domingo, 22 de julio de 2012

Risas macabras, experiencias siniestras

Este 16 de julio fue el estreno mundial de El caballero de la noche asciende, película que cierra una trilogía sobre Batman. La novela gráfica La broma asesina inspiró particularmente al director de la saga.

En 1988 se publicó La broma asesina (The killing joke, que también es traducida en distintas ediciones como La broma macabra o La broma mortal). Escrita por el inmenso Alan Moore y dibujada por Brian Bolland, esta novela gráfica de cincuenta páginas reinventó la figura de Batman y de su archienemigo el Joker. Allá por 1989, Tim Burton, al realizar la adaptación cinematográfica de Batman, decía que éste era su libro de cómic preferido. En esta misma línea, Cristopher Nolan, el director de la trilogía del superhéroe que en pocos días llegará a su fin, se inspiró en el Joker de La broma asesina para influenciar al personaje de El caballero de la noche. Nolan le dio una copia de esta novela gráfica a Heath Ledger para que pudiera encarnar este personaje cinematográfico, que a la postre se ha constituido como uno de los más importantes de los últimos años.
POLOS OPUESTOS. La novela gráfica empieza con el encuentro de Batman y el Joker en el Asilo Arkaham, donde este último está encerrado. El caballero de la noche le explica que ha ido a hablar, porque tarde o temprano terminarán matándose. Pero todo se complica ya que Batman se da cuenta que habla con un impostor y que el verdadero Joker a huido. El libro, entonces, desentrañará dos historias. La del pasado del Joker y su origen como tal, por un lado, y su objetivo actual, por otro: demostrar que cualquier persona que pase un mal día puede volverse loca. Las tensiones en la novela, entonces, se moverán entre dos polos: la ley, acompañada de la lucidez, y el mal, que se une a la locura. En este libro vemos a un Joker despiadado, que extrema sus métodos para probar un punto. De aquí viene la seducción de su imagen. Las fechorías que realiza no van dirigidas a cosas banales: dinero, poder político, drogas, etc. Lo que él busca es, de alguna manera, algo más metafísico, algo que se relaciona con el interior de cada ser humano.
LOS DEMONIOS INTERNOS. Varios destinos de personajes clásicos cambian para siempre con esta novela. Es también por esto que La broma asesina se instala como uno de los cómics más recordados y leídos. Alejándose de un inocente conocimiento sobre el bien y el mal, Moore no sólo extrema la violencia con la que el Joker actúa, sino que nos revela esa delgada línea que divide estos dos polos. Otro de los grandes aciertos de la novela es no mostrar solamente al Joker como un ser desequilibrado, sino que los demás protagonistas también tienen demonios dentro que en cualquier momento pueden escapar. Lo que le sucede al comisionado Gordon y a su hija Bárbara retrata la intención del Joker de lograr de una vez por todas su cometido. Por otro lado, la figura de Batman es tenebrosa. Por momentos muy cercana a su antagonista. Hay algo oscuro en Batman que no podemos develar y es esto lo que lo hace un gran personaje, no como fuera retratado en otras ocasiones (al igual que otros superhéroes) como un ser acartonado y feliz devoto del bien. Así, el efecto psicológico de las acciones, sobre todo del Joker, es esencial para lograr una experiencia compleja, una lectura que nos mantendrá atentos y nerviosos.
Demencia. El final de la novela, que no contaré acá, termina de completar ese mundo siniestro e inquietante. Como la sonrisa del Joker, hay algo irresoluble en la historia. Moore logra construir personajes completos y paradójicos, como deberían ser los mejores personajes escritos. Los ambientes, la mitología batmaniana (no sé qué otra palabra podría usar), los secretos personales, el peso del pasado, la pérdida; todo esto se conjuga para contarnos una historia macabra y llena de reflexiones rozando con lo filosófico, además de un acercamiento a la demencia. En este sentido, La broma asesina nos muestra la mejor cara de los cómics de superhéroes, la que nos habla también de nosotros mismos, las historias complejas sin simplificar dilemas tan intrincados como la lucha del bien y del mal. Creo intuir una de las muchas razones del éxito (comercial y como películas) de la saga de Nolan sobre Batman: tomar de Moore esa complejidad en los personajes sin banalizar su búsqueda resumiéndola al dinero (lo vemos con Ra's Al Ghul, con el Joker y, esperemos, con Bane). Con La broma asesina, Moore no sólo nos ofrece una joya del cómic, sino de la literatura en general.

1940 fue el año en que apareció por primera vez el Joker como antagonista de Batman en un cómic.

En la broma asesina no sólo el joker es el desiquilibrado, sino que los demás protagonistas también tienen demonios dentro que en cualquier momento pueden escapar. La figura de Batman es tenebrosa. Por momentos muy cercana a su antagonista. Estamos ante la mejor cara de los cómics de superhéroes, la que nos habla también de nosotros mismos y nos brinda una gran historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario