jueves, 10 de julio de 2014

¿Que hago para que mis hijos lean más?

“Lo más importante para los padres es tener un abanico amplio de títulos para que sus hijos puedan leer libros que les gusten y descartar los que no. Es interesante dejarles descubrir diferentes obras y formatos sin condicionarles, para que ellos decidan”, dice Sven Huber, cofundador de Boolino (www.boolino.com) , una plataforma para el fomento de la lectura infantil.

Desde esta web se ofrecen recomendaciones sobre los mejores libros adecuados al perfil de cada niño y una caja mensual, para suscriptores, que contiene un libro infantil destacado, una guía para padres y material para realizar actividades relacionadas con la obra.

“La calidad de un libro depende de muchos factores, ya que un título que entusiasme a un niño y estimule su curiosidad puede no interesar a otro y, además, a menudo, lo que los adultos consideramos positivo puede no apetecer en absoluto a los pequeños”, indica Huber.

Consultado por Efe sobre qué pueden hacer los padres para conseguir que sus hijos se inicien en la lectura, lean más y lo conviertan en un hábito, este experto sostiene: “Lo más importante es que niños y niñas vean leer a sus padres”.

“Para que los niños asocien la lectura con algo placentero es necesario que vean a sus personas de referencia (padres, abuelos, hermanos…) disfrutar con ello; de otro modo es difícil hacer de la lectura algo cotidiano y natural en el hogar”, añade.

Por eso, según Huber, también es importante que haya libros en casa, que los niños “puedan tocar, oler y manosearlos siempre que quieran. Que entiendan el libro como un objeto cotidiano”.

“Gestos tan sencillos como regalarles un libro, crear una biblioteca personal en casa, un rincón de lectura para ellos u organizar un club de lectura en familia pueden ser los disparadores de un hábito que les durará para siempre”, destaca.

Desde la cuna

El cofundador de Boolino aconseja a todos los padres que hagan de la lectura algo cotidiano y habitual en la familia, que lean juntos o por separado en diferentes momentos y que haya rutinas de lectura.

“Siempre deberíamos buscar el lado positivo y motivador de la lectura, y nunca utilizarla como un castigo o una obligación”, señala.

Para Huber, los hábitos lectores pueden y deben empezar a trabajarse desde el nacimiento del niño, “primero con libros adecuados para bebés y, a través de la voz de los padres, con canciones y ‘nanas’ para, más adelante, dependiendo de su evolución y capacidad, con libros en los que predomine la imagen, pero que vayan introduciendo algo de texto. De este modo desarrollaremos su capacidad lectora”, recalca.

“Si los libros han acompañado al niño desde siempre, éste entenderá la literatura como algo natural en su vida y en su desarrollo, como algo que forma parte de sí mismo. Así será mucho más fácil que acuda a ellos con voluntad propia cuando tenga la capacidad de leer de manera autónoma”, remarca.

“Por otra parte, tratar de acelerar el proceso o presionarlo, solo sirve para saturarle. Es preferible atender a las necesidades particulares de cada niño para conseguir el mejor resultado”, recomienda.

Lo más importante: el placer de la lectura

Para este experto el fomento del hábito lector no es magia, sino “un proceso lento en el que, lo más importante, es no perder la paciencia y, sobre todo, nunca obligar a leer, ya que eso hace que el niño asocie el libro con un deber, con algo negativo y, por ese camino, es imposible que lea de manera voluntaria. Debe buscar únicamente el placer de la lectura”.

Por otra parte los padres deben escoger los libros en función de la edad, de los gustos e intereses personales de los hijos y no en función de su género.

Creciendo en la era digital

Algunos niños suelen pasar mucho tiempo delante de una pantalla y jugando en consolas, teléfonos móviles, tabletas u ordenadores o mirando la televisión, pero según Huber todo ello “es compatible con leer y demonizarlo únicamente sirve para que los niños asocien la lectura con algo aburrido y tedioso”.

“A través de los nuevos dispositivos electrónicos los niños también leen. Un libro, por el mero hecho de serlo, no siempre es mejor que una buena aplicación o un videojuego interesante. Hay tiempo para todo, los nuevos formatos amplían las oportunidades de descubrir la lectura, no la canibalizan”, enfatiza.

