domingo, 13 de octubre de 2013

PALABRAS PARA EL POETA OCTAVIO CAMPERO ECHAZU.



Poema del renombrado poeta salteño Manuel J. Castilla en su libro “triste de la lluvia”, publicado el año 1997, leído por primera vez en Jujuy.

Octavio, aquí en mi mesa, traído por las manos de
Delia, tu mujer
bebo el vino de tus viñas y siento el aroma húmedo
de la greda del río San Juan del Oro que tu
escuchabas fecundar en silencio.

Es como la piel traslúcida de una castaña, ese vino.
En su reposo mira la pupila del doncel abstraído
del otoño.

Vuelvo a tenerte a lado tocando el pálido contorno
de tu sombra.
Te veo de nuevo entre los patios y sus mandarinos
demorarte,
y dejar tus piedades sobre la demasiada pena de
los santos
igual que un ala de agua rozándole apenas ojos y
pelo umbrosos.

Eso de paso, Octavio, porque ya estás andando
entre arena y mollares,
mirando como escribe “Rosalinda” el platero en el
aro de un anillo soltero.

Y se viene la pascua en amancayas doblándose en
rocíos
Y ya asoma su cuello altísimo la caña
y las zagalas ruedan en la rueda y en ella estás
danzando como un estambre al viento.

Voy contigo y mi lengua siente la harina de tu pan
de mujer.
Después entramos juntos a la música.
Por ella vas tocando fugitivos arcos iris.
Vuelvo a Tarija entonces. Donde yaces estalla en
flor un tarco
y regresa celeste tu ceniza.

Rescatado en la Biblioteca del Ing. José Paz, por la Academia del Folclore de Tarija,
gentileza del poeta Gabriel “Bigote” Calderón.

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