Es grato encontrarse, muy rara vez, con jóvenes talentos en camino a un futuro prometedor dentro la literatura cochabambina. Algo que siempre he considerado como uno de los principales obstáculos para la escritura es el miedo a la crítica. Por algún motivo, en Cochabamba este temor es muy marcado, al grado de querer esconderse en lugar de enfrentarse a la sociedad sin importar qué tan talentoso sea.
Fernanda Ortuño Caero es una autora con corta experiencia en la vida que desde ya, se ha atrevido a romper este esquema y lanzarse al mundo a través de sus escritos. Este año publicó dos novelas: “Pequeña caja de recuerdos” y “Lejos”.
Se trata de una literata en crecimiento. No es que este proceso alguna vez se termine. Lo pongo así porque su escritura todavía está adoptando un estilo propio. Todavía está estructurándose, mejorando detalles por aquí y por allá.
Las novelas muestran tramas netamente juveniles. La inocencia infantil hasta la depresión adolescente están plasmadas en cada una sus páginas. Me gustaría darle algunos consejos para mejorar, porque nunca está demás una tercera opinión para tus escritos.
La forma de un relato nunca debe ser subestimada. Me refiero más que todo a la ortografía, los signos de puntuación, la estructuración de capítulos. Esto último puede ser omitido, hay autores que disfrutan adentrar a sus lectores sin darles un respiro hasta finalizar. Pero para esto, la obra debe ser clara y ágil.
Creo que es un gran inicio para una escritora. Porque aunque le falte bastante camino por delante, ya es una valiente escritora. La felicito más que nada por haberse atrevido. Por haber luchado por este sueño hasta verlo físicamente reflejado en las manos de desconocidos. Porque si bien escribir no es sencillo, es lo más fácil. Permitir y provocar que te lean es lo complicado. Los temas impresos en estas novelas (amor, soledad, esperanza) son íntimos para cualquier persona. Por eso aplaudo a esta autora y la incentivo a seguir por este camino. Espero ser de ayuda si alguna vez necesita algún consejo o algo de apoyo en este ámbito.
La lectura es vital, la práctica, la dedicación. Ánimo para ella. Y para ti, estimado lector, sé paciente y tolerante con las obras que alguna vez llegues a querer o detestar. Porque ninguna fue hecha con desgano y sin esfuerzo. Al contrario, valora el coraje de ese artista y toma su ejemplo para tu propia vida. Nunca sabes los sacrificios que hizo para que ese producto llegue hasta tus manos. Se merecen todo el respeto del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario