- La revista “Historias de Oruro”, que ya llegó al número 26, permite descubrir el hermoso y riquísimo pasado de la ciudad, con el entusiasmo de dos profesionales jóvenes, Fabrizio y Maurice Cazorla Murillo, en base a la investigación minucioso de cada temática.
El primer número apareció el 6 de octubre de 2010, para conmemorar el bicentenario de la revolución que precisamente se recordó esa fecha y que era importante recordar a los personajes, a los seres humanos que, sin la tecnología de hoy, enfrentaron a quienes querían seguir sojuzgando a los oriundos de la tierra denominada Uru Uru.
Ya son cuatro años de constante trabajo y en forma bimensual aparece un número con distintos hechos históricos de los cuales se sienten orgullosos los orureños. A veces descubren fotografías inéditas, que estaban ocultas en los anaqueles de grandes escritores o de personas altruistas que ofrecen sus imágenes para sorpresa de todos.
Fabrizio Cazorla dijo que se está “reconstruyendo, pieza por pieza, la historia del departamento de Oruro, en base a las historias documentadas, contadas y fortalecidas con las imágenes fotográficas de aquellos tiempos, especialmente de los tiempos de oro, como era hace casi cien años”.
Gracias a la investigación, se pudo encontrar, por ejemplo, una fotografía de Moisés Espinoza Aliaga, el maquinista del tren que salió de Oruro a la una de la madrugada del 22 de marzo de 1952, con los restos del gran héroe boliviano, Eduardo Avaroa (con “v” pequeña, como se decía entonces, porque Avaroa siempre firmaba sus documentos con esa letra y no como ocurre ahora con la “b”).
Una fotografía de la firma de Eduardo Avaroa fue reproducida hace más de 50 años por el periódico La Patria, ante la gran discusión que hubo con los historiadores y familiares, sobre el uso de la “v” en el apellido. El periódico puso punto final a esa discusión, encontrando manuscritos firmados por el héroe que defendió el puente del Topater, en Calama, cuando ocurrió la invasión chilena, el 23 de marzo de 1879.
“Hemos podido descubrir que hay gente que se apega a lo nuestro, a lo que ha pasado. Los jóvenes de hoy, por ejemplo, tienen más interés por descubrir lo que era Oruro y, nosotros tratamos de satisfacer esas expectativas a través de las revistas”, expresó.
Según el informe, las fotografías son descubiertas a través del diálogo con las personalidades de Oruro o con la gente que a veces ha logrado una imagen que, sin quererlo, los ha conservado y ahora tiene alto valor informativo y es un documento valioso para todos.
La última revista presentada por los hermanos Cazorla Murillo se registró el viernes 18, con la edición 26, como homenaje a la Banda Pagador, que recientemente ha cumplido 50 años, participando en el Carnaval de Oruro, la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
“Hemos dedicado este número a la Banda Pagador, que con memora sus 50 años de vida, porque forma parte de la historia de Oruro y la influencia que tuvo en las nuevas generaciones, para la formación de profesionales músicos que hoy ya tienen trayectoria”, explicó Cazorla.
Las autoridades y empresas particulares respaldan con publicidad cada una de las ediciones, porque saben que Oruro no puede perder su historia y, más al contrario, hay que rescatarla, por el trabajo responsable y serio que emprendió Fabrizio y Maurice.
Fabrizio Cazorla es docente de la carrera de Comunicación de la Universidad Técnica de Oruro. Maurice Cazorla es presidente del Comité de Etnografía y Folklore y de la Sociedad de Historia y Geografía. “En cada edición hay una memoria colectiva de las personas”, reconoció.
“Al principio, mantener las publicaciones, fue difícil, pero ahora menos mal que ya contamos con algunas empresas que nos ayudan”, expresó Fabrizio.
Entre las historias se encuentran también a los primeros diablos que hace más de 150 años bailaban en la plaza del Socavón. La historia del Colegio Bolívar o del primer ferrocarril que llegó a Oruro son parte de una hermosa historia que tiene esta ciudad. La edición 26 ya está en circulación en la ciudad de Oruro y en el interior del país, para conocimiento de los amantes de la historia y la literatura.
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