Según este experto germano “a nivel tecnológico los libros electrónicos y las aplicaciones de lectura, o relacionadas con un libro, nos traerán muchas y nuevas oportunidades”.

“En los mercados anglosajones la lectura digital está más consolidada y todos sabemos que una parte del mercado de lectura en el futuro será digital, también, que el libro en los formatos actuales, no desaparecerá”, comenta este profesional.

Para Huber, la digitalización de contenidos y los libros animados, acercarán el libro a capas de la sociedad que tradicionalmente no han sido lectoras ¡”y, por ese medio, conseguiremos que más niños crezcan como adultos lectores”. /

LO DIJO:

Gestos tan sencillos como regalarles un libro, crear una biblioteca personal, un rincón de lectura para ellos u organizar un club de lectura en familia pueden ser los disparadores de un hábito que les durará para siempre a los niños.



10 títulos para hijos y padres

Algunos de los libros y cuentos infantiles favoritos de Huber, orientados a menores entre los 3 y 8 años son:.

1. “Soñario”, de Javier Sáez Castán.
2. “El jardín del abuelo”, de Lane Smith.
3. “El rey Hugo y el dragón”, de Peter Bently.
4. “El pequeño agujero”, de Isabel Pin.
5. “Hombre luna”, de Tomi Ungerer.
6. “Estela”, de Pablo Albo, ilustrado por Miguel Ángel Díez.
7. “Finn Herman”, de Mats Letén, ilustrado por Hanne Bartholin.
8. “El libro rojo”, de Barbara Lehman.
9. “Un huevo con sorpresa”, de Emily Gravett.
10. “La maceta vacía”, de DEMI.



EL VEREDICTO DE AYN

La importancia de poner de pancita al bebé

La estabilidad, el equilibrio, los cambios de postura y la firmeza de los movimientos, son parte de la coordinación de movimientos gruesos del bebé. Una coordinación gruesa bien estructurada, brindará al bebé confianza y seguridad en sí mismo.

Es muy importante estimularlos desde muy temprana edad en este sentido, una importante maniobra motriz es “colocar al recién nacido de pancita en el suelo” sobre una alfombra de “goma eva ”, una frazada doblada o un colchón firme, lo importante es que no se modifique el apoyo corporal del bebé, que no se hunda o desequilibre.

Su colchón debe ser lo más duro posible, está completamente contraindicado usar colchones de esponja o plumas. Los más recomendables, y saludables para la futura postura de los niños son los tradicionales colchones de lana.

Con la postura “boca abajo” se conseguirá obtener fuerza y dominio de la musculatura del cuello, que le permite un dominio de los movimientos de cabeza que son los que dirigen a las diferentes posturas corporales.

También se beneficia la musculatura de hombros y brazos brindando estabilidad, firmeza, seguridad en su apoyo y agilidad en los movimientos de desplazamiento, arrastre y ‘reptado’ (el desplazamiento que realiza el bebé, similar al movimiento de una “lagartija”; aún no eleva el tronco para colocarse en posición de gateo, pero es capaz de alternar los movimientos de manos y piernas para poder desplazarse movilizándose de un lado a otro, siendo esta actividad el primer desplazamiento del ser humano). Esta práctica lo ayudará a integrar el gateo de forma sencilla porque simplemente es el siguiente paso motor.

No existe un “bebé que no gatee”, simplemente tenemos un bebé que no fue colocado de pancita en la primera etapa de su desarrollo, y por lo tanto si se lo coloca en esta posición cuando es más grande, el bebé rechaza la postura, llora y simplemente no gatea.

El gateo es el movimiento de coordinación gruesa por excelencia, por esta razón es muy importante su estimulación y facilitación.

La otra gran ventaja del gateo es que proporciona reacciones ideales de defensa corporal y equilibrio, estas maduran de manera adecuada y se convierten en automáticas. El bebé está capacitado para poner los bracitos en el suelo rápidamente cuando va a caer en la etapa de aprendizaje de la marcha.

Ingrid Maldonado Burgos/
Fisioterapeuta Infantil/
ymagos@gmail.com

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