domingo, 19 de junio de 2016

El futuro en la obra de Edmundo Paz Soldán

“La imaginación es algo muy serio, no es solo escapismo y entretenimiento, es algo fundamental para construir universos”, afirmó Edmundo Paz Soldán durante la conferencia magistral que ofreció este viernes pasado, en Tiquipaya, a alumnos y maestros de la Universidad Privada del Valle.

El escritor cochabambino está en su ciudad natal por unos días, antes de volver a la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, Estados Unidos, donde trabaja como profesor de Literatura.

“Yo me lo tomó muy enserio... Cuando pienso en la ciencia ficción pienso en algo que va ocurrir en 50 años o 100 años”, dijo el autor de “Dochera”, libro con el que ganó en 1997 el premio Juan Rulfo. Sin embargo, Paz Soldán explicó que más que interesarle cómo será el mundo del futuro, en el que él ya no estará, le interesa mucho más el mundo en el que está viviendo hoy.

“Para mí, estos géneros de ciencia ficción son una especie de juego, como un desplazamiento. Tú sacas cosas del contexto actual y las extrapolas, las tiras hacia el futuro. Esa tendencia, esa exageración, te permite de alguna forma ver mejor tu presente, es un doble juego de hablar de tendencias del futuro, pero en realidad preocuparte de lo que está pasando hoy”.

Esta conferencia magistral, donde el escritor habló del proceso creativo de su nuevo libro de cuentos “Las visiones”, lanzado hace pocas semanas por la editorial local Nuevo Milenio y la española Páginas de Espuma, fue la primera conferencia de este orden que Edmundo presentó en el país.

Así, el autor relató sobre la construcción del espacio geográfico reconocible, el mundo, la isla donde transcurren las historias de “Las visiones”.

“En el caso de estos cuentos, yo pensaba en una isla tóxica donde han habido experimentos tóxicos y llega un grupo de colonizadores, un imperio, una corporación, a explotar minas y el pueblo decide revelarse”.



Literatura minera

Sobre el carácter minero de la isla de “Las visiones”, Paz Soldán evocó la Bolivia netamente minera de los siglos pasados.

“Ahora quizás ya no nos imaginamos como país minero, estamos en transición hacia otro tipo de imaginario, pero hay muchísimo en nuestra historia que tiene que ver con la larga colonización y la larga explotación minera”, dijo.

A la par, el escritor explicó que este nuevo libro de cuentos tiene cierta conexión con su última novela de ciencia ficción “Iris” (Alfaguara, 2013), que transcurre en un escenario rico en minerales.

“El espacio de esta isla (de ‘Las visiones’) gira en torno a la explotación minera... Ese imaginario de las minas qué nos tiene que decir hoy; hoy que ya no se hace literatura minera. ¿Se puede hacer literatura minera ahora? –preguntó--. Mi anterior novela, ‘Iris’, yo la considero como parte de la literatura minera. De hecho un periodista potosino me dijo que la novela ‘Iris’ le parecía una novela potosina”.



La cultura

Retornando al proceso creativo de “Las visiones”, Edmundo Paz Soldán explicó que una vez establecido el espacio geográfico donde se desarrollarían sus cuentos, el siguiente paso consistió en determinar la cultura de sus personajes.

“Cuando ustedes construyen un mundo de imaginación, ¿cuáles son los elementos culturales de ese mundo que son fundamentales? ¿Los deportes, la religión, las drogas, el militarismo?”, preguntó el escritor a su audiencia.

“Yo pensaba en la frase de un escritor canadiense, William Gibson, que siempre me ha encantado, que dice: En realidad el futuro ya está aquí, el futuro ya ha llegado, solamente que no está distribuido de manera pareja”.

En ese sentido, Edmundo Paz Soldán imagina un futuro parecido al presente pero más exacerbado, con bolsones de progreso y desarrollo tecnológico en medio de un gran mar de precariedad, pobreza y subdesarrollo.

“Si ustedes piensan en la cantidad de gente que hoy que vive con un dólar al día; hay gente que vive en un estado muy precario... Cada vez se van a ir exacerbando las desigualdades y las diferencias sociales. En esa desigualdad hay gente que está muy explotada y gente que está muy bien”, aseguró.



La fe y las drogas

Para el escritor cochabambino, el futuro que imagina y que también presenta en esta serie de cuentos de su nuevo libro, está cargado de personajes con una fe o una religiosidad también exacerbada.

“Un largo periodo después de las conquistas y de la ilustración se pensaba que mientras más avanzaba el desarrollo científico, llegaba un punto en que se iba a eliminar de nuestra relación con la tierra, con el planeta, el deseo, el fervor religioso, aquello que no pasa necesariamente por la razón sino por la fe. Se pensaba que la razón iba a conquistar el mundo”.

Sin embargo, según explicó, “con el desarrollo tecnológico no hay un progreso lineal, sino que más o menos estamos incluso asistiendo a ciertas guerras de religión. Más bien hoy el avance tecnológico ha provocado la exacerbación, la provocación de, por un lado mayor fervor religioso en la gente en general, y por otro lado ciertos grupo de mayor fundamentalismo religioso en el que incluso hay una lucha armada por defender los valores”.

“En el futuro yo creo que la religión va a ser cada vez más importante y eso es lo que quería mostrar en ‘Iris’ y la cantidad de dioses que aparecen en ‘Las visiones’, en esta isla, es porque el desarrollo tecnológico también ha propiciado el deseo de conectarse con algo mucho más profundo, que puede ser tu relación con la tierra o tu relación con el universo a través de los dioses”.

Según relató, otra pregunta que se hizo durante la escritura de “Las visiones” estuvo relacionada con las herramientas que sus personajes necesitarían para enfrentarse al mundo.

“¿Podemos hoy enfrentarnos a este mundo hostil solos, sin ninguna ayuda? Creo que unos cuantos pueden hacerlo, pero la mayoría --por si acaso yo me incluyo-- necesita algún tipo de ayuda y una de esas ayudas es la religión como consuelo, la religión como esperanza, como intento de crear una comunidad más grande para sacarte de tus individualidades”.

Además de la religión, las drogas son otro elemento fundamental que Paz Soldán consideraba importante para que sus personajes tanto de “Iris” como de “Las visiones” puedan enfrentar el mundo hostil del futuro.

“El café es una droga muy aceptada y el alcohol... En ‘Iris’ y en ‘Las visiones’ hay un abanico de sustancias que ayudan en dos cosas: a trascenderse y buscar algo más sublime y más grande, y eso no es algo inventado sabemos que en muchas culturas la religión está conectada con el uso de las drogas desde el principio de los tiempos; y hay otras (drogas) de entretenimiento, de escape”.

“Para la construcción de este mundo de ficción yo sentía que los dos pilares, curiosamente hermanados, eran la droga y la religión, formas con las que los individuos podían enfrentarse a una situación hostil”.



“Si ustedes piensan en la cantidad de gente que hoy que vive con un dólar al día; hay gente que vive en un estado muy precario... Cada vez se van a ir exacerbando las desigualdades y las diferencias sociales. En esa desigualdad hay gente que está muy explotada y gente que está muy bien.”

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