Luis Peralta, historietista y editor, lleva como 12 años involucrado en la publicación de cómics de autores locales.
A partir de esta experiencia, estima que el ritmo de producción local de historietas es de una a dos publicaciones cada dos años. “Es muy poco para hablar de una cultura de producción de cómics”, reconoce.
Sin embargo, aun teniendo una producción mínima, la que hay es de autores de calidad y con una identidad local muy distintiva, señala.
Una de las señas de identidad del cómic cochabambino es la apuesta por el humor, un recurso que ha heredado de la rica tradición de caricaturistas locales.
Otra es la exploración de géneros como el fantástico y la ciencia ficción, lo que, en criterio de Peralta, habla de una vocación más universalista que localista en la historieta cochabambina.
A manera de ejemplo, cita el caso del colectivo “El clan”, que produce historietas de ciencia ficción, mitológicas y humorísticas, de rasgos muy diferentes a las que se hacen en otras ciudades del país.
No obstante, el impacto de estas obras es muy limitado y no se las llega a valorar como debería, por lo que sigue siendo una asignatura pendiente crear mejores circuitos de distribución y venta para la historieta local, concluye.
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