domingo, 18 de noviembre de 2012

A 50 años del boom literario que no pasó por Bolivia

No fue falta de talento ni de búsqueda. Fue la poca difusión de la obra de los escritores bolivianos lo que hizo que las letras nacionales quedaran fuera del boom de la literatura latinoamericana. Ésa es una de las conclusiones a las que llegaron un escritor y dos académicos, quienes reflexionaron sobre este fenómeno literario, que este mes celebra 50 años.

El boom fue un fenómeno editorial que surgió en la década de los años 60, cuando el trabajo de un grupo de novelistas latinoamericanos jóvenes fue ampliamente distribuido en todo el mundo.

Entre sus representantes están autores como Gabriel García Márquez de Colombia, Julio Cortázar de Argentina, Carlos Fuentes de México y Mario Vargas Llosa de Perú, quienes abordaron en la mayoría de sus textos el realismo mágico.

“Este fenómeno no pasó por Bolivia porque en el país tenemos una debilidad en la difusión que, incluso, vemos hasta estos días”, explicó Raquel Montenegro, docente de la carrera de la literatura de la Universidad Mayor de San Andrés.

Los escritores del boom, a diferencia de los bolivianos, en la década de los años 70 ya tenían sus obras publicadas en grandes ciudades como París, México o Buenos Aires, agregó Montenegro, quien está convencida de que el boliviano Óscar Cerruto podría haber integrado el boom latinoamericano “a paso de parada”.

“Cerruto sigue la línea de los autores del boom con Cerco de penumbras, un libro de cuentos en el que encontramos el realismo mágico, un realismo mítico muy boliviano, muy andino y que podría haber estado entre los grandes”, señaló. “Pero en esa época, Cerruto luchó mucho para publicar su obra”, agregó.

Una mirada similar tiene el escritor Wilmer Urrelo, quien considera que “debido al aislamiento económico, siempre estuvimos fuera de todos los circuitos literarios. En los 70 había un circuito de países más poderosos que Bolivia. No integramos el boom pese a tener personajes importantes dentro de la literatura como Jesús Urzagasti, que tendría que haber estado en las primeras líneas del boom junto con Néstor Taboada Terán”.

Montenegro destaca el aporte de los autores del boom. “Sin duda han influenciado en autores bolivianos como Adolfo Cárdenas, Juan Pablo Piñeiro, Claudia Adriázola e Isabel Meza, entre otros”, dijo la docente.

Su colega Guillermo Mariaca va más allá. Considera que la ausencia de las letras bolivianas en el boom es una consecuencia de la mediterraneidad del país. “Somos un país encerrado en sí mismo y no sólo a nivel geográfico. Es muy difícil, en esta situación, que algún escritor boliviano, por muy talentoso o bien relacionado que esté, llegue a formar parte de un movimiento continental como fue el boom”, explicó.

Según Mariaca, en la década de los años 70, la literatura boliviana tenia como representantes a Jaime Saenz, Marcelo Quiroga Santa Cruz y Óscar Certuto, entre otros. “Al referirme a esa mediterraneidad literaria no hago un juicio de valor sobre la calidad literaria nuestra, simplemente es una constatación de que no somos capaces de plantear visiones continentales y globales; apenas nos miramos a nosotros mismos (...) aunque sin duda lo hemos hecho con gran calidad”, dijo.

La propuesta
El boom literario es el movimiento latinoamericano más importante después del modernismo, otra tendencia que se desarrolló principalmente en la poesía entre 1880 y 1910. A diferencia de éste, el boom apostó por la narrativa. Se cree que este movimiento surgió hace 50 años con la publicación del libro La ciudad de los perros de Mario Vargas Llosa.

Para Raquel Montenegro, docente de la UMSA, el boom dio a conocer a Latinoamérica como un lugar singular y especial. “Escritores como Gabriel García Márquez, Juan Rulfo y Carlos Fuentes, entre otros, quienes plasmaron el realismo imaginario en sus textos”. Esta forma de narrar expresa lo irreal o extraño como algo cotidiano. Muestra, sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad.

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