El autor paceño Oswaldo Calatayud Criales ganó el XVII Premio Nacional de Novela, por “La guerra del papel”, una obra que reivindica la escritura como un “músculo” antes que como producto de la inspiración
Literato y arquitecto de formación, Calatayud (La Paz, 1980) se ha hecho merecedor del principal galardón literario del país, dotado con 106 mil bolivianos y la publicación de la obra ganadora (a cargo de la Editorial 3.600)
La novela es resultado no de un arrebato de inspiración, sino de lo que su autor ha dado en denominar “el músculo de la escritura”, en alusión al entrenamiento y esfuezo que demanda hacer literatura
De “La guerra del papel” se valoró la complejidad y el riesgo que asume y la convierte en una novela “diferente” de las que se vienen premiando y/o publicando en Bolivia, expresó el periodista cultural Martín Zelaya, quien presidió el jurado calificador del Nacional de Novela
El propio Calatayud admite que su obra es más un “artefacto” que una novela convencional y hasta se permite dudar de que llegue a ser publicada tal como la realizó, con dibujos, tachaduras y perforaciones, entre otros recursos adicionales a la palabra escrita
Este estilo, que Zelaya califica de “vanguardista”, se contrapone a la narración epistolar que adopta el relato, en el que un exatleta gravemente enfermo le escribe cartas a la mujer que más amó en su vida
La apelación a estas maneras arcaicas de escritura, con las que se asocia las cartas a mano, se afianza gracias al uso de un lenguaje que también es antiguo, prácticamente “decimonónico”, sostiene Zelaya.
La forma epistolar se tensiona con el contexto futurista en el que se desarrolla la narración, situada en el año 2030. Esta apuesta tan particular le dificulta a Calatayud encontrar escritores y obras estrictamente literarias que pueda considerar referentes para su novela
No por nada se refiere a ella como una “maqueta”, una obra en la que palabra escrita transita a través de cartas, al tiempo que los artefactos visuales cobran diversas formas para saltar a la vista del lector.
Esta concepción visual de la novela le debe mucho a la formación de Calatayud como arquitecto, pero también a su experiencia como fotógrafo y diseñador gráfico.
Su trabajo en estas disciplinas visuales ya le permitió editar versiones artesanales de libros suyos que circularon de forma limitada; títulos como “El nuevo atlas del silencio” (poesía) y “El músculo de la escritura” (ensayo teórico). Su obra previa también puede leerse en antologías como la del concurso de cuento Franz Tamayo de 2010
Más allá del incentivo económico, Calatayud reconoce la importancia del premio para su carrera literaria, porque le permitirá seguir publicando y le abrirá nuevas puertas para continuar cultivando la escritura
No descarta publicar los libros que ya hizo. Sin embargo, si hay algo que lo tiene ocupado es una suerte de “genealogía del hincha stronguista”, un proyecto con el que busca hacer honor a una condición que reivindica tanto como la de escritor de “músculo”. Y esa es la de atigrado.
Apuntes.
Novela
Para el XVII Premio Nacional de Novela se recibieron 43 obras postulantes, de las cuales 41 cumplieron los requisitos de la convocatoria, informó el Ministerio de Culturas, coorganizador del concurso.
Para este premio, el jurado calificador estuvo conformado por el periodista Martín Zelaya, los escritores Magela Baudoin, Giovana Riveros y Mauricio Murillo, y el editor Marcelo Paz Soldán.
El Premio Nacional de Novela cuenta con el auspicio del Ministerio de Culturas y Turismo, la Embajada de España, ENTEL, Editorial 3.600 y BBVA AFP Previsión.
Literatura Juvenil
Marcelo Martínez, con su obra “Off Line, rastros de ausencia”, se hizo acreedor al Premio Nacional de Literatura Juvenil en su tercera versión, que otorga 15 mil bolivianos y la edición impresa de su obra en la editorial Santillana.
Este concurso recibió 12 postulaciones que cumplieron los requisitos de la convocatoria. La obra literaria debe estar elaborada para lectores juveniles de entre 13 y 18 años. El jurado para este premio estuvo conformado por Carlos Vera, Cristine Huber y Arturo Rico.
Literatura Infantil
El IV Premio Nacional de Literatura Infantil fue para Érika Sejas Noriega, por su obra titulada "El león fantasma y sus aventuras rimadas". La ganadora recibirá también 15 mil bolivianos y la publicación de su obra. Para este galardón se postularon 14 obras. La obra literaria debe estar elaborada para lectores infantiles de 8 y 12 años.
Inversión
El monto total de inversión en los premios asciende a 136 mil bolivianos, distribuidos en el III Premio Nacional de Literatura Juvenil (15 mil), el IV Premio Nacional de Literatura Infantil (15 mil) y el XVII Premio Nacional de Novela (106 mil)
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