El libro escrito por Marta Orsini Puente sobre Gregorio Iriarte, cuenta quién fue y cómo lo recuerda la gente, anécdotas y la experiencia de haberlo conocido por mineros, dirigentes, trabajadores e intelectuales.
La primera parte del libro es una contextualización del lugar donde nació, su familia, fotografías y otros, la segunda parte son los testimonios de la gente sobre el padre oblato y, la tercera los homenajes que le hicieron en vida, por ejemplo la Universidad de San Simón le nombró Doctor Honoris Causa, la Universidad Católica Boliviana también le hizo un reconocimiento así como la Fundación UNIR con motivo del Día de la Paz.
Gregorio Iriarte fue sacerdote oblato de María Inmaculada, quien desde pequeño sintió ese deseo de hacer misiones, falleció a los 86 años el 11 de octubre de 2012, aquejado por una fibrosis pulmonar.
Tres épocas de la historia de Bolivia marcan su vida, en Siglo XX estuvo en el 64 hasta el 70 con el gobierno de Barrientos vivió la masacre de San Juan, luego en La Paz, le tocó la dictadura del general Hugo Banzer, cuando apoyó mucho a los presos, a la gente perseguida, exiliados, incluso Marcelo Quiroga Santa Cruz estaba oculto en su casa, y cuando salió a una reunión en la Central Obrera Boliviana (COB), fue que mataron al dirigente.
Iriarte vivió momentos muy duros también en la dictadura de Luis García Meza, pues se tuvo que refugiar porque era uno de los perseguidos.
Ya en Cochabamba, en una tercera etapa, se dedicó a escribir, dar cursos, y otros.
"Yo lo recuerdo como mi maestro, con el ejemplo de él hice varias publicaciones, él leía los periódicos con lápiz y tijeras, y yo me acostumbré a leer subrayando, fue un hombre muy honesto, muy comprometido con el evangelio, con sus convicciones, muy respetuoso de la ideología de unos y de otros. Criticaba la idea pero no a la persona, por eso fue amigo de todos, es un modelo de vida; quise perpetuar con esta obra su memoria para que sirva de ejemplo para todos nosotros, sobre todo la juventud que está metida en el mundo del consumismo, y que realmente hay ideales por los que vale la pena dar la vida y trabajar", expresó Orsini, quien escribió la obra porque fue un compromiso asumido a la muerte de Iriarte.
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