martes, 10 de septiembre de 2013

“La biblioteca hoy es un motor de cultura, no un almacén de libros”

Voluntario, que recorre América Latina para compartir sus conocimientos, Julián María Guzmán llegó a Santa Cruz de la Sierra invitado por la Red de Bibliotecas Cruceñas (CDBC). Su propuesta para dinamizar la gestión de las bibliotecas en el fomento de la lectura es la creación de clubes para leer.

¿Qué es un club de lectura?
Es un grupo de amantes del libro que se reúne periódicamente para comentar un libro. A raíz de esa actividad surgen otras: talleres de escritura, cineforo e implicar a los participantes en la vida cultural local. Se usa el libro como nexo para fomentar el espíritu crítico entre participantes.

¿Por qué recomienda la práctica de clubes de lectura?
Porque para una biblioteca es una herramienta económica, sirve para llegar a mucha gente y para hacer de la lectura, que es una actividad personal, un encuentro social, compartido y enriquecedor. También da a conocer el fondo y servicios que presta la biblioteca, que no se ciña solo al préstamo y devolución de libros o a la lectura del periódico, sino a que sea la punta de lanza de la cultura de la ciudad.

¿Cómo es la biblioteca hoy?
Es muchas cosas, no solo un almacén de libros en el que la gente consulta, sino un motor de la cultura de un sitio en base a los libros y a otras actividades. Tiene que ser un centro cultural. Hoy, con tanta tecnología, hay acceso a información caótica. La biblioteca es un pilar para usarla de manera ordenada y profesional. También debe aumentar el gusto por la lectura, por el cine, por los museos y teatros.

¿Cómo cambia la tecnología a la biblioteca actual?
La biblioteca tiene que ser un filtro en el que sus funcionarios ayuden a leer, a escribir, a usar la información de manera adecuada y crítica. Gracias a internet tenemos millones de datos en una gran cantidad de formatos, pero al final se produce la paradoja de que tanta información acaba desinformando. La biblioteca ayuda al buen uso.

¿Cambió la forma de leer?
Bastante, la gente sigue leyendo libros, pero también en internet y eso repercute porque son artículos más breves, repercute en la actitud crítica y no permite procesos extensos. Una página web se lee de manera desordenada y pulsando links. Hay muchos datos, pero menos conocimiento porque colapsamos.

¿Se imagina la biblioteca de hoy sin tecnología?
Sería un paso atrás a la hora de catalogar y de gestionar. Una biblioteca sin internet ni informática sería inviable. Si solo tenemos bibliotecas tradicionales, hay que aprovechar lo que se tenga y un club de lectura puede promover sobre todo la vocación lectora y para eso no hace falta un computador


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