Gisbert fue presentada por la Academia Boliviana de la Historia y el Archivo de La Paz. Contó con el respaldo y la adhesión de 193 personas y 10 instituciones vinculadas principalmente al ámbito de la cultura.

La decisión del Jurado fue unánime y premia su trayectoria como investigadora y docente, “su contribución al desarrollo de las ciencias sociales, en la historia del arte, la arquitectura, el conocimiento y preservación del patrimonio nacional y la iconografía”.

Su labor es pionera en Bolivia y contó con el decisivo impulso de su fallecido esposo, el arquitecto José de Mesa, a quien el jurado reconoce en su Acta Resolutiva.

Esta investigadora recibirá como premio “La escultura del saber” y 25 mil bolivianos.

PREMIO A LA “CONTRIBUCIÓN INSTITUCIONAL”

Con una historia de cuatro décadas y el aporte permanente al conocimiento, a la reflexión sobre las comunidades campesinas e indígenas de Bolivia, el Premio en la categoría “Contribución Institucional” es otorgado al Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca), por considerar el jurado que su trabajo ha tenido un impacto significativo en la vida del país. Esta candidatura fue presentada al Premio por la Fundación Acción Cultural Loyola (ACLO)-Sucre.

Siete importantes instituciones de La Paz, Cochabamba y Tarija apoyaron la postulación presentada por ACLO.

“Como jurado valoramos la innovación, también el impacto que haya tenido la institución en el desarrollo mismo de la investigación y de la sociedad. Es decir, que haya sido capaz de sacudir los conocimientos que en un determinado momento tuvimos los investigadores y la sociedad sobre sí misma; abrir nuevos campos de reflexión, nuevas temáticas para entender al país”, sintetizó Rodríguez.

Cipca recibirá “La escultura de la investigación” y 15 mil bolivianos.

MENCIÓN HONORÍFICA

Por otro lado, el Jurado resolvió por unanimidad y con carácter especial entregar una mención honorífica al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, por su contribución a la sostenibilidad de la investigación en Bolivia.

Según el Acta Resolutiva, esta mención se hace en consideración a que esta centenaria institución es “un modelo para la conservación del patrimonio documental del país, de extraordinaria importancia para la actividad científica y cultural, y la preservación de la memoria nacional”.

Con respecto a esta decisión, el director del PIEB, Godofredo Sandoval, informó que por las características de la institución, el jurado calificador la encontró difícilmente equiparable con otro instituto o centro de investigación, y de ese modo decidió otorgarle la Mención.

La ceremonia de entrega del Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanas, tercera versión, se desarrollará en el mes de noviembre en la ciudad de La Paz, en un acto público que ha de materializar la continuidad de este reconocimiento, el primero que se instituye en Bolivia para premiar a la investigación y producción intelectual.

Experta alemana da 4 consejos básicos para incentivar la lectura

Pagina Siete

Leer los libros en voz alta, hacer preguntas acerca de la trama, usar textos con ilustraciones y combinar la lectura con otras artes, como el teatro, la música y la danza, son los cuatro consejos “básicos” para incentivar a los niños a leer.

“Hay que lograr que leer sea un juego divertido para los niños”, comenta la alemana Linda de Vos, quien llegó hace cuatro días a La Paz para dictar talleres de incentivo a la lectura.

En sus años de estudio y con la experiencia que le dio haber trabajado 22 años en la biblioteca de Frankfurt del Meno (Alemania), la experta descubrió que hay maneras de estimular a los más pequeños a la lectura.

La primera recomendación es que los adultos lean los libros en voz alta, pero que lo hagan con muecas y mímicas para atrapar la atención de los niños.

Otra clave es hacer preguntas acerca de la trama de la obra para involucrar al pequeño en la historia.

“Hay que hacer que la historia se vuelva cautivadora y hacer partícipe al niño de la obra”, dice.

El tercer consejo básico es usar textos que contengan ilustraciones, en especial cuando los niños tienen entre cuatro y ocho años; a esa edad es recomendable leerles cuentos.

La experta también recomienda combinar las sesiones de lectura con otras artes, como el teatro, la música, la danza, la pintura, las manualidades e incluso la red internet y los videojuegos.

Una de las experiencias que menciona es que en Alemania un grupo de jóvenes combina el ritmo del rap con las obras y las poesías de reconocidos autores.

La alemana dice que para lograr que estos consejos sean efectivos es importante la labor de los padres y educadores; por eso en Alemania enseñan a las mamás cómo leer para sus hijos.

“Los adultos aprenden a leer viendo a los otros”, dice De Vos, refiriéndose a cómo incentivar a los adolescentes y jóvenes a leer. Además sugiere que en los colegios, en especial en las materias de literatura, den a los estudiantes la libertad de elegir los libros que quieran leer.

Recomienda también que en los colegios se organicen actividades para que los jóvenes elijan sus 30 mejores novelas.

Recomiendan regalar libros a los niños como aliciente

Pagina Siete

La escritora Isabel Mesa, quien es autora de varios cuentos infantiles, dice que el colegio y la casa son clave para incentivar a los niños a leer.

“Los padres y los maestros tienen que transmitir el hábito de leer compartiendo lecturas con los pequeños”, asegura Mesa.

Mauricio Souza, director de Plural Editores, también coincide en que los adultos deben leerles a los niños y luego charlar con ellos acerca de la historia.

Isabel Mesa recomienda llevar a los niños a las ferias de libros y librerías, y darles como regalo un libro.

Otro método que sugiere la autora es comparar la literatura con algunas películas: primero leer las obras y luego identificar las diferencias y similitudes entre el filme y el libro.

Lanzan cuarta edición de la revista H

Pagina Siete

La cuarta edición de la revista de cultura y arte H (HACHEH) se presenta hoy, a las 19:00, en el Ministerio de Culturas.

“No es una publicación que pretenda agradar a las vacas sagradas del firmamento cultural”, dice la nota de prensa de la revista, editada por Félix Arciénega, quien es responsable de H, un espacio dedicado al arte y la cultura, con sede en la ciudad de Sucre.

Según Arciénega, H funcionó de 1985 a 2007 y ahora continúa su labor con la presentación de la nueva edición.

H se caracteriza por ser una revista artesanal, que fue fabricada por su editor y que no tiene una periodicidad determinada.

La revista tiene secciones especializadas en los géneros de poesía, cuento, varios textos y la exposición denominada Las vitrinas del HACHEH: la otra orilla.

Ofrece 500 páginas con trabajos de autores noveles como Omar Alarcón, Fabricio Callapa, Escarleth Mújica, Clíder Gutiérrez, Pedro Debreczeni, Pablo Vega y el Premio Nacional de Novela 2010, Máximo Pacheco.

La presentación de la publicación estará a cargo de Virginia Aillón y de algunos de los autores que participan en la revista.

La Máquina de Leer inicia ciclo de narración oral

Hoy comienza el ciclo de recuento de narraciones orales de La Máquina de Leer, de Gabriel Iriarte Rico. Lo hará con la narración “Dos cuentos de mar y el Almirante”, una narración que inauguró la fase de ensaladas de cuentos con un hilo conductor que comenzó en 2009.

“Dos cuentos de mar”, a ponerse en escena a las 21:00 horas en el cine café 35 mm (C. Tte. Arévalo entre Ballivián y Baptista), es una historia que tiene la fuerza de los cuentos tradicionales orales (como lo es la historia de “Uro Saki”), con los cuentos de autor como Dino Buzzati con su “K”, y la magia del mito marinero de Álvaro Mutis y su “Maqroll, el Gaviero”.

“El corazón es el mar, el mar del marinero, el mar del viajero, el mar que da la vida, el mar que quita la vida. El mar presente en todos los tiempos, el mar soñado para los que sólo tienen ríos. El mar promesa de libertad”, señala Iriarte.

El “K” (Dino Buzzati) es la historia de un hombre que escapa durante toda su vida de un monstruo marino que sólo él puede ver y que tendrá una sorpresa reservada para el final de sus días.

“Uro Saki”, cuento tradicional japonés, relata la historia de un niño que descubre el fondo del océano y la ausencia del tiempo, gracias a una tortuga gigante.

Y cuando sale de su maravilla debe afrontarse al paso del tiempo, a la desaparición de su familia, amigos, hogar y la suya propia. Todo siempre perece.

La narración, explica Iriarte, es un entrelazamiento de historias que se superponen. En un primer nivel está la historia de base es el encuentro entre el narrador y Don Checo.

En un segundo nivel está la conversación literaria entre el narrador y Don Checo sobre “La nieve del Almirante” y los recuerdos apócrifos de la aventura de Maqroll el Gaviero. Y en un tercer nivel los cuentos sobre “El K” y “Uro Saki”.

La narración juega con la imaginación instantánea del oyente, con sus sensaciones. Para eso apela a los colores, a los olores al tacto, a describir las emociones a partir de ellos.

Y se crea esa mezcla que es una especie de resumen del cuento oral y al final se reserva la sorpresa y la mezcla de que el cuento siempre puede mezclarse y confundirse con la realidad. Todo depende de la mente, de la imaginación y de las palabras.

PRIMERA VEZ “Dos cuentos de mar y el Almirante”, recuerda el narrador, fue presentado por primera vez en un café que se llamaba Mosoj Yan, cerca a la Universidad de San Simón. Fue un estreno sin publicidad, tampoco la gente en el café estaba prevenida que les sería contada la historia.

De ahí viajó por distintos espacios como la Alianza Francesa, el Centro Boliviano Americano y el mARTadero, y más tarde a la ciudad de La Paz, e incluso fue traducida al francés para funciones exclusivas contratadas por la Alianza Francesa de la Sede de Gobierno. Y ahora vuelve a un café íntimo y pequeño, al 35mm, curiosamente se llama cine café, y la narración oral se siente cerca del cine que pasa en la cabeza de cada uno, sobre todo del guionista que imagina escenas antes de filmarlas.

Vuelve a la intimidad este viernes 23, y se despedirá el 30 de septiembre en lo que fue alguna vez su casa, la Alianza Francesa, donde se hace una puesta en escena algo distinta.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Festival de poesía con más actividades

Esta jornada promete ser muy interesante en el Cuarto Festival Internacional “Días de poesía”, que se desarrollará hasta el 23 de septiembre. En la inauguración, un público heterogéneo disfrutó de la calidad interpretativa del reconocido actor boliviano David Mondacca y la obra de teatro “No le digas”.
Ese fue sólo un preámbulo de lo que acontecerá en estos días, para los que quieren conocer la poesía a través de diferentes facetas con música, teatro y exposiciones.
La encargada de comunicación de IMAGINEA, Marcela Calderón, se mostró contenta con la participación del público, e invitó a participar de todas las actividades.
A las 10:00 de hoy, habrá un conversatorio entre poetas y profesores de literatura en el espacio IMAGINEA, en la calle Gregorio Mendizábal Nº 103. A las 12:00, la Plaza 25 de Mayo será el escenario de un recital poético.
A las 15:30, en la cárcel San Roque, siete participantes desarrollarán una lectura. A esa misma hora iniciará el taller “De la palabra escrita a la palabra cantada”, dictado por Vadik, en el espacio IMAGINEA, y a las 19:00, en la Casa de la Libertad, habrá presentación de seis libros.

Revista "Transportes" muestra interesantes artículos sobre actividades de chóferes

La Revista de los Chóferes de Bolivia denominada "Transportes", en su reciente edición muestra un interesante material relacionado a las actividades sindicales del autotransporte, destinando la portada a la directiva de la Federación Departamental de Chóferes "San Cristóbal" de Oruro, gestión 2011-2012.

En la edición número 46 de la revista "Transportes", de circulación nacional, se hace referencia a la preocupación de los chóferes en artículos como; el análisis crítico a una nueva nacionalización de vehículos de contrabando (usados), reflejado por el asesor legal de la Confederación de Chóferes de Bolivia, David Nicolás, la promulgación del Decreto Supremo Nº 0890 que afecta al trabajo de los transportistas.

También dentro del material se presenta una nota referida a la ratificación de una gestión más de los dirigentes de la Federación "San Cristóbal", liderados por Rigoberto Mamani y su directorio en pleno. Por otro lado se hace mención a la reciente entrega de la cancha de césped sintético que pertenece a los chóferes de minibuses de la línea verde de Oruro.

Otro de los principales artículos está destinado a conmemorar los 75 años, "Bodas de Diamante", en defensa de los chóferes del país, incluyendo varias fotografías de las actividades que cumplen los dirigentes del volante.

La publicación contiene alrededor de 50 páginas en las cuales se encuentran resumidas las actividades de todos los afiliados a este sector, dando a conocer hechos como la renovación de directivas y las problemáticas que afligen a los transportistas, como la falta de espacios de trabajo, el mantenimiento de las carreteras y otros. La revista "Transportes" tiene un costo de 12 bolivianos.

Giovanna Rivero va a la feria de Guadalajara

Como una excelente noticia, calificó la escritora montereña Giovanna Rivero el haber sido seleccionada por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara entre los 25 narradores latinoamericanos “promesa” (de 27 a 55 años) con un gran potencial.
En su 25.o aniversario, la FIL mexicana presentará la sección denominada 25 formas de leer el continente. El portal oficial de la muestra literaria (www.fil.com.mx/25) hace referencia a autores cuyo talento se ha consolidado en sus países, pero que aún son poco conocidos fuera de estos. Se trata de 25 tesoros literarios a la espera de ser descubiertos, según indican los organizadores.
Entre los seleccionados se encuentra el argentino Fabián Casas, que estuvo hace dos años en Santa Cruz participando del encuentro de escritores del Centro Cultural Simón Patiño. Los autores, que fueron elegidos luego de un proceso que involucró la lectura de decenas de libros y un trabajo, encabezado por los escritores Gonzalo Celorio y Sergio Ramírez, estarán en cinco mesas de diálogo del 26 de noviembre al 4 de diciembre.
Por otra parte, Rivero confirmó ayer a EL DEBER que este viernes 23 y sábado 24 de septiembre participará junto a los escritores nacionales Edmundo Paz Soldán, Liliana Colanzi y Rodrigo Hasbún de un coloquio de autores latinoamericanos en la Universidad de Cornell, localizada en Ithaca, Nueva York. El objetivo es analizar las influencias en la nueva literatura y cómo están siendo explorados los nuevos lenguajes en estos autores.
“Van otros escritores jóvenes también, pero lo curioso en este tipo de citas es que resulta difícil que cuatro bolivianos podamos compartir, en Estados Unidos, con un público superespecializado, lo que estamos produciendo”, indicó la autora, que actualmente desarrolla un doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Florida (EEUU).

Estudiantes del "Jorge Oblitas" plasman su arte literario en un libro

El libro "Fantasías Infantiles" que contiene el arte literario de estudiantes del cuarto del nivel primario de la Unidad Educativa "Jorge Oblitas, fue entregado ayer en un acto especial preparado por autoridades del establecimiento, padres de familia y los noveles artistas.

Paulina Choque Durán, fue la maestra que asesoró a los estudiantes en el arte de crear cuentos en base a sus vivencias, incentivándoles desde el primero del nivel primario, al haber demostrado sus aptitudes para realizar sus composiciones literarias hasta lograr que en el cuarto curso plasmen a través de poemas sus inquietudes, sus sentimientos y sus deseos o sueños.

Según la maestra, la revisión de los trabajos derivó en algunas anécdotas que impulsaron aún más en el emprendimiento, puesto que los niños basaron la creación de sus poemas, en su familia, sus mascotas, su comida o postre favorito, sus juguetes, el paisaje y lo más importante en base a la vivencia con sus amigos.

La edición del libro fue un proceso largo y un reto planteado a inicios de la gestión en base a las composiciones literarias y viendo el resultado de la producción de textos, como parte de la enseñanza curricular, la cual se dio a conocer a los padres de familia, quienes entendieron la necesidad de apoyar a los niños para plasmar la idea de editar el libro.

"Éste es un esfuerzo de los padres de familia, sin el concurso de ellos, estos textos no se hubieran hecho realidad, puesto que para plasmar la idea debían invertirse recursos económicos que corrió por parte de los padres de familia", manifestó.

Los textos serán entregados a las instituciones que requieran de este valioso aporte, para que pueda ser imitado no sólo por niños, también por jóvenes con al apoyo de sus maestros y padres de familia y en caso de lograr una buena recepción, se realizará la venta del mismo.

"Este libro de poemas, está dedicado al Día del Estudiante, que se recuerda mañana (hoy), para que ellos puedan sentirse orgullosos de este trabajo, cumpliendo parte del ciclo de la vida de cada ser humano", refirió la maestra.

La publicación del libro, se realizó en un número de 250 ejemplares, que serán distribuidos a los mismos alumnos, a los medios de comunicación e instituciones que lo soliciten por el momento.

La producción bibliográfica fue realizada por los alumnos: Rocío Benítez, Rodrigo Ovando, Michelle Rocha, Martín Quispe, Beymar Cabrera, Estefani Villegas, Iván Agreda, Isaí Tapia, Walter Zambrana, Alexander Mamani Nina, Andrés Romero, Kevin Pacheco, Danitza Chino, Denilson Virada, Alexandra Ayma, Andreina Cabrera, Rosa Fuentes, Laura López, Johana Beltrán.

También aportaron con sus obras literarias, Marco Delgadom, Carlos Soliz, Mauricio Vargas, José Ángel Terrazas, Erick Villegas, Fidel Llusco, Lupe Belén Guarachi, María Belén Huanca, José Luis Coria, Jhonn Brayan Calani, Kevin Pinto, Beymar Mallcu.

Completa la lista de literatos; Grecia Nina, Guner Magne, Luis Andrés Tapia, Jorge Larico, Adriana Quispe, Mauricio Ochoa, Alexander Mamani Padilla y Nilda Alejandra Benítez Ballesteros.

martes, 20 de septiembre de 2011

Suben ventas de libros electrónicos en EEUU

La venta de libros electrónicos se disparó en 2010 en Estados Unidos y aumentó de manera significativa en el Reino Unido, reveló ayer la editora británica Kate Wilson.

Durante una conferencia magistral ofrecida tras la apertura del I Simposio Internacional del Libro Electrónico, Wilson señaló que Estados Unidos pasó de tener un 3,9 % de libros electrónicos en enero de 2010 a un 12,7 % de los títulos en enero pasado. Además recordó que en febrero pasado, por vez primera, las ventas de libros electrónicos superaron a las de ejemplares de papel con pasta blanda y dura.

La experta consideró que las tendencias que muestran esos datos, obtenidos de la Asociación de Editores Estadounidenses (Usaap, por su sigla en inglés), apuntan hacia “un cambio profundo e importante” en el panorama editorial actual.

En el Reino Unido prácticamente no se compraron en la primera mitad de 2010 libros en formato digital, pero a partir del segundo semestre del pasado año pasado estos productos se popularizaron y en enero de 2011 el 3,3% del total de los vendidos eran electrónicos.

En su país consideró que se vivió “el verano del Kindle”, como se conoce a uno de las plataformas de libro electrónico más extendidas, ya que la gente que viajó “se llevó sus lecturas en libros electrónicos”.

Las superventas del verano de 2011 se llegaron a comercializar hasta en un 50% en formato digital, lo que está abriendo las puertas a un “cambio extraordinario”, añadió.

Las preferencias por este tipo de formatos de libros tienen que ver con la búsqueda de una mayor “comodidad” y “espacio” para la mayoría de los compradores y lectores.

Taller de lectura Reinventar para leer más

La alemana Linda de Vos llega a Bolivia con un método alternativo para incentivar la lectura entre niños y adolescentes desde las bibliotecas.

