viernes, 17 de junio de 2016

Libros Pasaje Baldivieso, la puerta al mundo de la literatura



Son las diez de la mañana y pese a los escasos rayos de sol, el frío se escurre entre los abrigos, demostrando que el invierno se adelantó.

A pesar de aquello, América se encuentra sentada, cubierta con una manta que descansa sobre sus rodillas, usa guantes y está agachada como intentando arroparse. Tiene 23 años y lleva entre sus manos un libro el cual lee atentamente a pesar de la baja temperatura.
Se trata de la hija de uno de los dueños de un puesto de venta de libros que está en el pasaje Baldivieso, exactamente frente al colegio Aniceto Arce y a un costado de la iglesia Catedral. Desde el año 2005 aproximadamente, este callejón se ha convertido en la puerta de la literatura universal, pues en él se concentran miles de historias y libros requeridos por la ciudadanía tarijeña, pero también por turistas.
El vínculo de ella con los libros empezó desde muy temprano, pues su padre (Rubén) incursionó en esta actividad desde que su familia llegó de la ciudad de La Paz, allá por el año 2001, habiendo sido el primer lugar en el que vendía sus primeros libros, la plazuela Sucre. Los duplicados de estos textos de su biblioteca personal eran los primeros que vendía Rubén en un acoplado, pero luego, poco a poco fue ampliando su stock.
Así, junto a otro reducido grupo de personas se movieron hasta el pasaje Baldivieso, donde poco a poco y con el pasar de los años fue consolidándose en el centro de venta de libros más grande de la ciudad. Esto pese a que sólo seis personas se dedican a esta actividad, como son: Juana, Lucy, Lucio, Marlene, Francisca y Rubén.
Hoy, sólo en el puesto de venta de Rubén existen más de 3 mil libros de todo tipo, aunque no se tiene un registro de ellos y aparentan ser más. La variedad de textos salta a la vista pues se encuentran desde revistas, hasta poemarios, cuentos, leyendas, historia, novelas, cocina, medicina, ingeniería, derecho y todo lo que uno se pueda imaginar.
América, con tan solo 23 años, dice que gracias a su padre ha crecido entre libros y se ha leído una gran cantidad de los textos de su “biblioteca familiar”, pues atendiendo este negocio desde los 12 años, puede ahora hablar con seguridad y emoción de casi todos ellos.
Durante los diez primeros minutos de paseo por el pasaje se ve a personas de todas las edades pasar por ese lugar y preguntar por libros determinados. Derecho, oratoria y Steve Jobs son algunas de las obras requeridas por los clientes en este lapso de tiempo, todas ellas presentes en los puestos del pasaje.
“Tenemos libros bolivianos y libros Best Sellers, hay resúmenes, pero también libros técnicos universitarios (…) aunque a veces es muy triste decirle al cliente que no tenemos el libro que está buscando”, expresa América.
Así, la literatura de Tarija, Bolivia y el mundo dice presente en este pequeño espacio, pues por ejemplo, si se busca autores tarijeños uno se encuentra con variedad de libros, como el de “Subdesarrollo y Felicidad” de William Bluske Castellanos, que es uno de los más buscados.
Pero también se hallan por ejemplo “La Historia de la Universidad en Tarija”, de Jorge O’conor D’arlach, “Cuentos Chapacos y Coplas” de Oscar Alfaro o “100 poemas para niños”. También se puede encontrar “Si aún queda llanto en tus ojos”, una novela histórica de la Guerra del Chaco, de Miguel Castro Arce o el “Churo Diccionario Chapaco” de Mirtha Villarroel, que es uno de los más vendidos a los turistas.
Si se habla de autores nacionales es más la variedad, aunque no como la quisieran los vendedores, pues dicen que si bien cuentan con este tipo de obras, reconocen que no son muchas. Sin embargo, se halla por ejemplo libros de Juan Claudio Lechin, Augusto Céspedes, Manfredo Kempff, Carlos Azurduy, Wilmer Urrelo, Walter Montenegro o Isabel Inchauste, entre otros. Esta última es hermana del periodista y ex vicepresidente, Carlos Mesa, autora de “muy buenos” libros infantiles.
También se halla uno de los libros más vendidos, al menos en los últimos tiempos, como es “Control Remoto” de Raúl Peñaranda, y el más buscado por los visitantes, La Biografía de Evo Morales.
“Lo que más les gusta es la biografía del Evo, que la han sacado piratas de todo tipo, unos que otros incluso le ponen el adorno de Best Seller. Se ha vendido mucho y teníamos originales también que lo vendíamos a 150 bolivianos y se vendieron igual. Las copias hay de hasta Bs 50”, dice América.
Y si de autores internacionales se trata, el repertorio es mucho mayor, pues se puede encontrar desde un Mario Vargas Llosa o una Isabel Allende, hasta los escritores de los últimos tiempos y que ahora están de moda entre los más jóvenes, como son los reconocidos You Tubers, Germán, Droll o Rubius.

Ventas
Cuando se habla del internet y la amenaza que puede representar a este sector, al permitir un mayor y gratuito acceso a una gran cantidad de libros, se cree que las ventas del sector pueden bajar; sin embargo, según señala América, pasa lo contrario, pues la accesibilidad a un contacto con el mundo ha permitido a los lectores saber más de libros y autores internacionales, por lo que hoy, tanto jóvenes como adultos acuden a este pasaje en busca de autores y libros específicos que están de moda en otras partes del globo terráqueo.
Además, asegura que la practicidad que permite tener un libro impreso no puede ser suplantado aún con la tecnología, pues dice que los libros no necesitan las baterías del celular o la Tablet para ser leídos. Además que en ellos, se puede marcar, subrayar y escribir en las mismas páginas cualquier apunte que uno quiera, por lo que ella vaticina afirma que en vez de perjudicar el internet, ayudó al negocio a subir las ventas.

Problemas
Ahora bien, uno de los problemas a los que están expuestos los vendedores de la literatura local, nacional y universal de este pasaje es las inclemencias del tiempo, pues cuando llueve, hace frío o el calor azota, ellos deben permanecer en sus puestos móviles intentando vender sus libros. “Cuantas veces tuve que botar libros porque se mojaron con la lluvia”, recuerda América con algo de bronca.
A eso, dice que uno de sus mayores problemas ha sido siempre la inseguridad, pues al tener puestos con lona, plásticos y/o telas, han sido víctimas en varias ocasiones del robo de sus productos, pese a la seguridad que contratan ellos.
Por todo esto y tras haber pasado casi una década de estar ubicados en este lugar, los vendedores de libros del pasaje Baldivieso piden a las autoridades del municipio que se les pueda dotar de puestos fijos en este lugar, que es conocido ya como la puerta de acceso a la literatura.

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