miércoles, 14 de septiembre de 2011

La paceña, vecina del barrio de Sopocachi, fue ganadora del premio único de Bs 20.000 de la XXXVIII versión del Concurso Municipal de Literatura Franz Tamayo

¿Qué sintió cuando le anunciaron que fue ganadora del primer lugar del Concurso Nacional de Literatura Franz Tamayo?
Bueno, una gran sorpresa; me habían dicho que iban a anunciar al ganador en septiembre y yo dije: “No recibí nada, habrá que recoger los papeles en la Biblioteca Municipal”. Estoy aún adormecida de la emoción, muy contenta y feliz.
¿Cuántos años tiene?
47 años.
¿Tiene hijos?
No.
¿Cuál es su profesión?
Soy egresada de la carrera de Ciencias de la Educación de la Universidad Mayor de San Andrés y tengo una maestría en literatura latinoamericana en una universidad de Boston, Estados Unidos.
¿Por qué el título de Esperando a los bárbaros?
Es el título de un poema de Constantino Cavafis que habla sobre la confusión de una ciudad, donde todo el mundo se prepara, se arregla con sus mejores galas. Existe un interlocutor de voz poética que describe por qué la gente se arregla, por qué el orador practica sus mejores versos, por qué la gente está tan elegante, y la respuesta de la voz poética es porque vienen los bárbaros. Y el pasaje del poema termina en que la noche cayó y los bárbaros no llegaron nunca.
Entonces, ¿un poema fue la inspiración para escribir?
Es una mujer que espera a una especie de bárbaros. Ella espera a su bárbaro, es una historia paralela entre el poema de Cavafis y el cuento.
¿Qué dice entre líneas Esperando a los bárbaros?
Es la espera de lo que podría ser una solución a tu vida, a la situación en la que estás. Cada persona que desea algo tiene un bárbaro y espera a su bárbaro; a veces llega, y cuando lo hace no siempre es lo que uno espera o soñaba.
¿Cuánto tiempo le tomó terminar su obra?
Empecé hace más o menos cinco años. Pero, como dicen, hay que dejar que madure y volver a sacarla después de un tiempo, y se me ocurrió sacarla hace tres años, la volvía a sacar y dejarla otra vez. Hice muchas correcciones. Una buena ocasión para saber cómo estaba el texto era ponerla en el concurso, pero para eso hice muchísimas correcciones todavía.
¿Estaba pensado para presentarlo en un concurso?
Escribí el cuento pensando presentarlo al público, no precisamente para un concurso.No, no lo tenía en mente para nada. Tenía la sensación de que no estaba terminado, no estaba listo; el hecho de poner una fecha límite y darme una meta fue lo que apresuró mi trabajo. Presentarme en concurso fue lo que me incentivó para pulirlo y terminarlo.
¿Existe alguna situación particular a partir de la cual escribió el cuento?
Pensando en una amiga querida, describiendo un poco parte de su vida; luego, como le pasa a mucha gente, fue adquiriendo su propio ritmo.
¿Qué fue lo particular al darles forma a los bárbaros?
Lo valioso es escribir y volver a escribir. La emoción aparece en el proceso de la escritura, de la relectura y de la reescritura, que no sabría decirte qué es exactamente, pero no responde a una situación de mi vida, sino que la inspiración fue ese proceso de escribir.
¿Es de fácil lectura?
Es un lenguaje sencillo. Una de mis metas o tal vez de mis problemas, o lo bueno, es tratar de usar un lenguaje sencillo, más bien cotidiano.
¿En qué persona se relata el cuento?
El cuento, en su totalidad, está narrado en tercera persona.
¿A quién o a quiénes está dirigido este cuento?
A un lector como yo, es decir, no como alguien que hizo maestrías, sino a uno que le interesa y disfruta de leer y gusta de la literatura, a un lector común y corriente, no es para un lector especializado, aunque el título es la cita de un poema. En el relato del cuento uno se da cuenta de que hay suficientes datos. Cualquier persona está preparada para leerlo.
¿Qué hará con el premio en efectivo?
No sé todavía (ríe), en todo caso voy a festejar con mis amigos y mi familia, quienes tienen que compartir mi alegría.

Cuentos por publicar por gente común. Las otras obras seleccionadas para publicar son: Estudio de probabilidades, de Lourdes Belsy Reynaga Agrada; Puntos cardinales, de Claudia Adriázola Arze; Nube, de Keshia Anahel Loza Costas; Con las puertas bien cerradas, de Yovana Céspedes Terrazas; La muerte del pepino y La puerta del sol, de Rodrigo Urquiola Flores.

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