Exhibir libros, apoyar la lectura con actuación y realizar proyectos con temas de interés general son algunas de las motivaciones que propone la alemana Linda de Vos para que “leer sea divertido”. Hoy, a las 14.00, De Vos dicta el segundo y último día de taller destinado a bibliotecólogos y profesores. La pedagoga, de 65 años, llega a Bolivia por primera vez. No tiene hijos, sin embargo, el trabajo con los niños y adolescentes que asisten a la Biblioteca Municipal de Fráncfort del Meno la incentivó a realizar proyectos de fomento a la lectura.
Taller. Ayer, durante su primera jornada, la alemana, quien gusta de leer novelas policiales, charló con estudiantes de comunicación social de la Universidad Católica Boliviana San Pablo. En la conversación resumió la experiencia del trabajo de dos décadas del proyecto Fomento a la Lectura. Dijo que existen técnicas de cómo leerle a un niño, valiéndose incluso de la actuación para lograr un íntimo diálogo con su lector. También afirma que el tratamiento con los adolescentes es distinto. Para estimular a este grupo etáreo, hay que valerse de sus intereses personales o colectivos. Por ejemplo, plantearles temas novedosos que impliquen investigación bibliográfica. También es válido que un “héroe” juvenil, como ser un futbolista reconocido o un personaje influyente, realice una lectura para de esta forma incentivarlos.
En su conversación con La Prensa, de Vos dijo que es importante que las bibliotecas atrapen al lector con la exposición frontal de los libros, ambientando de forma agradable el espacio de lectura. También es bueno valerse de métodos creativos a la hora de identificar las áreas y asignaturas bibliográficas. Todos estos cambios harán que el lector se sienta a gusto en la biblioteca. Dice que con los cambios “revolucionarios”, la Biblioteca Municipal de Fráncfort subió de 100 a 150 visitantes por hora hace siete años. “Las madres, por ejemplo, van con sus carritos de bebé para leerles”, describe De Vos. Linda, quien lee entre uno y dos libros por semana, fue invitada a países como Arabia Saudita, Egipto, Líbano, Emiratos Árabes Unidos, Europa, Francia, Italia y Suiza para exponer sobre la experiencia de los cambios de las bibliotecas.

22 años es el tiempo que trabaja Linda de Vos en la Biblioteca Municipal de Fráncfort.

La frase

“El incentivo a la lectura comienza desde los dos años de edad”.

Linda de Vos / Pedagoga

Rosie en el tren fantasma, una lectura contada de varias formas. A las 14.00 de hoy, la biblioteca zonal de Munaypata —después de haber sido testigo del primer taller de “Leer es divertido”, al que asistieron 12 de los 18 responsables de las bibliotecas municipales de La Paz— expone a los niños una forma atractiva de leer el cuento: Rosie en el tren fantasma. Linda de Vos adelanta que se trata de un conejo que tiene miedo a una montaña rusa y que además debe enfrentarse con diferentes monstruos.
Potenciar a las bibliotecas. A decir de Angelines Mendoza, responsable de la biblioteca del Goethe Institut, con el modelo que presenta De Vos se puede “hacer algo en las bibliotecas municipales”, adaptándolas a la realidad y necesidades de la población lectora, e irradiando el ejemplo a las 18 bibliotecas del municipio.

El festival de poesía arranca con teatro

El Cuarto Festival Internacional de Poesía inicia a las 19:00 de hoy, en el Teatro Gran Mariscal, con la actuación del reconocido actor David Mondaca y la obra de teatro “No le digas”.
En el Festival Internacional de Poesía, que se desarrollará del 20 al 22 de septiembre, se desarrollarán 38 actividades diversas; esta noche, el evento se inaugurará con la actuación de David Mondaca y la obra de teatro “No le digas”.
El festival ofrecerá, entre otras actividades, teatro, conversatorios, lecturas, talleres, presentación de libros y proyección de cortometrajes, que se realizarán en diferentes escenarios como la plaza 25 de Mayo, la cárcel San Roque, la Casa de la Libertad, el Instituto Psiquiátrico Gregorio Pacheco, la Casa Municipal de Cultura, el patio del Mercado Central, La Quimba, el espacio IMAGINEA y las radios Encuentro, Loyola, La Bruja, Activa y La Bruja Caliente.
La obra de esta noche es una recreación del mágico mundo del poeta Jaime Saenz, muerto hace 25 años, considerado el escritor más importante de la literatura boliviana.

Adolfo Mier reúne sus experiencias en un libro

La aventura de conseguir sus primicias periodísticas, cómo vivió la falta de libertad de prensa en la época dictatorial, sus recuerdos de salas de redacción llenas del ensordecedor ruido de las máquinas de escribir y el teletipo o sus coberturas periodísticas más memorables son algunas de las vivencias plasmadas por el periodista y humorista orureño Adolfo Mier Rivas en la obra “¡Qué libro de Mier…!”, que presenta hoy a las 11:00 en el Hotel Cochabamba.

Mier, quien vive en Santa Cruz hace más de 25 años y dirige Chaplin Show, contó que la iniciativa de escribir un recuento de sus experiencias nació por iniciativa de amigos que le instaban a escribir sobre la época en que cubrió la guerrilla del Che, la muerte del presidente René Barrientos o la llegada de Antenor Patiño con los restos de su esposa Albina “y toda la borrasca de la vida en tiempos de la dictadura”.

El autor, quien fue jefe de redacción de este medio, a fines de la década del 60, cuenta que se sintió motivado a relatar al lector cuán difícil era la vida de un periodista entonces. “Tus costillas siempre corrían peligro, no era un solo grupo opresor, eran varios y había una especie de concurso para ver cuál era el más violento”, recuerda con el mismo tinte de humor con el que está escrito su libro.

Mier señala que la parte “seria” del libro incluye la época en la que enviados del gobierno allanaron su casa para llevarse a su padre, en Oruro, en 1944, o los fusilamientos de Chuspipata y Caracollo, durante la presidencia de Gualberto Villarroel.

Entre sus otras vivencias, contadas con mucho humor, incluye anécdotas con amigos y colegas de Cochabamba y Santa Cruz.

“Refleja un poco la vida de un boliviano que tuvo la suerte de nacer en Oruro, vivir en Potosí, formarse en Cochabamba y realizarse en Santa Cruz”, señala orgulloso.

En lo profesional, Mier fue periodista empírico como los colegas de su tiempo, aunque después se profesionalizó en un curso especial en la Universidad Católica Boliviana. Su época como periodista también estuvo matizada con programas como “Habla Juan”, en radio Centro, que marcó una época en el radialismo cochabambino.

El autor no olvida su época como jefe de Redacción de Los Tiempos, cuando el periódico se hacía en una pequeña oficina de la calle Santiváñez. Tampoco la creación del Clarín, un tabloide que fundó junto a Eduardo Canelas y dirigió junto a José Nogales Nogales y que por casi un año y medio le hizo competencia a Los Tiempos.

Para Mier, el salto al teatro fue inevitable y sostiene que fue el periodismo el que le dio las vivencias para escribir teatro. “Creo que casi todas mis obras son una especie de reportaje a la vida”, señala.

Actualmente, está dedicado íntegramente al teatro en Chaplín Show y se muestra complacido porque Santa Cruz ya les dio su propio espacio a él, a su humor y a su infaltable sombrero que es su toque personal.

Apego editorial

El libro de Mier, que es el número 16, fue editado por “Los amigos del libro”, una editorial a la que el autor le tiene un afecto especial porque no olvida que el propietario, Werner Gutentag, lo impulsó a participar en el concurso para encontrar el eslogan de la editorial.

Así, en 1968, surgió: “No leer lo que Bolivia produce es ignorar lo que Bolivia es”, de autoría de Mier y que fue el eslogan ganador que está impreso en más de 500 libros bolivianos.


Pie de foto: El periodista y humorista orureño Adolfo Mier Rivas, ayer.

Freddy Ayala Vallejos presenta “El secreto del conventillo”

El ambiente de una céntrica residencia colectiva de la urbe cochabambina de mediados del siglo pasado inspiró “El secreto del conventillo”, obra con la que el escritor y pintor Freddy Ayala Vallejos ganó el IV Premio Nacional de Novela “Marcelo Quiroga Santa Cruz” 2010, convocado por la Oficialía Superior de Cultura de la Alcaldía de Cercado.

Tras un año de gestiones ediles, la obra finalmente fue publicada y presentada el pasado viernes, con un acto especial en la Casona Santiváñez.

“La burocracia se interpuso entre la obra y el escritor. Estuve un año machacando para que la obra sea publicada. Gracias al cambio del Oficial Superior de Cultura -este año entró Max Munckel al cargo- se resolvió el problema” manifestó Ayala, quien esperaba la publicación de su obra, algo que formaba parte del galardón dotado de Bs 18 mil.

“Mi idea era recrear el ambiente de un conventillo, pero hay un momento en el que uno se cruza con sus ideas, sus anécdotas y se aparecen como fantasmas algunos aspectos de la vida, pero recreados de otra manera” manifestó Ayala.

El escritor creó su obra -“del todo ficcional”- a partir de sus vivencias de infancia en una residencia colectiva que todavía se conserva en la esquina Ladislao Cabrera y Esteban Arze.

“Cuando me propuse escribir, -agrega- como hombre común que soy, tenía la mente llena de historias y anécdotas y me pareció interesante el hecho de que yo hubiera vivido en este conventillo”.

En la narración, el autor se refiere también a los cambios políticos impulsados por la Revolución de 1952, aunque Ayala indica que tales alusiones son apenas casuales.

“(La novela es una) fabulosa evocación que nos lleva en un viaje imaginario a los primeros años del gobierno del MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario), en un barrio céntrico de la ciudad de Cochabamba. Su técnica narrativa nos recuerda ‘Al filo del agua’, la célebre novela del mexicano Agustín Yañez. En el conventillo viven pintorescos personajes, que nos evocan las dramáticas situaciones de esos años, los cupos, las colas, negociados que son denunciados por una radio clandestina, con un peluquero encubierto agente político, temible represor, que es burlado por Abdala, el seductor del barrio, también esas páginas se iluminan con el amor y la presencia de una pareja (Selva y Rafito), que logran superar las riesgosas pruebas que les puso la vida de entonces”, señala sobre el trabajo de Ayala el escritor Adolfo Cáceres Romero.

