miércoles, 7 de noviembre de 2012

Homenaje a la escritora orureña Gladys Dávalos

Gladys se fue a un lugar inalcanzable para nuestro cuerpo. Un lugar apacible, lejos del sufrimiento. Los chicos “de la calle” que se adelantaron porque murieron más jóvenes que ella la esperaron para escuchar otra vez, o por primera vez, las historias de “Ururi y los sin chapa”.

Nos dejó una valiosa reconstrucción de Cochabamba en los años 35 del siglo pasado, años de guerra y de orfandad por el Chaco. “Los Pozos del Lobo” novela narrada desde los ojos de los niños huérfanos que hoy se quedan todavía más solos.

Aunque Cecé, ya no tiene la madre narradora que realizaba los viajes maravillosos, al paraíso de los Qala-pagos o al rincón del tigre azul sin salir de la habitación, tiene los libros más hermosos que una hija puede tener.

Muchos niños de la Paz, de Bolivia, se quedaron sin el “Helado de Chocolate” y hasta “La Muela del Diablo”, desde su cima hoy - que se fue su escritora - hace su soliloquio sobre el destino de los seres humanos.

Sus amigos, los escritores del PEN-Bolivia, los que pudimos tenerla como responsable del área de La Paz, los que pudimos darle, hace unos días, un pequeño regalo de reconocimiento por su aporte a la narrativa boliviana, pensamos, acongojados, sobre lo ineludible de la muerte y sobre el poder de la palabra impresa que perdura después del humo de la carne y del espíritu.

PEN-BOLIVIA. NOVIEMBRE 2012

(*) Luego de luchar durante un año contra el cáncer, la escritora orureña Gladys Dávalos falleció la noche del pasado viernes en La Paz, ciudad en la que residía hace varios años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario