jueves, 6 de junio de 2013

ALBERTO MONTT DISEÑADOR GRÁFICO Y ARTISTA PLÁSTICO ECUATORIANO “El dibujo se convirtió en mi primera voz”

Es uno de los invitados del 11 Festival Internacional Viñetas con Altura. El ecuatoriano llegó a La Paz para mostrar su obra en vivo. Aquí habla sobre su carrera, gustos e influencias.

¿Cómo te inicias en el mundo del diseño?

Estudie primero Arte y aguanté tres años, luego me salí y estudié Diseño.

Pero siempre relacionado con esa área...

Sí, en realidad quería ser biólogo o abogado, esas eran las cosas que quería hacer, pero creo que hay una serie de circunstancias que se van dando, el lugar donde quieres estudiar, dónde vives, facilidades, recursos, entonces terminé estudiando Diseño y Arte.

¿A partir de ahí, fue difícil?

Al principio trabajé en Diseño en Ecuador y se me hizo fácil porque Quito es un pueblo donde todo el mundo conoce a todo el mundo y terminas trabajando porque el primo de tu primo del hermano de tu exnovia te ofrece algo… y eso me generó una claustrofobia enorme. Eventualmente hice un par de ilustraciones para libros y una revista y decidí irme a Chile, porque se presentaba como una opción más grande. Fue frustrante porque venía con esa costumbre y me senté a esperar que alguien me diera trabajo. Al cabo de un tiempo fui a comprar unas revistas del kiosco de la esquina y a llamar por teléfono y así comenzó toda mi carrera.

Encontrar un estilo es algo difícil para los artistas, ¿cómo encontraste exactamente lo que querías plasmar?

No creo que uno apunte hacia el lugar hacia donde va a llegar, no creo que el estilo sea algo predefinido. Creo que es el conjunto de incapacidades que van configurando tu manera de enfrentarte a una imagen, entonces cuando por repetición los errores terminan siendo parte de tu trabajo, a eso es a lo que la gente llama estilo. Si ves mis dibujos, nunca hay un cuello ni codos, porque me salen pésimo y por repetir termina siendo reconocible.

¿Hay algún tema que evitarías tocar?

Yo hablo de los temas que me incumben en el momento en que los hago, desde esa perspectiva no tengo un tema tabú que a priori piense que no lo voy a tratar. Lo que sí, es que no me siento con ganas de hacer humor sobre el indefenso o aquel que no puede evitar su condición. En cambio si me gusta hacer humor sobre cosas que me afectan, porque pienso que el humor es un parachoques. Te ayuda a enfrentar la vida y el dolor para asimilarlo y defenderte en el fondo. Yo trabajo para mí básicamente, entonces no estoy pensando en el "cliente".

¿Se puede vivir de esto?

Vivo tangencialmente del blog. Uno hace libros, los libros se venden, pero a menos que seas Paulo Coelho no puedes vivir de ello. Trabajo en ilustración, que no tiene que ver con el blog, pero de alguna forma el blog me hizo más conocido, entonces la gente quiere mi mano, pero es distinto pensar que el blog me mantiene. Es bueno entender que como ilustrador tienes que ser un paquete de actividades que no se circunscriben a una sola forma de trabajar.

¿Qué conocías del movimiento historietil de Bolivia?

Nada de nada. Primero, porque soy poco consumidor de historietas. A veces me siento ridículo en estas cosas, todo el mundo habla de gente y obras y yo me quedo en ascuas. Conocía el festival porque es muy renombrado y por las referencias de amigos míos que han estado acá: Sala o Liniers. Entonces parte del por qué uno acepta venir a estas cosas es para eso, para encontrarte con gente que hace este tipo de trabajos.

Si tuvieras que armar mentalmente una viñeta, ¿qué elementos bolivianos destacarías?

Sigo metiendo información, no sé qué saldrá, pero cosas que me llaman mucho la atención es cómo manejan en Bolivia, me encantan los sombreros de las cholitas que no entiendo cómo se los ponen porque no les entra en la cabeza y no se mueven, algo así me gustaría hacer. De hecho ayer comencé a bocetear cosas como que el sombrero tiene por dentro un mecanismo que se conecta… porque no veo otra opción y creo que por ahí va a salir algo. Otra cosa, el sorojchi, obvio.

Las parodias son tu especialidad…

Sí, hay mucha parodia porque yo también consumí mucha parodia. El haber visto mucho Monty Python de niño o haber escuchado mucho Les Luthiers, el haber reido de cosas preexistentes me es muy divertido. Desde muy niño con algunas personas con las que me juntaba teníamos la costumbre de ponernos del otro lado de la historia, Las parodias para mí son una manera de explorar el qué pasaría si…

¿Será la vida una parodia de otra cosa?

Yo creo que sí. Si Dios existe es un tremendo humorista.

¿De no dedicarte a esto, qué harías?

No sé, también creo en la inevitabilidad. Creo que el dibujo es parte de mi desde que tengo memoria, al punto en que se convirtió en mi primera voz.

Impresiones del invitado. Alberto Montt es ecuatoriano, pero vivió gran parte de su vida en Chile. En su llegada a La Paz no ocultó su afición por las salteñas, a las que aseguró haber probado en Chile y Argentina, por lo que "las sigue", a donde puede. También dijo que dejará de publicar viñetas en su blog: dosisdiarias.com, por un tiempo, ya que quiere explorar algo "más documental".

En la paz. Sobre su primera visita a la sede del Gobierno, aseguró sentirse "bastante en casa" y que la gente se portó muy bien con él. En su estancia espera conocer más la ciudad. "Estuve caminando mucho y cuesta. O sea, por favor pongan algo plano en esta ciudad", dice sobre las subidas y bajadas características de La Paz.

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