miércoles, 30 de mayo de 2012

Vuelve la moda de las plumas a tinta en plena era del e-mail

La pluma estilográfica, como las clásicas Montblanc y Parker, vuelve a la moda en la era del e-mail y las redes sociales, cuando la palabra escrita se confía sobre todo al teclado de una computadora o los teclados virtuales del iPhone y las tabletas.

El fenómeno va contra la corriente, con un instrumento pasado de moda por excelencia que a los ojos de los más ancianos evoca recuerdos de dedos manchados de tinta, cuadernos llenos de manchas y pilas de papel secante.

Sorpresivamente, en el último año las ventas de estas piezas en los negocios británicos se multiplicaron. El diario británico Daily Telegraph captó el fenómeno e inauguró un foro de discusión entre sus lectores, tras publicar la carta de alguien que preguntaba: “¿Cuándo fue la última vez que usaron una estilográfica?”.

Así llovieron las contribuciones de los enamorados de la pluma. Desde el sur de Francia, incluso, un tal Robin Chapman contó que todavía usa una pluma de oca: “Siempre lo hice, y lo haré siempre”. Y si las plumas proceden de los desdichados pavos que Chapman tiene en su jardín, “funcionan todavía mejor”.

Sin cifras globales, el Telegraph reveló que entre enero y mayo las ventas de estilográficas en Amazon se duplicaron respecto a los cinco primeros meses del año pasado y se cuadruplicaron respecto a 2010.

Parker, que produce plumas desde 1888, registró una “resurrección” de las ventas globales en los últimos cinco años, mientras su rival alemana Lamy registró un 5% más sólo en 2011.

“Son tiempos complicados, en los que da seguridad volver a los objetos tradicionales. Un mensaje escrito a mano siempre gusta más que uno vía e-mail”, comentó Sharon Hughes, compradora de la cadena de grandes tiendas John Lewis.

Lo interesante es que el boom de la estilográfica no está vinculado al regreso de la escritura a mano: en los mismos períodos considerados, las ventas de bolígrafos permanecieron estables.

Según la BBC, el retorno de lo que en Gran Bretaña se llama “fountain pen” (pluma fuente) es la clásica historia de cómo el estatus de un objeto se adecua a la evolución de la tecnología.

Tiempo atrás la estilográfica tenía el monopolio, pero en la década de los años 60 el perfeccionamiento del bolígrafo creó una competencia despiadada. Las plumas a tinta no desaparecieron, pero cambiaron su relación con los usuarios.

Objeto de lujo
Estilo Transformada en objeto de lujo, la pluma se transformó en el instrumento con que los jefes de Estado y de Gobierno firman leyes y tratados.


Nostalgia Quienes las compran para sí mismos, por su parte, lo hacen para volver a escribir “a la vieja usanza”. Como explicó en The Writing Desk Martin Roberts, un especialista en estilográficas: “Hay un McDonald’s en cada esquina. Esto no impide apreciar la bondad de una buena comida hecha en casa”.

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