EL AUTOR Poeta y pintor, tiene publicados los siguientes libros: “Astral, poesía” (1993), “Salmuera telúrica”, con el que obtuvo el Premio Nacional “Franz Tamayo” 1993; “Reencarnación del vértigo, poesía” (2003), “La rueda del molino”, novela de 2006; y “Hebra de humo”, libro de poesía de 2010.


lunes, 19 de septiembre de 2011

David Mondaca abrirá Festival internacional de poesía en Sucre

Mañana arranca el Cuarto Festival Internacional “Días de Poesía” con un programa diverso que comprende conversatorios, lecturas, talleres, presentación de libros, proyección de cortometrajes y otros. La cita es a las 19:00, en el Teatro Gran Mariscal, con la obra de teatro “No le digas”, con David Mondaca.
Este evento aglutinará a muchos artistas. En Teatro representarán a Bolivia, David Mondaca, Julio Barriga, Máximo Pacheco, Benjamín Chávez, Jorge Campero, Adriana Lanza, Monserrat Fernández, Diana Taborga, Janina Camacho, Gabriel Chávez, Juan José Pacheco, Marianné Palacios, Clíder John, Felipe Ugarte, Alejandro Castillo, Santiago Rodríguez y Carlos Gutiérrez.
Entre los invitados extranjeros está Marcelo Ramos, de Chile, y Francisco Azuela, de México.
Participarán de la Instalación Yerbamala Cartonera, Pablo Espinoza; en Performance, Amilcar Álvarez; en Poesía y Música Vadik, La Quimera, Carlos “Chuqui” Arancibia, Óscar Padilla y Alejandro Pacho Gonzáles; en Poesía Visual, Sergio Gareca y Omar Alarcón; en Cine Marcos Loayza, Mela Márquez y Francisco Ormachea.
Desde Imaginea informaron que este evento propone compartir poesía de múltiples maneras, entre personas de diferentes edades, en varios e inusitados lugares de la ciudad.
La fiesta poética pretende ser un espacio para compartir, no sólo poesía sino vida, y que en cada frase se puedan desentrañar los sentimientos propios, que cada calle, parque, museo se convierta en un recuerdo que transporte imágenes poéticas vividas durante los tres días que durará el evento.

Las novelas de Renato Prada Oropeza

Adolfo Cáceres ofrece un acercamiento a la novelística del autor de Los fundadores del alba, recientemente fallecido.

(Primera parte de esta nota, que recuerda al escritor muerto la semana pasada)
Algo de lo que sí estoy seguro —y pienso que varios de los críticos y estudiosos de las letras bolivianas coinciden conmigo— es que con Prada comienza el periodo más fecundo y afortunado de la narrativa boliviana. 1969 es un año clave y digno de celebración no sólo para su autor (ese año ganó dos premios importantes, primero inauguró en su país el Premio Nacional de Novela Erich Guttentag y, luego, se constituyó en el primer escritor boliviano que ganó el Premio Casa de las Américas de Cuba, con su novela Los fundadores del alba, y no sólo eso —que ya era bastante—, sino que salió rumbo a Roma, con una beca para estudiar filosofía; algo más, ese año también publicó dos nuevos libros de cuentos: Al borde del silencio, editado por Alfa, de Montevideo, y Ya nadie espera al hombre, por Don Bosco, de La Paz). Pocos, por no decir nadie, han logrado una dormida similar con un cubilete de palabras. Lo que nos proponemos mostrar en este estudio es que no sólo la buena fortuna propició la obra de este notable escritor, sino que detrás de cada uno de sus éxitos están el talento, la constancia y el esfuerzo con los que abordó cada una de sus obras.
EN EL PAÍS
Los fundadores del alba, su primera novela, es la única del Premio Guttentag que hasta ahora es leída por varias generaciones, habiendo llegado a ser reimpresa en 16 ediciones, con más de 25.000 ejemplares, sólo en Bolivia, sin contar la edición cubana y su traducción al inglés. Entre los jurados de Casa de las Américas, se destaca la respetable figura de Alejo Carpentier: De las palabras con las que justificaron la concesión del premio, consideramos importantes las siguientes: “La existencia de una escritura original y moderna, un poder de recreación verbal espontáneo, una estructura narrativa incitante y un tema al mismo tiempo de vivísima actualidad y obviamente muy complejo”.
Y es lo que se percibe en esta obra, desde el comienzo: Con la modernidad mucho más definida que en la obra de Marcelo Quiroga Santa Cruz (Los deshabitados, 1959), se destaca su poder de recreación, que lo muestra espontáneo por la asimilación de sus modelos. De entrada atrapa al lector con la tensión que provoca la presencia de los guerrilleros de Ñancahuazú, en una pequeña casa de hacienda, adonde han acudido en busca de víveres. Ahí aparece Laura, la heroína que también cerrará la novela, completando un periplo temático sólido y uniforme, a pesar de la variedad de sus recursos estilísticos. Prada es el que mejor ha asimilado a Joyce y no sólo entre los narradores de Bolivia. Tanto la poesía épica como la lírica convergen en esta obra para constituirse en una novedosa entidad estética en las letras hispanoamericanas. Las secuencias de tiempo y espacio son fáciles de precisar para el lector que sabe concentrarse en su desarrollo; entonces, no tendrá ninguna dificultad en ordenarlas y reproducirlas en instantes o momentos que, si bien no son lineales, son lógicos, a pesar de mostrarse evanescentes.
EN EL EXTRANJERO
Mario Vargas Llosa destaca lo siguiente de esta novela: “El tratamiento objetivo del tema elegido por el autor, la visión ponderada y equitativa del conflicto político y moral que describe, el buen uso de la técnica de cruce de planos temporales y de narración simultánea, y la austeridad y sencillez de su lenguaje que conviene perfectamente a la materia explosiva que constituye el asunto del libro. Era fácil caer en la demagogia estilística y en el maniqueísmo al abordar un tema como el de las guerrillas, pero el autor, pienso, ha sorteado bien esas tentaciones, esforzándose por mostrar las motivaciones y convicciones íntimas de todos los personajes de una manera objetiva y equilibrada” (carta enviada al Premio Erich Guttentag, como jurado). Excelente compenetración para una obra que no sólo narra un fasto histórico, sino que llega con una novedosa propuesta estilística que, aparte de contar, opina, juzga y orienta su temática, imponiendo un nuevo punto de vista a lo narrado. A pesar de la contundencia de los juicios de Vargas Llosa, primaba, entre sus organizadores, la posibilidad de declarar desierto el Premio Nacional Erich Guttentag, en el que también se destacaba Matías, el apóstol suplente (1971), novela de Julio de la Vega, con un tema igualmente inspirado en las guerrillas del Che. Hubiese sido un mal comienzo para dicho premio, que luego cobró notable importancia en las letras bolivianas. Lo cierto es que, al saber que Prada había ganado con esa misma novela el Premio Casa de las Américas, no dudaron en premiarla en Bolivia. Grata coincidencia y única en este tipo de certámenes, por cuanto en Cuba no se hicieron ningún problema con esa premiación.
TÉCNICA
Desde luego que Prada no sólo nos muestra su pericia con los recursos estilísticos y la técnica que maneja, sino que también discurre magistralmente con la jerga castrense, haciendo del habla popular un valioso soporte en la ambientación del tema guerrillero. Algo que también advierte el autor de La casa verde tiene mucho que ver con la simultaneidad de planos y secuencias, evitando así que el lector se canse con las tediosas explicaciones del realismo tradicional; además, Prada funde las ideas del pensamiento existencial con reminiscencias que salen del sentimiento popular, que a Vargas Llosa le parecían de cuño romántico; nos referimos al pasaje que narra la contemplación del cuerpo de la joven protagonista, con el trasfondo bucólico en los versos de Garcilaso y la naturaleza que lo circunda. En un escenario de violencia y muerte, ese pasaje con Javier y el Chaqueño que contemplan a Claudia, bañándose en las cristalinas aguas del río, nos muestra que la vida y el amor continúan inalterables en su cotidianidad. El epílogo de esta obra se da en tres instancias claves para su
desenlace, manejando los verbos en un futuro que luego resulta promisorio.
*Escritor orureño

73 años tenía Prada Oropeza al momento de su fallecimiento, la semana pasada, en Puebla, México.

“Algo de lo que estoy seguro es que con Prada comienza el periodo más fecundo y afortunado de la narrativa boliviana. 1969 es un año clave y digno de celebración (ese año ganó dos premios, primero inauguró el Nacional de Novela Erich Guttentag y, luego, se constituyó en el primer boliviano que ganó el Casa de las Américas por Los fundadores del alba”.

Crítica y literatura desde la academia

La Carrera de Literatura de la UMSA acaba de lanzar la tercera versión de su Maestría en Literatura. Acá, un repaso del tema.

