martes, 8 de diciembre de 2015

Ignacio Vera Rada, poeta y estudiante de Comunicación e Historia “Recojo los cánones antiguos (de la poesía) y los reivindico”

A los 12 años, Ignacio Vera Rada empezó a escribir poemas. Hoy, nueve años después, publica su primer poemario y planea incursionar también en el cuento y el ensayo.
Vera tiene 21 años, nació en La Paz el 1 de septiembre de 1994 y salió bachiller del colegio La Salle. En la actualidad, el joven estudia Comunicación Social y Ciencias Políticas en la UCB, Historia en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y en la Alianza Francesa. Además, es miembro permanente de la Sociedad Científica de Historia de la UMSA.

El poemario lleva el nombre Mocedades y se presentará mañana, a las 19:00, en el Paraninfo (bloque D, pisto 5) de la Universidad Católica Boliviana San Pablo-UCB (Av. 14 de septiembre, 4807 esq. calle 2 de Obrajes). Con la presencia de Norma Campos y Regina Portocarrero Tamayo, nieta de Franz Tamayo.
En su casa y rodeado de sus reliquias, un libro firmado por Fernando Diez de Medina y Tristán Marof y una obra que perteneció a Franz Tamayo, el joven escritor conversó con Página Siete sobre la experiencia de escribir y publicar sus poemas.

¿Cómo ha sido el proceso de creación del libro Mocedades?
Comencé a escribir el libro en 2012, cuando estaba en la promoción de mi colegio. Leyendo poesía modernista es de donde recojo todos los cánones y las enseñanzas de los poetas modernistas. Franz Tamayo, Ricardo Jaimes Freyre y Rubén Darío, fundamentalmente, es la trilogía que me ha embrujado y encantado.

¿Por qué ha elegido esta corriente poética?
No me adscribo a la poesía contemporánea porque la encuentro demasiado "libertina”. No usa reglas poéticas, no tiene métrica ni rima ni acentuación debida en los versos. Es por eso que en los 16 poemas que presento en el libro, y escribí entre principios de 2014 hasta septiembre de 2015, uso rima y métrica. También arcaísmos y latinismos, es decir, palabras derivadas directamente del latín, del griego y del sánscrito, principalmente.
Recojo los cánones antiguos y los reivindico, no es que quiera imponer un movimiento o una escuela literaria, pero quisiera que se vuelva a apreciar todo lo que se ha ido olvidando con el paso del tiempo.

¿Cuáles son las temáticas que aborda en el poemario?
Tengo cuatro pilares fundamentales que son Dios, la historia, el amor y la muerte. Pienso que, como decía (Gustavo Adolfo) Bécquer, las dos fuentes principales de la poesía son la mujer y Dios.

¿Cómo se inicia en el mundo de las letras?
Vengo de una familia de tradición por la escritura y la lectura. Mi bisabuelo fue cónsul de Bolivia en Chile, en los primeros años del siglo XX. Mi otro bisabuelo fue dramaturgo y por azares de la vida nunca llegó publicar sus escritos. Mi abuelo fue presidente de la Corte de Justicia de La Paz. Mi tío, por línea paterna, era Guillermo Riveros Tejada, ministro de Víctor Paz Estenssoro, poeta y escritor; vivió gran parte de su vida en Colombia y fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura por la Academia de la Lengua Colombiana, de la que él fue su presidente. Finalmente, mi padre viene corrigiendo y preparando su primera novela.
Mi amor por la poesía se remonta a 2008, cuando tenía 13 años y comencé a leer a Virgilio, Homero, (Johann Wolfgang von) Goethe y (William) Shakespeare, es decir, arte clásico y romanticismo.

¿Cómo ha cambiado su forma de escribir desde entonces?
En realidad, comienzo a escribir en diciembre de 2011. Eran poemas que, fundamentalmente, tenían que ver con el amor. Creo que un escritor se va haciendo en el camino y tiene que ir intentando, acicateando su pluma. Al comparar un poema que escribí en 2011, ha cambiado demasiado.

¿Qué le motivó a publicar el libro en este momento?
Creo que estas cosas se llevan en la sangre. A veces puede parecer prematuro que a los 21 años quiera sacar un libro, porque me topé con personas que me dijeron que tenía que seguir ensayando, que tal vez cambiaría como escribo, pero pienso que es una decisión personal, de pensar cuándo está madura mi pluma, y encontré que este es el momento.

¿Por qué no estudió literatura?
También me lo he preguntado muchas veces y llegué a la conclusión de que cuando uno estudia Letras es para ser crítico, saber redactar y también para poder crear narrativa y poesía. Pero no pienso que uno tenga que estudiar literatura para poder crear.

¿Cuáles son sus próximos proyectos literarios?
Mi maestro es Franz Tamayo, mi plan es escribir un libro sobre él, una interpretación sobre su obra máxima, La Prometheida. Me gusta también el cuento y quisiera escribir un ensayo sobre la realidad sociológica boliviana.

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