domingo, 4 de septiembre de 2011

Apuntes para un canon de poesía boliviana

Para empezar, una duda. ¿Por qué intentar conformar un canon de poesía boliviana? Cualquiera sea el motivo, cualquiera la razón, la pregunta debe reconocer la paradoja de su formulación. ¿No es acaso la palabra poética un liberarse de las ataduras del lenguaje? ¿No hacen referencia la noción, el concepto (kanon), a la regla, la norma, en fin, al círculo perfecto, tal vez ideal, de un sistema? Queremos, por lo tanto, pensar esta pregunta como un lugar atravesado por tensiones, pero, además, queremos llevar la consecuente reflexión a nuestros contextos históricos y literarios específicos, y allí guiarlos.
Creemos, con convicción, que ahí donde nace la regla también puede nacer la autonomía. Dada nuestra actual situación política, social, cultural y educativa, la conformación de un canon de poesía boliviana no sólo puede ser un mero listado de poetas o de textos representativos. Dicho de otra forma, canonizar a tal o cual autor u obra debe trascender la misma constitución del canon. ¿No estamos ya cansados de normas políticas, ideológicas, que no sólo nos dicen qué hacer, sino también qué pensar? ¿Necesita Bolivia seguir siendo alimentada con anestesia mental?
El canon es y será siempre un círculo, pero la palabra poética, una vez contactada por los lectores, dinamitará el espacio heredado para, diciéndolo de una vez, crear nuevos hitos, nuevas perspectivas; por consiguiente, más imágenes, nuevas realidades: se trata, finalmente, de la transformación real y profunda de nuestra realidad. Así, podemos decir que, de alguna manera, nuestra idea de canon es a la vez un anticanon. O, por lo menos, tendría que serlo. Dado nuestro contexto, el canon no puede ser un altar, la propuesta de un monumento, sino la configuración de un espacio siempre activo a partir del cual imaginamos nuevos territorios.
Poesía entretejida, el espacio que nace con esta presentación y que se ofrecerá al lector dos veces por mes en este suplemento, es una instancia atravesada por esas encrucijadas. A partir de ellas, claro, surgen otras más concretas: ¿cómo creamos nuestro canon de poesía boliviana?
Semejante tentativa no puede dejar de tomar como antecedente el canon de novela boliviana (2009). Aclaramos, entonces, que el que presentaremos aquí no se trata de “el canon”, sino tan sólo de su ensayo. Por ello, a través de entrevistas, se optó por un análisis y evaluación cuantitativa para la formación del listado de textos. Fueron consultados un total de siete especialistas relacionados al género, entre ellos Benjamín Chávez, Mónica Velásquez, Juan Carlos Ramiro Quiroga, Juan Carlos Orihuela, Mary Carmen Molina, Jessica Freudenthal y Montserrat Fernández. De las obras sugeridas, se extractaron las coincidencias y se apuntaron los criterios.
Por un lado, el análisis reveló que un grupo ve la necesidad del canon en relación al ámbito académico (estudio de nuestra literatura, apertura de diálogo y discusión, etc.). Otro grupo reveló su distanciamiento en la elaboración de dicho canon por considerarlo innecesario (la poesía boliviana tiene una consistencia y multiplicidad irreductibles). Finalmente, un tercer grupo marcó la importancia de la iniciativa en relación a un posible reconocimiento general y necesario de obras y autores (lucha contra el olvido, el peso de ciertas obras, etc.).
Los criterios de selección de los entrevistados también difieren. Existe un grupo que resalta la experiencia estética respecto de la obra elegida. Un segundo grupo basa su criterio de elección tomando en cuenta la relación entre poesía boliviana y latinoamericana. Finalmente, un tercer grupo de entrevistados reveló que su criterio de elección se piensa al interior de la historia de la literatura boliviana y el desarrollo de sus hitos.
¿Cuál sería el efecto de dicho canon? Según las entrevistas, por lo menos tres serían los impactos. El primero está referido al ámbito formativo y a la importancia de incidir en la educación. El segundo plantea el despertar de un recelo, pues —como bien notaron los entrevistados— un canon agrupa y excluye. Finalmente, aunque no de forma conclusiva, la posibilidad de un canon permitiría la construcción de tradiciones, lo cual abre una perspectiva en movimiento de nuestra historia literaria.
A modo de cierre, la apertura de este espacio de lecturas de poesía boliviana no tiene más que la intención de ser el primer ladrillo en la constitución de un corpus de lecturas de poesía boliviana en conjunto. Terminamos, así, sin mayor controversia, presentando la siguiente lista:

1. Castalia Bárbara de Ricardo Jaimes Freyre
2. La prometheida de Franz Tamayo
3. Estrella segregada de Oscar Cerruto
4. La noche de Jaime Saenz
5. Estancias de José Eduardo Guerra
6. El cofre de Psiquis de Gregorio Reynolds
7. El tiempo de la muerte de Edmundo Camargo
8. El rigor de la llama de Blanca Wiethüchter

*Estudiante de la Carrera de Literatura

2009 funciona como un antecedente respectoa intentos de canonizar las letras bolivianas.

8 son los poemarios nacionales que este espacio, Poesía entretejida, se propone leer críticamente.

“la apertura de este espacio de lecturas de poesía boliviana no tiene más que la intención de ser el primer ladrillo en la constitución de un corpus de lecturas de poesía en conjunto. Terminamos, así, sin mayor controversia, presentando la siguiente lista: Castalia Bárbara, La Prometheida, Estrella segregada, La noche, Estancias, El cofre de Psiquis, El tiempo de la muerte y El rigor de la llama.

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