lunes, 10 de junio de 2013

Arequipay 2013

Hace pocas semanas, del 15 al 18 de mayo, se realizó en la ciudad peruana de Arequipa, el Segundo Festival Internacional de Poesía Arequipay, organizado por el Centro de Recursos Para La Poesía, bajo la dirección del poeta Martín Zúñiga. Un evento que convocó y reunió a poetas de varias partes del Perú, así como poetas de Chile y Bolivia.

Tuve la suerte de poder asistir a dicho evento cuyo programa consistió en lecturas públicas de poemas en sitios como la concurrida calle Mercaderes, la Alianza Francesa, el mirador del municipio de Sachaca y el parque Selva Alegre. También se tuvo una presentación de obras poéticas y literarias de autores locales y nacionales en el cine auditorio de la Municipalidad Provincial de Arequipa y un conversatorio acerca del panorama actual de la poesía latinoamericana en un salón de la Escuela de Literatura de la Universidad Nacional San Agustín, así como una feria itinerante de libros, folletos y revistas que migraba de escenario en escenario a medida que los poetas se desplazaban por las hermosas calles de la ciudad blanca, e incluso, por los pintorescos parajes de la bucólica campiña arequipeña. Un entorno natural de belleza extraordinaria que conjuga tierras fertilísimas, ríos y volcanes activos que deslumbra a cuanto los visita desde tiempos de los incas.

Entre los invitados, estuvo presente el poeta nacido en Piura pero radicado en Lima, Marco Martos, uno de los poetas más importantes de la actual poesía peruana, autor de varios libros como Casa nuestra (1965), Carpe Diem (1979), Leve reino (1996) y Vértigo (2012), entre muchos otros. De Lima también asistieron los poetas Renato Sandoval, Bruno Pólak (organizadores del Festival Internacional de Poesía de Lima), Víctor Ruiz y Luis Cruz.

De Chile estuvieron presentes Daniel Rojas Pachas, poeta, traductor y editor, Juan Malebrán (que viajó desde Cochabamba, donde trabaja como gestor cultural en el Martadero), Erik Varas, Daniel Olklay, Manuu Schlegel, Mauro Gatica y otros. Todos ellos leyeron sus poemas, éditos o inéditos, ante públicos diversos que, en todos los casos, disfrutaron mucho ante la variedad de las propuestas estéticas, los universos construidos por las diversas poéticas y, claro, las posiciones más o menos performáticas de los poetas lectores.

Hubo también presencia de poetas de otros sitios del Perú y muchos arequipeños. En resumen, el festival brindó la oportunidad de escuchar buena poesía. Poemas frescos que se están escribiendo ahora y aquí, es decir, en la región andina tradicionalmente hermanada por muchos lazos.

Fue una ocasión de conocimiento, difusión, intercambio, gestión de proyectos conjuntos, colaboraciones y fraternidad en torno a la poesía. Un evento feliz e intenso como suelen ser los festivales de poesía, todo en un marco de amistad y confraternidad elogiables, con el concurso de varios miembros de la agrupación juvenil Convergencia que apoyó efectivamente en la organización y el éxito del festival.

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