Después de tres años, Vilma Tapia Anaya ha publicado un nuevo poemario. Se trata de “La hierba es un niño”, que será presentado en el Centro Patiño de Cochabamba este miércoles 29 de junio, a las 18:30. En la siguiente entrevista, la escritora cochabambina habla sobre su obra y también sobre los dos festivales de poesía en los que ha participado recientemente, uno realizado en México y otro en Rumanía.
¿Qué libros anteceden a “La hierba es un niño”?
Los libros que anteceden a este son ‘Mi fuego tus dos manos’ (2012) y ‘Árbol, memoria y anunciación’ (2013). El primero fue editado por Plural y el segundo, una breve antología de autora, fue publicado en Ecuador, por El Ángel Editor, dentro de una colección de poesía que refleja el espíritu más amable de la globalización. Cada libro reúne a dos autores latinoamericanos. Edgar Allan García, ecuatoriano, y yo compartimos el mismo libro como soporte y objeto.
Cuéntenos de la estructura y los temas que aborda este nuevo poemario.
Si revisamos mi obra poética, son siempre los mismos temas los que me han ocupado. El paisaje, por ejemplo, si antes era lo que contemplaba en mis largos desplazamientos por el territorio rural de Cochabamba, ahora se ha reducido al espacio de mi jardín. Desde ahí rememoro cosas que vi. La flor del trébol me regresa a un majestuoso cañadón o el agua del riego me sumerge nuevamente en los ríos del Chapare. Para recibir los primeros rayos del sol en este Nuevo Año Andino, desperté a la hora que indicaban las páginas de Google. El sol iluminaba lejos, la cresta de las montañas. Esa visión me llevó hasta el Tunari que una vez escalé y sé que no volveré a hacerlo. Ves, son esos los temas… El amor ha cambiado de rostro, me dijo un amigo después de leer este libro. Yo creo que tuvo el mismo rostro siempre, se me ocultaba, entonces aparecía velado a los lectores.
¿En qué proyectos literarios anda?
Algo extraño me sucedió con “La hierba es un niño”. Justamente pensando lo que acabo de decirte, quizá porque el amor apareció total, en este libro, yo pensaba que podía ser el último. Es tiempo de guardar silencio, me decía. Pero no estoy tan lejos. Fue un momento de ilusión. Las noches vuelven no más, vuelven las experiencias pasadas, aparecen las futuras, y me tienes ahí, otra vez, escribiendo. Mis proyectos como tales nunca son claros, la experiencia se sobrepone.
En los últimos meses ha viajado mucho. Cuéntenos del festival de poesía en México.
El festival “Carlos Pellicer” se realiza en Villahermosa, Tabasco. Es uno de los más importantes en un país que apoya como pocos al arte y a la cultura. Hubo varios momentos impactantes en ese festival, a la medida del país que es México. Un día leímos en una universidad, donde nos dieron cuenta de los asesinatos que había en la región por semana. Cuando vi los ojos de esos jóvenes ahí reunidos tuve que sacar poemas que son rememoraciones de cantos a la alegría. Cantos quechuas de las regiones más bellas de este lado del mundo. No para atenuar nada, nada puede ser atenuado, sino como para repartir un poquito de agua, nada más. Los profesores se dieron cuenta de mi intención, me lo dijeron, pobres profesores, no pueden proteger a sus alumnos de lo que les espera al salir de las aulas. Otro día fuimos a recorrer humedales y ríos, fue maravilloso ver todas esas aves, y esos árboles gigantes.
Y en Rumanía, ¿con poetas de qué nacionalidades se conectó?
En el festival de Craiova la mayoría de los poetas eran europeos. Sólo fuimos dos los latinoamericanos. También había poetas de Japón, Egipto, Norteamérica, Rusia. Es bello escuchar todas esas voces. Cada sesión es para mí como una ceremonia donde el silencio se abre para dar lugar a esas hebras breves, fragmentadas, pero fundamentales del lenguaje. Eso es conmovedor, muy fuerte. Craiova es una ciudad floreciente. Se la está postulando para ser la capital europea de la cultura el 2021.
“Algo extraño me sucedió con ‘La hierba es un niño’. Justamente pensando lo que acabo de decirte, quizá porque el amor apareció total, en este libro, yo pensaba que podía ser el último. Es tiempo de guardar silencio, me decía. Pero no estoy tan lejos. Fue un momento de ilusión. Las noches vuelven no más...”
(*) La autora es periodista.
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