El impacto del descubrimiento, conquista y colonización de América por España en la literatura escrita y el libro en español en los territorios hispanoamericanos, abrió hoy en Panamá los debates del VI Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE).
El tema fue objeto de una ponencia presentada por el catedrático y secretario general de la Universidad de Panamá, Miguel Ángel Candanedo, en la apertura de los debates de la más alta cita del idioma español que reúne a académicos, escritores y expertos del habla hispana.
El Congreso, que tiene lugar en el Centro de Convenciones Atlapa, en la capital panameña, fue inaugurado por el Príncipe de Asturias y el presidente del país anfitrión, Ricardo Martínelli.
Durante la actividad se analizarán en diferentes paneles los más amplias y variadas cuestiones relacionadas con el libro, debatidos por expertos de la comunidad hispanohablante y representantes de la asociación de las 22 academias de la Lengua Española.
Candanedo hizo un repaso y aportó reflexiones sobre lo que dijo fueron los "avatares del libro en los territorios hispanoamericanos y su periplo hacia las tierras orientales una vez se produjo el avistamiento del Pacífico" por Vasco Núñez de Balboa, en 1513.
El académico recordó que previo a la empresa pionera de Cristóbal Colón, estuvieron aquellas obras escritas que echaron mano de la imaginación y el mito para vislumbrar una ruta a la tierra de la especiería, luego de que los turcos otomanos, al tomar Constantinopla, suprimieran el libre tránsito de Occidente a Oriente y viceversa.
"Podríamos hablar -indicó- de una primera fase en la cual el mito y las fantasías descubridoras antecedieran a las experiencias pioneras de quienes durante las últimas décadas del siglo XV se aventuraran a conquistar las procelosas aguas del Atlántico".
Luego estuvieron los cuadernos de bitácora y los diarios de viajes de Colón y otros capitanes expedicionarios, agregó.
Estos cuadernos de bitácora se distinguían por realismo "cuasi pedestre", con una "rica información sobre las experiencias cotidianas de cada empresa descubridora", explicó.
Candanedo consideró que por ello la consulta de los cuadernos de bitácora y de los diarios de navegación "constituyeron una parte importante de las producciones literarias de la época".
Mencionó especialmente los textos narrativos de los cronistas que tenían una calidad literaria muy disímil, vinculado con los niveles de formación académica de los cronistas.
Se trataba de personas "virtualmente analfabetos" en su mayoría, "hasta los pocos que ostentaban una formación académica excelente, según los requerimientos de las época", detalló.
Empero, aclaró que "las habilidades narrativas de unos y otros no están únicamente determinadas por sus niveles de escolaridad o de formación intelectual".
Estas crónicas, además, tienen su valor como fuente de conocimiento sobre diversos temas y asuntos, como repartimientos, mayorazgos y encomiendas; características de la evangelización; actividades de explotación económica, entre otras, explicó.
En concreto, si hay que preguntarse por la suerte del libro entre el Atlántico y el Pacífico, hay que distinguir entre la impresión de obras literarias realizadas "aquende al Atlántico", con un "cierto retardo y exigüidad de los tirajes de ediciones impresas en los virreinatos de México, Perú y Santo Domingo", dijo Candanedo.
Por el contrario, señaló, lo cierto es que los argumentos y temas abordados en una pluralidad de obras son los temas relativos a las expediciones de descubrimientos, conquistas y colonización".
"Qué no decir -expresó- de las excelencias literarias del Inca Garcilaso (o) del estilo poético incomparable de Sor Juana Inés de la Cruz", enfatizó.
Añadió que ello nos habla "del libro que encontró en nuestra América una renovación profunda de temáticas, nuevas cosas que decir y nuevas formas de decirlo. Qué suerte, que buena suerte la de "el libro entre el Atlántico y el Pacífico".
En el Congreso de la Lengua, académicos, escritores y profesores repasarán hasta el próximo miércoles el presente y el futuro del libro, la tecnología digital, la industria editorial y la educación.
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