lunes, 7 de octubre de 2013

Las principales obras de consulta ‘Para recomendar a mis estudiantes colegas y amigos’



Estos no son mis libros favoritos, los que puedo saborear con cucharilla (como los cuentos de Homero Carvalho, los delirios culinarios de Ramón Rocha Monroy o los ensayos de Walter Sánchez), como una mermelada exquisita. Son quizás los libros que he consultado con frecuencia o que he visto por conveniente recomendar a mis estudiantes, colegas o amigos por servir a entender la compleja y barroca realidad de este país.

El Diccionario Histórico de Bolivia, de Josep Barnadas (Sucre, 2001): Conocido como el DHB, con la B de Barnadas más que de Bolivia, resulta ser una herramienta de trabajo fundamental para conocer mejor a algunos personajes de nuestra historia. Además, como diccionario, no solo trata de personas sino de lugares, de obras (por ejemplo, publicaciones claves) o de algunos conceptos. No están todos, desde luego, lo que provoca completarlo.

Los Informes de Desarrollo Humano y su colección de Cuadernos del futuro siempre han constituido una mina de oro para los investigadores, con datos y bibliografía actualizada, así como tratamiento de especialistas en torno a temáticas específicas y de actualidad. Un claro ejemplo de ello ha sido la publicación de El estado del Estado (La Paz, 2007).

Los libros publicados por el PIEB, que presentan investigaciones bolivianas sobre un amplio abanico de temas, son casi siempre fascinantes. Abarcan diversidad de disciplinas pero confieso que los que más me interesaron fueron las síntesis en torno a cuestiones políticas, sean nacionales o locales. Un ejemplo: Perfiles de la protesta, de John Crabtree (La Paz, 2005).

De la misma manera, a falta de un libro, quisiera destacar una colección: la ScriptaAutóchtona – Historia indígena de las tierras bajas, dirigida por Isabelle Combes y Roberto Tomichá, publicada por el Instituto de Misionología de la UCB. Ya van, desde 2009, diez títulos que presentan un panorama increíblemente serio y documentado sobre el tema. Son valiosos, entretenidos y amenos.

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