jueves, 19 de septiembre de 2013

Carlos Hugo Molina cede su biblioteca para uso público

Carlos Hugo Molina es muchas cosas. Abogado, escritor, gestor cultural y de desarrollo productivo y, por supuesto, un buen lector de libros y de autores que nutrieron su sabiduría y su temple. Esa riqueza es la que compartirá con la entrega de 1.200 títulos, en depósito, a la biblioteca del barrio San Luis.

Hoy, a las 10:00, Molina llevará un primer paquete de su patrimonio y de a poco completará la transferencia en vista de que la selección, el orden y el embalaje fueron morosos y un proceso emotivo. El autor de Manuela, mi amable loca se desprende, con cada libro, de momentos, recuerdos e historias personales.

El patrimonio bibliográfico que cederá consta de literatura latinoamericana, boliviana y departamental cruceña, así como de política de América Latina y boliviana. Pero eso no es toda su biblioteca, sino la parte que juzga de mayor interés para estudiantes, vecinos y estudiosos. Los libros que se quedan con él son sobre temas técnicos.

Un gesto inusual


Hace unos meses el distrito 1 (Villa San Luis) reconoció a personalidades entre las que estaba Molina. Fue entonces que él recordó tareas que hizo en la zona en la que vive y el apego que tuvo siempre a los grupos culturales. “Me pidieron que comparta mis publicaciones y dije que iba a compartir también parte de mi biblioteca”, cuenta.

¿En qué periodo de su vida se hizo de estos libros? Fueron en aumento progresivo en su asistencia a ferias y librerías a escala internacional. Algunas adquisiciones datan de cuando vivió en Centroamérica, como la bibliografía sobre políticos y poetas costarricenses, salvadoreños y nicaragüenses como Ernesto Cardenal, de lo más conocido.

Carlos Hugo Molina está satisfecho. “Sé dónde van a estar. Me siento tranquilo de saber que van a ser utilizados”, acota.

William Rojas, director del Sistema Municipal de Bibliotecas, destaca que el caso de Carlos Hugo Molina es el primero que tiene el gesto de compartir casi todo el patrimonio literario que acumuló hasta hoy en lo que va de su vida y, además, en una biblioteca de barrio. Rojas dijo que esta colección tendrá una estantería independiente en la sede de San Luis

Otros aportes notables

1. Edgar Lora. El pedagogo llevó el 80% -1.300 libros- de sus biblioteca a Comarapa con el fin de donarla al pueblo, sin embargo no encuentra responsables que se hagan cargo. Mientras, está abierta a uso público en su casa. Consta de literatura universal, latinoamericana, boliviana, cruceña y pedagogía. A ello agrega una videoteca de películas clásicas y otras premiadas y una completa discoteca.

2. Fundalma (Fundación Alicia & Martín), de Alfonso Cortez y Emma Radosevic (literatura, capacitación empresarial y negocios). Contiene libros y películas originales con el único requisito de que los usuarios sean amigos y conocidos suyos (Beni # 678, 3.er piso). Data de enero de 2010.

3. Familiares donaron a la Biblioteca Central, las bibliotecas íntegras de Enrique Kempff (literatura y relaciones internacionales); de Luis Gutiérrez Dams (derecho) y de Róger de Barneville (literatura y gramática). Donaron parte de su patrimonio bibliográfico Susana Seleme (ciencias sociales, género); y Juan Claudio Lechín (literatura).

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