Un fantasma recorre la delgada línea que divide la crítica académica de la práctica literaria. Un fantasma que en su transcurso a veces ensancha esa línea y la vuelve una brecha, un abismo en algunos casos, y que transforma ambas disciplinas en labores antagónicas. Hay voces que indican que un lector de literatura, para serlo, no haría mal en alejarse de instituciones, como las universidades, que encasillan a la ficción y cuya labor por excelencia es producir herramientas, métodos y formas determinadas de acercarse al fenómeno literario. Hay otras que afirman que el desarrollo de la razón crítica, de canales de lectura puramente analíticos, está peleado por definición con aquella pulsión básica de la creación y la lectura de ficción, que es siempre inclasificable, indefinible, incapaz de ser asida del todo por las formas de la academia. En algún momento, para alguien a quien le interese el tema, las preguntas aparecen de forma inevitable: ¿es necesario estudiar literatura formalmente para poder entenderla e incluso producirla? ¿Es necesario el conocimiento académico para acercarse a la ficción, para poder disfrutarla mejor? E incluso más allá: ¿es, a fin de cuentas, útil un estudio sistemático de las tradiciones literarias del mundo en un contexto como el nuestro?
Hagamos algunas puntualizaciones. El público promedio que considera la posibilidad de estudiar literatura en la universidad es, ante todo, un público al que le gusta leer. Ese nivel de lectura se entiende, al principio, como un goce estético básico, como una actitud de disfrute del objeto literario. Uno puede perfectamente permanecer en ese nivel y no perder lo que hace rico, disfrutable y desafiante al texto literario. Pero existe otra posibilidad: uno puede profesionalizar su comprensión lectora, puede adquirir habilidades especializadas de lectura y comprensión literaria que llevarían a aquello que nació como mero disfrute a un segundo nivel. Ahora bien, en algunos casos se dice que ese segundo nivel, de alguna u otra forma, anularía aquello que es el centro del primero: precisamente el goce estético. Y entonces surgen la duda y el cuestionamiento: ¿es recomendable pasar del primer al segundo nivel de lectura mediante el estudio formal de la literatura?
En todo el país existe sólo una Carrera de Literatura, una única instancia en las que éstas y otras preguntas intentan esclarecerse formal y sostenidamente. Es claro que, a pesar de haber experimentado cierto crecimiento durante estos últimos años, esta carrera es aún pequeña, tiene un reducido número de estudiantes y aún uno menor de egresados. Comparada con otras grandes bestias de la Universidad Mayor de San Andrés, la Carrera de Literatura es un animal modesto, un arma de mediano calibre. En ese sentido, teniendo en cuenta el relativamente poco impacto que tiene a nivel social, resulta quizás sorprendente saber que la Carrera de Literatura no sólo ofrece al público un programa de licenciatura, sino que también, hace ya algunas gestiones, ha establecido la primera y única Maestría en Literatura Latinoamericana del país, que el próximo año comenzará su tercera versión, esta vez como Maestría en Literatura Boliviana y Latinoamericana. Para poder tener una visión más profunda del asunto, entonces, Fondo Negro (FN) entrevistó a Juan Carlos Orihuela (JCO), director de la carrera, Mónica Velásquez (MV), directora Académica de la maestría, y Ana Rebeca Prada (ARP), coordinadora General de la misma.
—FN: ¿Cómo se coordina la Carrera de Literatura a nivel licenciatura y maestría? ¿Es la última la continuación lógica de la primera?
—JCO: No cabe la menor duda de que hoy en día las universidades en el resto del mundo han dejado de privilegiar la profesionalización y han puesto el énfasis en el tema de la investigación y el postgrado. Los estudios de postgrado son, en esencia, espacios naturales de investigación y de reflexión crítica, y en un país como el nuestro, en el que muy poco ha sido investigado, se justifica plenamente el hecho de cambiar los objetivos convencionales de la enseñanza universitaria y concentrar la mirada en otros. No debemos olvidar que la nuestra es la única Carrera de Literatura en el país. Ese hecho nos compromete doblemente a ofrecer una carrera con un pregrado proyectado directamente hacia el postgrado, es decir, con un pregrado que vaya formando estudiantes que empiecen a investigar desde el nivel de la licenciatura, de modo tal que una vez concluido su pregrado se encuentren preparados para iniciar sus estudios de postgrado.
—FN: ¿Por qué organizar una maestría en literatura boliviana y latinoamericana? ¿Por qué no concentrarse estrictamente en lo nacional o, si no, abrirse también a otras literaturas del mundo?
—JCO: El año próximo vamos a dar inicio a la tercera versión consecutiva de la maestría, pero una tercera versión reformulada en varios sentidos con base en la experiencia adquirida en las dos primeras. Si en esas dos primeras versiones el énfasis estaba puesto en literatura latinoamericana, en esta tercera versión lo está también en literatura boliviana. Tal es así que el nombre mismo de la maestría es, ahora, Maestría en Literatura Latinoamericana y Boliviana. En lo que respecta a una apertura hacia otras literaturas del mundo, hay que decir que la maestría que ofrecemos ha estado desde sus inicios orientada también hacia el modo en que las literaturas latinoamericana y boliviana se insertan en la literatura mundial. Lo digo porque yo he sido el encargado de dictar esa asignatura en las dos primeras versiones de la maestría. Obviamente, en esta tercera versión ese aspecto se verá reforzado.
—FN: ¿En qué consiste la maestría? ¿Dónde nace la necesidad de haberla establecido?
—MV: La maestría es una prolongación de lo que se hace en la carrera a nivel posgrado. En ese sentido, es un programa que desarrolla y profundiza las líneas centrales en nuestra formación (lectura crítica y escritura), concentrándose en la reflexión teórica y la producción de conocimientos alrededor de la literatura latinoamericana. Nace de la necesidad, en nuestro medio, de abrir un espacio de postgrado en humanidades, en literatura en específico, pues hasta hace poco no quedaba otra opción que irse del país a estudiar fuera, y eso no está al alcance de muchos de nuestros profesionales.
—FN: ¿Cuáles son los principales objetivos de la maestría? ¿Con qué competencias, ya no básicas sino especializadas, sale un estudiante?
—MV: El principal es formar investigadores en las áreas relacionadas con el lenguaje y la literatura. Luego se trabaja la posibilidad de inscribir esa investigación en campos más concretos como el ejercicio de la crítica académica y periodística de los discursos culturales; la escritura dedicada al análisis de discursos, o las estrategias y maneras en que se puede enseñar estas materias. Las habilidades, por tanto, de un maestro en literatura latinoamericana son amplias, aunque se concentran en un alto grado de capacidad crítica-lectora, que puede aplicarse a diversos campos profesionales, y una habilidad de escribir textos sobre cultura, de diferente rango desde lo ficcional hasta lo periodístico.
—FN: ¿Está la maestría abierta a no graduados de Literatura a nivel licenciatura? ¿Quiénes constituyen su planta docente?
—ARP: Lo que ha hecho en algunos casos especiales la maestría es aceptar egresados de la Carrera de Literatura que tienen muy avanzada la tesis, dándoseles un semestre —en el que ya estarían cursando la maestría— para defenderla. Así, mucha gente que está a punto de terminar la carrera o que ha dejado de lado por múltiples razones la tesis casi terminada la concluye y no pierde la oportunidad de entrar en el programa. Se ha dado alguna vez esta excepción en estudiantes de otras carreras —pienso en Filosofía, por ejemplo— por el alto perfil del estudiante y el trabajo casi concluido de tesis. Pero éstas son excepciones que deben pasar por seria consideración de la administración del postgrado, claro.
La planta docente está centralmente constituida por docentes de la Carrera de Literatura: un poco en orden alfabético, la lista de docentes en esta versión son: doctor Andrés Eichmann, magíster Gilmar Gonzales, doctor Guillermo Mariaca, doctora Alba María Paz Soldán, doctora Ana Rebeca Prada, doctor Keith Richards, doctora Rosario Rodríguez, doctor Mauricio Souza, doctora Mónica Velásquez y doctor Marcelo Villena. Además, en todas las versiones de la maestría invitamos a profesores que no son de la carrera, según su especialidad y la importancia de su trabajo. Hemos tenido, entre los residentes en Bolivia, a Luis Tapia, Silvia Rivera, Luis H. Antezana, Verónica Córdova, y entre bolivianos que residen en el extranjero y profesores extranjeros, a Elizabeth Monasterios, Nuria Vilanova, Eugenia Brito y Mauricio Navia. Para la versión que empieza en febrero de 2012, estamos pensando en invitar a profesores de la Universidad de Buenos Aires, con la que se ha consolidado un convenio institucional y académico muy importante.
—FN: ¿Cuál ha sido la experiencia de la maestría en sus dos versiones anteriores?
—ARP: Creo que ha sido una experiencia extraordinaria, aunque difícil. Se trató en la primera versión (2007-2008) de la fundación de los estudios postgraduales en literatura en el país, lo que significaba una gran responsabilidad y una apuesta institucional complicada. Pero hubo una respuesta importante del público y un trabajo de equipo en la carrera que dio resultados óptimos. Si no existiera un apoyo decidido de la Dirección, del Consejo de Carrera, de los docentes, etcétera, este tipo de emprendimiento sería imposible. Por suerte, en la carrera tuvimos todo esto y en grandes cantidades. El entusiasmo en torno a las maestrías ha sido sostenido, pues todos nos damos cuenta de lo que significan: entre otras cosas, no perder tantos profesionales a otras maestrías y al extranjero; formar los cuadros que son el futuro de la propia carrera, y atraer a diversos profesionales de ramas académicas afines a los saberes de la literatura que buena falta nos están haciendo en estos tiempos.
Los grupos que se forman en la maestría no son multitudinarios, ya se imaginarán. Pero son grupos en que se mezclan profesionales de ciencias humanas y ciencias sociales con licenciados en Literatura, generándose un muy rico diálogo entre disciplinas. Se consolidó la experiencia con la segunda versión (2009-2010), en la que ya la administración fue más fluida y experimentada. En gran medida, la alta calidad del equipo docente y de los importantes invitados internacionales fueron responsables por el éxito de las dos primeras versiones. Este año hemos entrado en la fase de defensa de varias tesis de maestría y los resultados han sido de primera. Ésta es, claro, la señal más sólida de la calidad del programa.

2007 Durante ese año y hasta 2008 tuvo lugar la primera versión de la Maestría en Literatura Latinoamericana.

3 La que se iniciará a principios de 2012 será la tercera versión de la maestría que ofrece Literatura.

10 son los docentes de base que dictan los cursos de la maestría, a los que se suman profesores invitados.

“El objetivo principal de la maestría es formar investigadores en las áreas relacionadas con el lenguaje y la literatura. Luego se trabaja la posibilidad de inscribir esa investigación en campos más concretos como el ejercicio de la crítica académica y periodística de los discursos culturales, y las estrategias y maneras en que se puede enseñar estas materias”.

“La maestría es una prolongación de lo que se hace a nivel postgrado. Es un programa que desarrolla y profundiza las líneas centrales en nuestra formación, concentrándose en la reflexión teórica y la producción de conocimientos alrededor de la literatura latinoamericana”.
Mónica Velásquez

“El público que considera la posibilidad de estudiar literatura es, ante todo, un público al que le gusta leer. Ese nivel de lectura se entiende como un goce estético básico, como una actitud de disfrute del objeto literario. Uno puede permanecer en ese nivel y no perder lo que hace rico, disfrutable y desafiante al texto, o puede elegir la profesionalización”.

Existe la posibilidad de profesionalizar la comprensión lectora, se puede adquirir habilidades especializadas de lectura y comprensión literaria que llevarían a aquello que nació como mero disfrute a un segundo nivel. Para esto, existen instancias, como la Carrera de Literatura, que ofrecen cursos de especialización en varios niveles.

“Hoy en día, las universidades del mundo han dejado de privilegiar la profesionalización y han puesto el énfasis en el tema de la investigación y el postgrado”.
Juan Carlos Orihuela

Poesía entretejida La palabra que rehúye

Inauguramos Poesía entretejida, espacio dedicado a la lectura de poemarios clave de nuestra historia, con la de Castalia bárbara.

