domingo, 8 de julio de 2012

Un libro de fotografías de Guiches y Lorent, con textos de Elisabetta Andreoli, ha sido editado en el país por Plural

El libro Bolivia contemporánea —con textos de Elisabetta Andreoli y fotografías de Julie Guiches y Benoit Lorent— es resultado de un proyecto original y ambicioso. Quiere ser un libro sobre Bolivia que cumpla al mismo tiempo dos exigencias. Por una parte, que sea informativo para los extranjeros, y, por otra, que dé cuenta del momento histórico por el que atraviesa el país. A esas dos exigencias se suma otra, que de alguna manera resume y potencia las anteriores. Sus autores pretenden que sea un libro “en el que el lenguaje fotográfico, itinerario, textos y gráfica contribuyan a dar claves de lectura y posiblemente alterar miradas ya consolidadas”.

Bolivia contemporánea es un libro para extranjeros, pero no cualquier libro para extranjeros. Quiere romper los estereotipos del país “típico” y “folklórico” y mostrar la realidad “contemporánea” del país.

Para alcanzar ese objetivo, como anota Andreoli en el prólogo, lo crucial fue “¿qué mirada elegir?”, “¿qué fotografía?”. La elección para ese “retrato respetuoso de Bolivia” fue el trabajo de la francesa Julie Guiches y del belga Benoit Lorent, del Colectivo Studio Public. “Como fotógrafos —dice Andreoli— no buscan la afirmación del artista individual creando imágenes llenas de pathos para seducir al espectador: utilizan el montaje para crear y recrear artificialmente densidades urbanas que nos alertan sobre los espacios de las ciudades, sus vivencias y sus usos; crean paisajes interrogando o desafiando el imaginario colectivo; organizan ‘estudios públicos’—en oposición al ‘estudio profesional’ de fotografía, espacio interno y artificial— para retratos hechos en la calle, de forma abierta y pública”.

Con esa mirada, el libro recorre diversos espacios de la Bolivia contemporánea: El Alto, las fiestas, los mercados, Santa Cruz, la coca, el arte urbano… En cada caso, los retratos y las composiciones de los fotógrafos logran trascender lo típico y construyen una mirada más compleja y sugerente. Esta manera de mirar la realidad no parte de la pretensión ni de la “naturalidad” ni de la “veracidad” de la imagen fotográfica. Por el contrario, la “naturalidad” o la “veracidad” de las fotografías son efectos —punto de llegada no de partida— de un trabajo que en todo momento hace explícito su propósito: construir una realidad.

En términos técnicos y estéticos, la construcción de esa realidad visual de Bolivia contemporánea se apoya en un antecedente que Andreoli anota en las páginas iniciales del libro: el “plano secuencia integral” creado por el cineasta boliviano Jorge Sanjinés. “Sanjinés —dice— procuró integrar en la estructura narrativa cinematográfica los códigos y concepciones correspondientes a la cultura andina de la cual sus películas trataban: la noción de tiempo circular donde todo vuelve; la dimensión colectiva del protagonista; el paisaje que es comprendido como un personaje más”.

Las fotografías de Guiches y Lorent están imbuidas de ese espíritu que dicta que la “forma” debe ser coherente con el “contenido”. Así, revelan una dimensión original de la Bolivia contemporánea.

De Sanjinés también toma Andreoli la metáfora de lo que es para ella la Bolivia contemporánea. La autora hace referencia a la película La nación clandestina de 1989. “Veinte años después, con el levantamiento de octubre de 2003, la elección de Evo Morales a la presidencia de la República en 2006 y la nueva Constitución de 2009, la nación clandestina de Sanjinés ha tomado el centro, ocupado el poder y el Estado. El proceso político en curso no es simple, ni exento de contradicciones, avances y retrocesos. Pero el hecho es que la nación clandestina ya no es ni clandestina, ni está al margen”.

Los textos de Andreoli que acompañan las fotos y que pretenden dar cuenta del “momento histórico del país” exceden lo que es común en un libro sobre Bolivia para extranjeros, tienen mayor información y complejidad. Pero el propósito es desmedido. El riesgo está en pasar de lo típico folklórico a lo típico ideológico. Un libro para extranjeros o para turistas por su propia naturaleza está hecho de lugares comunes, no importa que los lugares comunes ahora sean otros.

En todo caso, Bolivia contemporánea es, por su concepto y sobre todo por su despliegue fotográfico y gráfico, un retrato revelador del presente.

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