martes, 15 de mayo de 2012

Marvel, el renacer del cómic del siglo XXI

¡Crash! ¡Boom! ¡Bang! Aprendí a leer exclamando estas onomatopeyas. Mi padre dice que las primeras palabras que pronuncié fueron las míticas “avengers assemble!”, reflejo inequívoco de que desde la cuna el cómic marcó una pasión que trascendería el mero entretenimiento para convertirse en una inquietud intelectual.

La verdad es que hoy más que nunca -cuando Los vengadores triunfan en cartelera como colofón a una saga que en los últimos años rescató a Hulk, El Hombre de Aceroy Thor, entre otros- no me cabe la menor duda de que la historieta es el noveno arte, más aún porque el cine se adueñó de su encanto para hacer eco en las generaciones que tienen como referencia a los héroes creados por la genial dupla Stan Lee - Jack Kirby, allá en los fructíferos y complejos años 60.

En este trascendental proyecto, que significó el gran envión de la compañía Timely Publications (creada en 1939) y rebautizada luego como Marvel, Stan y Jack no hicieron otra cosa que adentrarse en la mitología clásica para crear un nuevo Olimpo de héroes capaces de salvar el planeta y no morir en el intento.

El propio Stan Lee -“the man”- reconoció en una entrevista en HBO que sus superhéroes nacieron de La odisea, El cantar de los cantares, las leyendas nórdicas e incluso El Señor de los Anillos.

“El ser humano siempre tuvo la necesidad de creer en dioses para explicarse a sí mismo. Pero estos seres omnipotentes son inalcanzables, por eso surgen los héroes, personas comunes y no tanto, con la capacidad de dar la vida por los demás, servir de ejemplo y establecer una conexión entre la divinidad y el resto”, explica.

Aunque el creador deEl Hombre Araña, Hulk y Los 4 Fantásticos dejó entrever cierta molestia por la “manipulación tendenciosa” de los grandes estudios de Hollywood en las historias de sus personajes, admitió que fue Walt Disney Productions, la multinacional del entretenimiento, la que salvó a Marvel de la quiebra llevando las sagas a la gran pantalla.

Y es que Marvel, “la casa de los sueños”, que ahora vive un momento de gloria con el auge de El Hombre de Acero, Thory Los Vengadores (The Avengers), estuvo hace poco más de una década al borde de la desaparición porque los cómics tradicionales se habían anquilosado en el tiempo y no fue sino hasta 2009 que recibió la vital inyección financiera de la poderosa Disney.

Al respecto, en la reciente edición del Salón del Cómic de Barcelona, el especialista e historiador del género Xavier Coma señaló que “necesitaban una transfusión de modernidad que necesariamente obligaba a replantear la continuidad de ciertos personajes que eran incapaces de competir con la desbordante energía de los videojuegos, el lenguaje de internet y el empuje de las nuevas tecnologías”.

El día que Marvel cambió

David Lloyd, el dibujante de la serie V de Vendetta, un cómic de culto creado por el prolífico Alan Moore, explica que “Marvel cambió cuando vio sus paupérrimas ventas en los quioscos estadounidenses. Entonces se dio cuenta de que tenía que recomponer su universo. Se fijó en que nadie quería un Hombre Araña perfecto, noble e intachable en una sociedad marcada profundamente por las contradicciones del sistema capitalista, donde además Estados Unidos dejaba de ser el ángel guardián del mundo y era vulnerable”.

Lloyd se refiere, claro está, al impacto emocional que causó en la sociedad estadounidense el ataque contra el World Trade Center, el 11 de septiembre de 2001.

“Aquel día Estados Unidos perdió la virginidad de un modo violento, fue violado en su esencia de inmaculada presencia e introducido a la fuerza en el siglo XXI. Por supuesto, el trauma debía quedar reflejado en la cultura popular y qué mejor que el cómic como espejo de una realidad que jamás volvería a ser la misma”, comenta Lloyd.

Ciertamente, el 11-S sirvió para que Marvel cambiara el sentido argumental de sus historietas. Frank Miller, guionista y dibujante que había reinventado a Batman en su memorable El Señor de la Noche (DC 1986), ayudó al departamento creativo de la empresa.

Lo primero fue replantear las historias desde cero; es decir, explicar el origen del Hombre Araña en un contexto post-11-S, refrescar el concepto clásico de que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, e introducir un nuevo concepto estético próximo a la luminosidad de los juegos de video.

Nació así el “ultimate”, el estilo, “nuevo, audaz, arriesgado, vanguardista” que acabaría imponiéndose en el mercado y abriría, al mismo tiempo, las puertas de las grandes salas cinematográficas “a los héroes de toda la vida revitalizados” para beneficio de Marvel, por supuesto, y para el día a día de la nueva hornada de lectores atraídos por historias, esta vez, contadas desde una perspectiva contemporánea.

Once años después, cuando la versión cinematográfica de Los Vengadores es un éxito de taquilla y el filón de las adaptaciones de cómics no parece tener fin, repaso una y otra vez las viejas historietas de hojas amarillentas que servían de perfecta válvula de escape para huir de los supervillanos de la escuela representados por los profesores de matemáticas y me digo, “mirándolo bien, al final siempre triunfa el héroe interior”.

Los más influyentes del mundo del cómic
Dibujante Jack Kirby es el nombre artístico del historietista estadounidense judío Jacob Kurtzberg, considerado uno de los autores más influyentes de la historia del comic book y el dibujante de superhéroes por antonomasia.


Historietas Junto a Stan Lee, creó durante los años 60 gran parte de los personajes más importantes de Marvel Comics, tales como Los 4 Fantásticos, Thor, Los Vengadores o X-Men, y promovieron el resurgimiento del género.


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