domingo, 22 de julio de 2012

Realidad: tras la feria del libro, la piratería cunde y destruye

año fueron más de 100.000- vive la feria del libro de manera ejemplar, algo digno de comparación con acontecimientos culturales propios de grandes metrópolis; sin embargo, es pertinente preguntar ¿qué pasa después? ¿El fervor literario permanece o se esfuma al finalizar el evento?

Hay quienes afirman que la cultura lectora no es percibida en el medio por culpa de la piratería, que ataca directamente la oferta que brindan librerías, editoriales y escritores independientes. Es común oír que se desanima a los emprendedores de las letras y se postergan los sueños de sentar referencias locales que florezcan también hacia el mercado externo.

Por eso, el fenómeno ferial resulta digno de estudio: paradójicamente, la siempre ascendente cantidad de público desmiente la teoría, muchas veces tomada como axioma, de que “la gente no lee”. Y al mismo tiempo se refuerza la evidencia del daño que hace el mercado negro, pues el ocaso de la efervescencia literaria viene acompañado con el final del acontecimiento.

El autor cruceño Róger Otero afirma que la decadencia del mercado de los libros es causada por la piratería y asegura que el cruceño lee, pero resulta difícil combatir el mal de la vulneración del derecho de autor cuando no hay apoyo oficial contundente.

Él no duda en señalar que algunas autoridades usan la feria para vanagloriarse del potente crecimiento cultural, pero no hacen nada para combatir por el derecho de autor, cada vez más ultrajado.

Asimismo, Peter Lewy, librero cruceño, dice no entender qué sucede, no comprende cómo en una ciudad de casi dos millones de habitantes haya tan poco mercado y al mismo tiempo se organice una feria que es una maravilla.
Para el editor de El País, Ricardo Serrano, la feria del libro es un fenómeno social positivo que incita a las compras en masa, pero lamenta que las mismas sean mezquinas al margen del evento.

Según Serrano, la culpa está distribuida equitativamente entre autoridades, vendedores piratas, padres y bibliotecas públicas, que no apuestan por el equipamiento adecuado.
El problema tiene varias ramas por donde se lo puede abordar, y merece un estudio sociológico para dar con un diagnóstico acertado. Nos hemos limitado a abordar superficialmente algunas posibilidades que pueden dar paso al mismo: el mercado negro, la pobre acción del poder público local y las deficiencias del aparato de justicia boliviano, que parece no poder atender demandas sobre atropellos, que preocupan a quienes proyectan un futuro basado en seguridad para el emprendedor y justicia que abarque a todos por igual.

Vías legales

- El derecho de autor nace con la simple creación de la obra sin que sea necesario un registro, depósito o cualquier otro tipo de formalidad para obtener la protección reconocida por la presente ley.

- El Estado boliviano, mediante su ‘Ius Puniendi’ (Derecho a Penar) establece en el Código Penal (Art.362) que se sancionará pena de reclusión de entre tres meses a dos años a todo aquel que vulnere el derecho de autor.

- El Senapi y Sobodaycom (la primera estatal y la segunda civil) son instituciones encargadas de velar por el respeto al derecho de autor boliviano.

Voces

Sarah Mansilla
Directora de la cámara del libro
Hay que seguir trabajando sin quejas; todo tiene un lado positivo. En este caso, es precisamente forjar el carácter, el espíritu. Hay que sudar la camiseta. Cada autor tiene que luchar intensamente contra la piratería para que nuestras librerías no se conviertan en papelerías.

Peter Lewy
Propietario de Lewylibros
El ciudadano debe comprender que comprar libros de manera legítima es cuestión de principios, la gente debe ponerse en el lugar del otro. Lo triste del caso es que es muy fácil ser pirata, y por ende nuestro capital se estanca. No se puede vivir solo de la venta resultante de la feria.

Ricardo Serrano
Director de la editorial El País
Los casos de piratería no interesan al fiscal, ya sea humana o voluntariamente, él maneja (el fiscal) hasta 150 casos al mismo tiempo. Este tipo de demandas no progresan porque no se presiona económicamente, práctica que lamentablemente es común en este país.

Hugo Hinojosa
Abogado
Existen los instrumentos legales para garantizar derechos de propiedad intelectual. Lo que sucede es que el Estado, con sus entidades encargadas de fiscalización, no está siendo efectivo, es un desincentivo tremendo a la creatividad humana. Cada vez será más difícil combatir este mal.

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