Hay poemas que crean imágenes tan bellas y potentes mediante palabras que tal parece que estaríamos ante el cuadro de un talentoso pintor. Si es que se puede hacer este tipo de relación tan directa entre pintores y poetas, se podría decir que Ricardo Jaimes Freyre (1868-1933) es el mayor pintor flamenco de las letras bolivianas. Los pintores flamencos y holandeses del cinquecento (siglo XVI) desarrollaron un estilo pictórico conocido como el claroscuro, estilo que consiste en la utilización de fuertes contrastes de luz y de sombra en sus cuadros para resaltar ciertos elementos. Su aplicación más radical se denomina tenebrismo. Una traducción de esta técnica a las letras sería el libro de Jaimes Freyre Castalia bárbara (1899), primer poemario de este escritor que explora la mitología nórdica y que lo coloca, junto a Rubén Darío y Leopoldo Lugones, entre los primeros exponentes del modernismo literario en Latinoamérica.
Ahora bien, si se revisan los 13 poemas de Castalia bárbara teniendo en mente este estilo pictórico, se notarán grandes similitudes. Lo primero que hay que destacar son los contrastes pictóricos en las imágenes casi plásticas:
“El Pastor apacienta su enorme rebaño de hielo, que obedece -gigantes que tiemblan la voz del Pastor.
Canta Lok a los vientos helados que pasan, y hay vapores de sangre en el canto de Lok”.
El purísimo blanco del hielo del paisaje es salpicado y contrastado por tintes rojísimos del canto guerrero de Lok. Se nota el contraste entre colores, silencio y canto, hielo (solidez) y vapor (inconsistencia). O esos cisnes, del poema I, de “Crespas olas que las nubes oscurecen/ con sus cuerpos desgarrados y sangrientos”. En fin, son luces y sombras, son blancos y rojos, que se contrastan en la imagen, que nos hacen descubrir un blanco más blanco, un rojo más rojo, una luz más brillante, una noche más profunda.
Por otra parte, la musicalidad en los poemas de Castalia bárbara puede percibirse claramente. El mismo Borges manifestó no entender el poema “Siempre” y sin embargo admirar su ritmo y musicalidad, que destacaba continuamente. Pero, aparte de una sonoridad trabajada desde la fonética de las palabras y la composición de los versos, existe una musicalidad conceptual, semántica. A lo largo de todo el poemario se repite constantemente la idea de un ruido estrepitoso que se enfrenta al silencio más profundo: “Canta Lok en la oscura región desolada”. El concepto de ruido, en este caso el sonido del canto de Lok, contrasta con el silencio de “la oscura región desolada”. El himno del guerrero es más poderoso en un paisaje silente. El enfrentamiento de ruido y silencio encuentra su clímax en la batalla final de las fuerzas que se enfrentan en el último poema: un “Dios silencioso que tiene los brazos abiertos” frente al ruidoso y terrible Thor que va derribando la selva mientras blande su maza.
Pero estos contrates no se quedan en el paisaje, sino que se proyectan hacia otros territorios. Esas hadas de “rubias cabelleras luminosas” del poema VII, que se acercan a la pálida e inerte virgen y con un beso hacen que “en los ojos apagados de la muerta” brille la mirada, muestran el contraste de vida y muerte. Conceptos antagónicos, estos de vida y muerte, podrían resumirse en la imagen del guerrero bárbaro del poema “Los héroes”, que está en medio del fragor del combate, en lucha violenta, desparramando una vitalidad espantosa.
“Por sangriento ardor estremecido, hundiendo en su corcel el acicate lanza el Bárbaro en medio del combate su pavoroso y lúgubre alarido”.
Al mismo tiempo, el bárbaro tiene una herida en el pecho, signo de una próxima y definitiva muerte, parálisis de todo movimiento, de toda vida. En esa descripción del guerrero está resumida la tensión entre vida y muerte, cristalizada en una misma figura. Esta imagen mantiene vigente el contraste de los conceptos antagónicos que coexisten en ella, aunque lo hace de manera armoniosa: en guerra pero en paz. Este efecto se logra a través del claroscuro y del tenebrismo de la pintura flamenca.
Quizá el pertinente uso de esta técnica se deba al tema central del poemario. La lucha de la figura de un “Dios silencioso que tiene los brazos abiertos” es una imagen que bien podría relacionarse con el Dios cristiano en lucha contra los dioses de la mitología nórdica. El poemario, entonces, enfrenta estas dos figuras antagónicas, las hace luchar con sus propias armas, el silencio y el canto, el movimiento y la pasividad, la vida y la muerte. Porque la principal imagen del Dios cristiano es una imagen de muerte —Cristo crucificado, un hombre con los brazos abiertos—; en cambio y en contraste, la imagen de los dioses nórdicos está más relacionada con la lucha, el movimiento, la vida.
Así, Jaimes Freyre lleva hasta la exquisitez una de las características del modernismo más destacadas por la crítica: la búsqueda de la belleza. Lo hace enfrentando figuras desde lo que no son, desde sus contrastes, aunque al hacerlo de manera tenebrista lo que sucede es que ambas quedan resaltadas, vigorizadas, admiradas. Por más que una gane (en el último verso del último poema el que queda erguido es el dios silente), el lector no puede dejar de admirar la fortaleza y belleza de ambas.
*Estudiante de la Carrera de Literatura
13 son los poemas de los que se compone Castalia bárbara, además de un preludio en verso.

1899 es el año de publicación de Castalia bárbara, obra clave del modernismo en América Latina.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Jilaña, un cuento ganador

Ofrecemos a continuación un relato de Mauricio Rodríguez, ganador de varios premios literarios en Bolivia.

(Jilaña es el relato ganador del concurso El mejor viaje de mi vida, auspiciado por la Campaña SerBolivianoEs)

Escapé de casa por amor. Fue a finales de 2003, una semana después de que Alejandra viajara a organizar un mitin en la mina de Catavi. En los primeros días de lo que fue Octubre Negro. Ella estudiaba sociología. Era socialista, a veces anarquista. A veces cristiana evangélica. En ese entonces, yo tenía dieciocho años, cursaba las primeras materias de la universidad y no tenía nada de dinero. Dejé La Paz siendo ayudante de chofer en un minibús provincial. En mi segunda semana de trabajo, el minibús fue alquilado para transportar a la banda Real Continental. Veinte músicos vestidos con sacos verdes, pantalones blancos. Don Emilio, mi jefe, al principio se negó. Terminó aceptando por el dinero. Veinte veces de lo que ganaba en una jornada. La carretera a Oruro está bloqueada, dijo. Iremos por el sendero del contrabando. ¿Cargo los bidones con gasolina?, pregunté. No seas pendejo. Iremos por la ruta de los contrabandistas. Encendió el motor. Luego de un rato, mirándome de reojo, dijo:
—En Taucachi llenaremos los bidones.
La segunda parada fue en Ayo Ayo. Mi padre fue compositor, me contó uno de los trompetistas. Lo besó el diablo. Lo templó como se templan los instrumentos. Mi padre se perdió cuando era niño. Fue en Huari. Lo buscaron toda la noche pero ningún paisano lo encontró. Lloró de miedo. No del miedo que todos tenemos ante la oscuridad. Lloró al descubrir el horror que te invade al darte cuenta de que estás perdido desde hace mucho tiempo. Desde que naciste. Luego está el beso del diablo. De eso jamás me quiso hablar. Cada vez que estaba borracho me contaba la misma historia. El caso es que compuso cien morenadas porque fue templado.
—También robó cincuenta composiciones a su tío —dijo el platillero riéndose por lo bajo.
En todo el camino hacia Ayamayo los músicos cantaron morenadas que trataban de la soledad. De la soledad y el amor. De la soledad y el engaño. De la soledad y el alcohol Caimán. De la soledad y una mujer perdida en el altiplano. Pensé en Alejandra con algo de desesperación. Incertidumbre. Tristeza. Sentí náuseas. Me sentí errando sin un rumbo fijo. No es por la Biblia, dijo don Emilio. No supe qué responder. ¡Carajo! ¿Ves ese pueblo? Yo era joven cuando se inundó. Recuerdo el agua como un espejo que reflejaba todo. Recuerdo los techos oxidados donde esperaba la gente. ¿Qué esperaba? ¿Ayuda? ¿Piedad? ¿Caridad? Nada de eso. Esperaba como esperaron sus abuelos en la sequía, como esperaron sus padres luego de la granizada que destrozó las cosechas. Pero llegaron unos evangelizadores en una barca. Acogieron a la gente en ella. Hablaron de ayuda, piedad, caridad. Se llevaron a los más jóvenes. ¡Fueron salvados! En agradecimiento cambiaron de nombre al pueblo por el de la barca: Belén. La inundación pasó. Los jóvenes sólo regresaron para recoger sus cosas. Se despidieron de sus abuelos, de sus padres. De su tierra. Se fueron. Yo también me fui con ellos.
—Ahora es un pueblo de viejos. Ya desaparecerá.
Sol, polvareda: Angostura. Jiska Pampa. Chata. Challavito. Chuiña. Machaca. Colliri. Tirata. Chorocasi. Catuyo. Quisipata. Estancia Rosa Pata.
Al llegar a Andamarca, el radiador del minibús se averió. Mierda, se está saliendo el agua, dijo don Emilio. Hoy no llegamos a ningún otro lado. Luego empujamos el minibús hasta la plaza central, que estaba rodeada de unas pocas viviendas. Cuando anocheció, buscamos alojamiento por el intenso frío. Un arqueólogo español llamado Aníbal nos dejó pasar la noche en una iglesia, donde trabajaba restaurando pinturas coloniales. Con tal de que hagamos jaleo, dijo, os acepto lo que queráis.
—Este pueblo está muerto, ¡hostias!
Los músicos tocaron hasta el amanecer. Bebimos. Aníbal me contó que en la Guerra Civil su hermano escapó a una sierra. Los militares lo encontraron, lo prendieron, dijo. En La Muiña pararon y lo ataron en una argolla que se utilizaba para amarrar al ganado. Luego lo llevaron a un cerro. Caminaban alegres, haciéndose chanzas, cantando coplas como si la guerra hubiese sido parte de una obra escrita por chavales, dirigida por chavales, actuada por chavales, ¡me cago en la leche! Empujaron a mi hermano al suelo, lo desvistieron. Cantaban con una inocencia que jamás vi, que jamás volví a ver. Le quitaron los ojos, le cortaron la lengua. Siguieron cantando. Y lo remataron a palos y a tiros de escopeta.
—Fue en septiembre de 1936.
Salí tambaleándome de la iglesia antes del alba. Miré que algunos pobladores se reunían en la plaza. Oí que marcharían a La Paz. Reventaron unos petardos. Luego lloré como jamás había llorado. Decidí dejarlo todo. No volver a casa. No ir en busca de Alejandra. Y caminé sin mirar atrás, perdiéndome por algún sendero del altiplano.

“Escapé de casa por amor. Fue a finales de 2003, una semana después de que Alejandra viajara a organizar un mitín…”

3G Rodríguez recibirá un lector digital Kindle 3G como premio por haber ganado el concurso.

800 palabras por cuento era el límite que marcó la convocatoria del concurso.

En anteriores fechas, en instalaciones del auditorio del PNUD, se llevo a cabo la elección del ganador y las dos menciones de honor del Concurso de Relatos El mejor viaje de mi vida, auspiciado por la campaña SerBolivianoEs. Participaron de este acto importantes personalidades de la literatura y el periodismo boliviano, así como representantes del Sistema de Naciones Unidas.

Literatura Maitena cambia las historietas por la novela

Pagina siete


Cinco años después de terminar con su serie famosa de historietas Mujeres alteradas, la dibujante argentina Maitena Burundarena da el salto a la literatura con una novela, Rumble, con tintes autobiográficos, que le ha ayudado a reconciliarse con su adolescencia.

Tras más de 20 años dibujando a mujeres “superadas”, “alteradas” y “con curvas peligrosas”, que dieron la vuelta al mundo y fueron publicadas en diarios y revistas de más 30 países, Maitena (Buenos Aires,1962) decidió colgar los lápices y tomarse un año sabático.

Cinco años más tarde vuelve con Rumble (Lumen), una novela sobre una adolescente, con una madre desbordada por la presión de una familia numerosa y un padre católico y severo en la Argentina de los años 70.

“No me siento más la persona que escribió Mujeres alteradas. Sentí que el lenguaje de las historietas estaba agotado para mí, y la idea de la novela surgió como un desafío de crear algo distinto”, explicó Maitena.

“Había escrito siempre cuadernos con ideas, con bocetos, pero no sabía que me iba a gustar tanto escribir”, admite la flamante novelista que confiesa sentirse como “una principiante” en su aventura literaria y eso “es una de las cosas que más me estimulan”.

Empezó con relatos cortos y terminó embarcada en una novela que la trasladó a su adolescencia, entre los 12 y los 15 años, antes de su prematura maternidad.

Pese a las muchas coincidencias con su vida, Rumble -un término que sirve a la joven protagonista para calificar todo aquello que le provoca “dentera”-, es un “trabajo de ficción, una construcción” y a la vez “un viaje a un tiempo y un lugar en el pasado” que ayudó a la autora a “mirar de distinta manera” a su madre, asegura.

Sexta hija de una familia de siete hermanos, este acercamiento a la figura materna le ayudará sin duda en su próximo proyecto: una novela sobre las relaciones entre padres e hijos.

Virginia Ruiz: “la literatura explora a los Bárbaros”

Ruiz es la ganadora del Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo con el relato Esperando a los bárbaros

El jurado del 38 Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo ha dado esta semana su veredicto: el relato ganador es Esperando a los bárbaros, de Virginia Ruiz. Después de haber presentado hace pocas semanas durante la Feria del Libro El torturador, libro que reúne al relato ganador y las menciones del Franz Tamayo pasado —¿por qué transcurre prácticamente un año entre el anuncio de los ganadores y la presentación del libro?—, y tras una seguidilla de ganadores masculinos del concurso, llega la noticia de que Ruiz se lleva el galardón en esta nueva versión. A continuación, a manera de introducir a la autora, ofrecemos la entrevista que Fondo Negro sostuvo con ella mediante correo electrónico.

—¿Cuál es tu relación con la literatura, tanto a nivel académico como a nivel personal?
—No estudié literatura; en un principio, creo, porque vi, cuatro años antes de salir bachiller, la decepción en la cara de mis padres cuando mi hermana se inscribió en la Carrera de Literatura de la UMSA. Estudié Ciencias de la Educación. Y he sido profesora, entre otras cosas, de literatura, en colegios y universidades por algo así como 25 años. Desde chica, desde el colegio, mi relación con la literatura fue constante, como un amor de alma vieja, siempre ahí. Más adelante hice lo que al parecer siempre había querido: leer sistemáticamente literatura gracias a una maestría en Literatura Latinoamericana. Recuerdo mucho el placer que me causaba estudiar casi todo el día durante esos dos años de maestría. Y, como a muchos, lo académico no cambió el hecho de que la literatura me emociona, me perturba, me alegra y me ayuda. Mi “momento académico” con la literatura fue un momento en que pude hacer todo eso a tiempo completo.

—¿Cuál es, a grandes rasgos, el tema del relato ganador del 38 Franz Tamayo?
—El tema de Esperando a los bárbaros es la espera, la anticipación fiel, el estado de suspensión que a veces uno construye para sobrevivir. Es la espera de ese algo que “nos arreglaría la vida”, ese algo que nos haría más felices, más libres, más lindos, más adecuados...

—Hace alrededor de 20 años ganaste otro premio literario. ¿Por qué esperar tanto para volver a la escritura y/o a los concursos?
—Hay otros cuentos escritos y publicados entre el que ganó hace 20 años y este último, pero son pocos. En general, sobre esta mi parsimonia escritural, diría que la vida es duro, como dicen en Oruro. Pocas veces uno hace lo que quiere o quisiera. Escribir es un proceso muy absorbente, creo. No me deja pensar ni hacer mucho más que eso: escribir. He escrito poco tal vez por eso y también porque soy floja, porque no puedo sobrellevar esa intensidad por mucho tiempo. Los concursos han sido, las dos veces que me he presentado a uno, un pretexto, un empujón para corregir lo ya escrito.

—El título del cuento “Esperando a los bárbaros” es el de un poema del alejandrino Konstantino Kavafis. En el poema hay una ciudad, y los bárbaros son una promesa o una amenaza que nunca llega. ¿Se vive esto de forma similar en el cuento?
—Sí, sin duda. No me di cuenta de ello sino hasta tarde, cuando ya sólo faltaba corregir el final del cuento. Por eso le puse ese título. Pensé en hacer una variación del título del poema, pero para qué, si Kavafis ya lo había puesto tan bien.

—Leí que la escritura y puesta a punto del cuento te tomó cinco años. En esa línea, ¿podría relacionarse la espera en la escritura del cuento con la espera que la ciudad mantiene de los bárbaros en el poema de Kavafis? Y, en líneas generales, ¿consideras que la literatura es una labor de espera, de paciencia?
—Cinco años, sí, pero no constantes. Hace cinco años lo escribí, dos años después lo corregí, y en julio de este año lo terminé. Esperar a los bárbaros es un gesto que imagino como lo más parecido a una espera de supervivencia: es un juego con el tiempo, una forma de esconderse de él, algo así como la espera de Felipe Delgado en una chingana mientras su padre se muere, aunque en otro sentido. Cuando escribo, es cierto que tengo momentos de apabullamiento, de efusión, pero nunca he sentido que se me vaya la vida en ello. Sobre si la literatura es una “labor de espera”, pienso que sí, pero tan importante es la espera como la labor, es decir, el trabajo que haces mientras esperas.

—¿Qué son los bárbaros? ¿Qué es la barbarie?
—Los bárbaros son lo que no podemos conocer y sin embargo imaginamos que es una suerte de solución. Si, como dice un amigo, la literatura nos ayuda a conocernos como hombres, como mujeres, y a entender por qué hacemos lo que hacemos, toda la literatura explora a los bárbaros, es decir, a nosotros.

—El poema de Kafavis termina diciendo que pese a que no llegan a la ciudad, los bárbaros eran posiblemente una solución (no se dice a qué). Se dice, sin embargo, que conforman un arquetipo: “odian la retórica y los largos discursos” y las piedras preciosas los “deslumbran”. ¿Consideras, entonces, acertada la clasiquísima separación de Sarmiento (civilización vs. barbarie) y crees que los personajes la experimentan de forma similar en tu relato?
—Sin duda, la idea de esa separación que propone Sarmiento en su Facundo, que conocemos tan bien y tan de cerca, está presente en el poema, pero no la considero acertada en absoluto y creo que Kavafis tampoco. El desprecio de la gente que se piensa civilizada porque valora y aspira a la retórica, porque distingue la diferencia entre baratijas y joyas de verdadero valor, ese desprecio hacia los “bárbaros” y sus modos, al parecer tan lejanos a los suyos, no es difícil de percibir como un lugar común al que el poema alude, que el poema cita. Pero lo interesante es el giro que Kavafis le da al final: “¿Y qué será ahora de nosotros sin bárbaros?/ Quizá ellos fueran una solución después de todo”. El “bárbaro” —que no entienden y que hasta les es repulsivo— tal vez sea el que les quite el peso, la responsabilidad de encontrar una solución (a su situación) o, mejor aún, de tener que aceptar que no pueden hacerlo. Si hubieran llegado esos “bárbaros”, los “civilizados” habrían estado en sus manos, sin elección (o decisión y, por ende, sin culpa) posible. Y sin “bárbaros” que lleguen o que estén por llegar, los “civilizados” no tienen una segunda oportunidad, no tienen historia posible.
En el cuento hay algo de esto último, pero el motor de este deseo/temor de ser poseído o “invadido”, incluso hasta alcanzar una especie de anulación, es la soledad o el miedo a ella, no la incapacidad de aceptar la culpa de haberse quedado sin historia.

38 La que acaba de ganar Ruiz es la 38 versión del Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo.

5 años interrumpidos le tomó a Ruiz completar el cuento, desde su inicio hasta su entrega al premio.

La frase

“La literatura me emociona, me perturba, me alegra y me ayuda”.

Virginia Ruiz

‘Si la poesía no es libertad, no es nada’

La poesía es, ya se sabe, marginal. No sólo respecto a la sociedad (ya casi nadie lee poesía) sino también respecto a la propia literatura (por cada mil novelas que se venden, acaso alguien compra un libro de poemas). Si eso ocurre con la poesía, la reflexión sobre la poesía es doblemente marginal. Eduardo Milán (Uruguay, 1952), junto a la escritura de poemas, es uno de los pocos escritores latinoamericanos que ha insistido en desarrollar una amplia reflexión sobre la poesía.

