martes, 7 de junio de 2016

Feria del Libro, con altas y bajas en su organizació



La XVII Feria Internacional del Libro de Santa Cruz concluye esta noche y, como todos los años, a la hora del balance, queda la sensación de que las cosas pudieron salir mejor con un poco más de esfuerzo en la organización.

Fue destacable la presencia de autoras como la nicaragüense Gioconda Belli y la argentina Leila Guerriero, sin embargo, es reprochable el hecho de que no se hubiera tomado en cuenta conseguir los libros de Guerriero para acercar más al visitante de la feria a su obra. No había un solo libro (de los siete que ha publicado) de la cronista argentina en los más de 100 stands, a pesar de que se sabía de su visita desde enero.

En cuanto a sus participaciones en la FIL, Belli, en una conferencia, y Guerriero, en una charla, demostraron la amplia experiencia en sus campos: la narrativa y la poética, en el caso de la nicaragüense, y el periodismo narrativo, en el caso de Guerriero.

Las mesas de diálogo
Se debe trabajar más al momento de organizar mesas de diálogo, ya que dos de ellas no se llevaron a cabo: la de periodismo cultural y la de la edición en Bolivia. La primera porque no hubo público.
Además de eso, buscar temas menos generales para las mismas, como en el caso de la mesa Narrativa contemporánea: rutas, posibilidades y desafíos o La mujer en la literatura contemporánea, demasiado gastados a estas alturas.

Este año no hubo un hit literario en la feria, como en 2015, cuando el libro autobiográfico La bomba, de Fabio Zambrana, vendió más de 1.000 ejemplares en 11 días. Aunque los libros de Gioconda Belli fueron bastante requeridos.
Las novedades literarias, tanto de autores nacionales como extranjeros, fue moderada.

Aspectos a mejorar
En opinión de la escritora Paola Senseve, la FIL crece cada año, en un trabajo conjunto de muchas instituciones y de cada uno de los participantes. “Destaco la labor de editoriales independientes que con gran esfuerzo traen las novedades literarias más interesantes: Perra Gráfica, El Cuervo, Nuevo Milenio y 3600”, declaró. Sin embargo, Senseve ve algunos aspectos que se deberían mejorar con urgencia, como el elevadísimo costo de la entrada a la feria y la falta de una agenda cultural rica y planificada. “De otra manera, la feria se convierte solamente en una actividad de índole económica y no cultural”, mencionó.

Senseve observó algunas actividades que cumplen la función cultural, pero son muy pocas. “Unas inaccesibles por los horarios y otras carentes de contenidos”.

Hay que resaltar las actividades paralelas que hubieron en la FIL, algunas de ellas ya consolidadas, como el Encuentro de Poesía Ciudad de los Anillos, que este año tuvo su tercera edición con poetas bolivianos y extranjeros

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