domingo, 18 de noviembre de 2012

Homero Carvalho escribe sobre su tierra Beni, tierra de mitos y leyendas

Nací en un pequeño pueblo de la llanura amazónica a orillas de un caudaloso río que cruza la vida de mis paisanos. El pueblo lleva nombre de mujer pura: Ana, Santa Ana y el río de dios de la llanura: Yacuma. Santa Ana del Yacuma.

Los jesuitas españoles trajeron a la mujer y el pueblo movima bautizó al río. En el nombre de mi pueblo como en muchos nombres de Latinoamérica se mezclan y se funden los colonizadores y los colonizados.

En Beni existe un carácter poético que nos distingue, que nos identifica, y es el agua. El agua sublimada en los ríos. El Yacuma, el Mamoré, el Madre de Dios, el Beni, el Itenez, el Apere, el Maniqui, son algunos de los ríos por donde transcurre la vida de los habitantes de Beni, el antiguo Moxos, el territorio de los Reinos dorados, en el que muchos conquistadores se perdieron buscando las fabulosas riquezas sin saber que estaban en la naturaleza.

Sabemos que los mitos y las leyendas son productos de una compleja y sistemática construcción colectiva, que tiene que ver con lo que imaginamos y creemos y son elementos constitutivos y vitales de nuestra conciencia individual. En este sentido podríamos decir que los límites de nuestra imaginación son también la última frontera de nuestro mundo.

Ambos, mitos y leyendas, por su carácter simbólico y, su relación con el inconsciente, están más cerca de la poesía que de la investigación científica; sin embargo, al igual que la ciencia intentan explicar el mundo, el origen de los dioses, la aparición del ser humano, el origen de los seres, las cosas, el bien y el mal, así como del apocalipsis.

Si creemos que lo que imaginamos es posible, entonces la magia es posible porque está en nuestros pensamiento y en nuestro lenguaje. Los pueblos no pueden vivir sin sus mitos y sin sus leyendas, por eso es que nunca tenemos que olvidar a nuestros seres sobrenaturales y mágicos, benignos o malignos, que heredamos como un legado para el futuro, porque cuando el último de ellos desaparezca nuestra sensibilidad espiritual, nuestra humanidad, se habrá ido con ellos.

A continuación algunos seres mitológicos de los pueblos de Beni, que están incluidos en mi libro Seres sobrenaturales y mágicos de Bolivia.

La Bahuajja: Para el pueblo ese ejja ésta es una montaña mágica y secreta donde moran sus muertos y sus abuelos cuentan que desde allí subían al cielo por un largo, larguísimo bejuco que fue cortado por una mujer.

El Bufeo: Entre los pueblos ribereños de los ríos amazónicos, entre la gente del agua, se cuenta que el delfín de agua dulce es un ser mitológico que, navegando entre dorados y plateados peces, se transforma en hombre para seducir a las mujeres que están bañándose o lavando en las orillas. Las hembras son las sirenas de los ríos. También se dice que cuando un hombre se está ahogando en el río es salvado por una hembra y si es mujer es salvada por un macho.

El Cacó: según la cosmovisión de los chacobos, Cacó fue el fruto de las relaciones entre una mujer y un tigre, que se amaron en el vasto silencio nocturno de la selva, donde solamente los dioses saben quienes la habitan, y fue el creador de los ríos y de los animales, así como también de otros seres humanos que fueron en un principio pequeños tatús que deambulaban por la selva tan antigua como nuestra memoria.

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