Lo hizo durante años en la revista Vuelta, que se publicaba en México, país en el que Milán reside desde 1979. Y lo hace a través de sus libros como, entre los más recientes, Justificación material (2004), Un ensayo sobre poesía (2006), Sobre la capacidad de dar sombra de ciertos signos como un sauce (2007) y su última recopilación Cosas de ensayo (2011). La poesía, sin embargo, expresa el estado de una sociedad porque expresa el estado de la lengua, es decir, el estado del instrumento humano para conocer y para imaginar. Y lo expresa en su dimensión más radical, en el territorio extremo donde se debaten las cosas que todavía no tiene nombre, en las fronteras de lo que resulta indecible para el mundo de lo familiar y de las certezas. Esas son las cosas que le interesan a Milán. Estos son fragmentos de una charla que se desarrolló en Caracas, en un encuentro de poetas al que Milán asistió como invitado.

Antologías
— En los últimos años, junto a su labor crítica y de reflexión, ha publicado tres antologías de poesía. La antología es una forma de crítica, quizás la más radical, comencemos hablando de ello.
— En México, en los 80, por ofrecimiento de Octavio Paz hice una columna sobre poesía en la revista Vuelta. A partir de ahí hice una vinculación entre la poesía que circulaba en el ámbito de la lengua y a veces integraba la poesía escrita en Brasil. Esto me permitió ir más allá en un asunto que me preocupó siempre. Yo, a la par de escribir poesía, reflexionaba sobre la poesía. Era un asunto de formación, porque los maestros que yo tenía eran, digámoslo así, poetas pensadores. A raíz del quiebre de ciertas ideas de vanguardia y de la transformación del mundo había una ausencia de reflexión: la gente no pensaba sólo vivía. Ya no había reflexión. Entonces me propuse hacer una reflexión sobre la poesía y luego dar los ejemplos prácticos de esa reflexión, que son las antologías. En principio, con el poeta mexicano Ernesto Lumbreras hice una antología llamada Prístina y última piedra antología de poesía hispanoamericana presente (1999); después, con José Ángel Valente, Andrés Sánchez Robayna y Blanca Varela, una antología de poesía en lengua española entre 1950 y 2000 titulada Las ínsulas extrañas (2002). Por último, porque yo sentía que en las Ínsulas extrañas habían quedado fuera ciertas poéticas que salían del encuadre original, hice otra, Pulir huesos, veintitrés poetas latinoamericanos 1960-1965 (2007).
— A cierta distancia, ¿cuál es su balance de esas antologías?
— Sumando esas tres experiencias, de lo que me di cuenta fue que lo que empezó como un problema, es decir la ausencia teórica de pensamiento, se propagó como una realidad irreversible, y que ya era prácticamente imposible recuperar. Cuando yo planteaba este problema, lo planteaba como la necesidad de recuperar algo que había. No se dio. Ahora se acepta como un estado poético el que la reflexión pertenece a un tiempo pasado.

Reflexión
— Hasta hace 30 años, en el campo de la poesía, la creación y la reflexión sobre la creación parecía una pareja inseparable...
— Es cierto, pero lo que ahora hay es una creación sin reflexión. En el mejor de los casos, la reflexión sobre la poesía se integra al poema, como la aparición de otro lenguaje, un lenguaje doble. Pero ya no hay aquellas construcciones abarcadoras, aquellos discursos, como diría Lyotard, totalizantes. Están fuera. Todavía yo intento hacer algo, pero cada vez menos porque me doy cuenta de que ya no está en el espíritu de la cosa, y que cuando la reflexión teórica vuelve, vuelve mal. Por ejemplo, vuelve como proyectos semitotalitarios y de una corrección casi militar de la ausencia, que a mí no me interesa.
— Pulir huesos es una antología más que de poemas o de poetas de poéticas. ¿Qué poéticas nuevas destacaría de ese libro?
— Pulir huesos empieza, por orden de nacimiento, con dos tipos que me parecen de primerísimo orden: Roberto Apratto (Uruguay, 1950) y Diego Maquieira (Chile, 1951). Esos dos poetas representan para mí algo muy importante: la elaboración de ciertos residuos de poéticas todavía constructoras de un lenguaje común, de un lenguaje poético de comunidad. Apratto con esa poesía circular, una poesía que es lo que queda de una comunidad que reflexionaba y que queda hablando sola, como si fuera un tronco. Maquieira con una especie de proyecto épico común descalabrado, una suerte de viaje, sobre todo en el libro que se llama Los Sea Harrier (1993), que hace alusión a los bombarderos de la primera guerra del Golfo, que es una parodia de lo que en algún momento podía haber sido y no fue. Muy interesante ese par de ejemplos con los que se abre la antología. Después hay cosas interesantes de otra generación, como la mexicana Laura Solórzano o la peruana Magdalena Chocano. También hay poéticas que se dan a ciertos niveles de literatura nacional en el rescate utópico retrospectivo, como la poesía de los uruguayos Enrique Bacci, con la narrativa de ciertos episodios nacionales como la fundación de los trenes, y Hebert Benítez, con la remitologización del matrero, una figura del gaucho rebelde.

Ironía
— Sin embargo, esos proyectos poéticos no pueden ser sino irónicos, en la medida que se reconocen a priori como imposibles...
— Es verdad. Es muy difícil construir, como diría un historiador mexicano, la utopía posible, que es una contradicción en acto verbal. Esto pasa, me da la impresión, por algo que la poesía no puede captar y que Haroldo de Campos, en un artículo de principios de los años 80, llamaba el momento post utópico. Haroldo llamaba a eso la poesía de lo posible. Yo le discutía esa idea. Veía el peligro, sobre todo a futuro, de que esa formulación de la utopía posible se quedara en un eterno presente. Porque entendemos la utopía como la capacidad de ir hacia un proyecto, desplazarse en esa dirección. En esta formulación, en cambio, se trataba de fijar un presente y atraer la utopía hacia acá, no ir hacia ella. Yo decía esto tiene el peligro de anular esa dialéctica que radica en el hecho de salir de aquí. Era un horizonte cerrado.
— Pero la crítica a la utopía tiene antecedentes. Ya Octavio Paz planteaba , contra el tiempo lineal y progresivo de la utopía occidental, el valor del instante, del presente...
— Yo creo que sí. Paz plantea una crítica al proyecto utópico en Los signos en rotación, parte final de El arco y la lira y en Los hijos del limo. Pero Paz plantea esa crítica desde una mirada extraña a Occidente. El presente perpetuo y el instante son una crítica a Occidente desde Oriente. El hecho de haber sido embajador de México en la India en los 60 le sirvió para extrañarse ante el devenir de Occidente de los siglos XIX y XX desde una mirada marginal a Occidente. Lo que revela Paz en esa crítica a las ideas del tiempo y del progreso fue muy significativo porque funcionó en la práctica de su poesía, porque Paz lo vio poéticamente: el presente perpetuo donde el amor se encuentra con el amor y anula al tiempo. Pero si hoy traduces la mirada poética de Paz a una realidad pura y dura, la del capital, es devastador. Oriente era marginal respecto a Occidente, pero hoy es el centro de atención. Oriente avanza sobre Occidente pero de una manera absolutamente aniquilante, sin esperanza alguna: es el capital despiadada de 20 horas laborales por un plato de arroz. Ésa es la figura de Oriente que ahora tenemos en el horizonte.
— Hoy, ciertos poetas latinoamericanos y españoles reclaman que la poesía se ha alejado del público y abogan por una escritura que comunique certezas inmediatas...
— En ese planteamiento poético yo creo que hay el reconocimiento de una derrota histórica, que es la derrota del poeta ante el lector. Lo que señala eso es el triunfo de un lector que es el que reordena el mercado a través de un deseo de que la poesía sea eso, la comunicación, la certidumbre, y no lo que la poesía es. En el siglo XVIII, la poesía, como todo el arte, ganó su autonomía. No sólo frente al Estado, frente a la iglesia, frente a la nobleza sino también frente al lector. Eso es lo que hace Baudelaire en Francia en el siglo XIX con su “hipócrita lector”; eso es lo que hace el nicaragüense Carlos Martínez Rivas en el poema Memoria para el año viento constante: “Ya sé yo que lo que os gustaría es una Obra Maestra. / Pero no la tendréis. / De mí no la tendréis”. Eso lo escribió en 1954 y está presente hasta hoy. Lo que pasa es que hoy gano el lector, lo veíamos venir con el auge beneditiano...
— Ganó el mercado...
— Sí ganó el mercado, ganó con una poesía de lo posible, de lo entendible, de lo comunicante. Pero hay una realidad: si no hay esa comunicación, el Estado no compra ese boleto, el Estado no financia festivales ni ediciones. ¡Viva todo lo que comunica inmediatamente! Lo incomunicable poético desintegra el proyecto nacional. Eso hay que tenerlo bien clarito…
— Entonces, si ha triunfado lo posible, lo sensato y lo comunicable, la poesía retorna a su lugar más natural: el margen…
— O la poesía es de nuevo el territorio de la libertad o no es absolutamente nada.

Eduardo Milán, la resistencia y la insistencia

En la poesía latinoamericana hay una línea muy clara de poetas que al mismo tiempo que han desarrollado su obra creativa se han dedicado a reflexionar sobre la poesía. Lo fue el mexicano Octavio Paz (1914-1998), quien decía que comenzó a escribir ensayos para responderse a las preguntas que se hacía como poeta. Lo fue, ampliamente, el cubano y barroco José Lezama Lima (1910-1976). Lo es, afortunadamente, el venezolano Guillermo Sucre (1933), autor de La máscara, la transparencia, el libro todavía insuperado de crítica de poesía. El uruguayo Eduardo Milan (1951), en nuestros días, comparte la creencia en que el juego de la poesía no sólo es un hacer sino también un pensar.

En un momento en el que la consciencia crítica, la herencia más perdurable de la poesía latinoamericana desde el Modernismo, parece haber cedido, por lo menos en una amplia franja de poetas de ambas orillas de la lengua castellana, a la complacencia de los lenguajes de lo posible y de la certeza, la intemperie crítica parece más necesaria que nunca. Desde ese lugar, hace ya por lo menos tres décadas, Eduardo Milán escribe sus ensayos. Es el lugar, como él mismo diría, de la resistencia y de la insistencia. El lugar de la crítica.