domingo, 20 de septiembre de 2015

Manuela Tabera cuenta con diez años y ha leído al menos 200 libros



Con el cabello rubio ensortijado, los ojos claros y la sonrisa a flor de piel, Manuela Tabera Maymura es una niña que parece que se escapó de un cuento de hadas y ama el mundo imaginario de los libros. En una década de vida leyó al menos dos centenares de libros.

Su primer romance con éstos empezó cuando jugaba con las letras, en el kínder. Luego aprendió a leer y hace un par de años prefiere pasar las tardes en el mundo de las páginas, aunque tampoco es reacia a matar algunas horas con los amigos de colegio.

Hace poco tiempo su mamá Vania le regaló una tableta; sin embargo, ella cuenta que prefiere leer en papel. Le gustan los teléfonos celulares (aunque ella no tiene un aparato propio) y en especial los juegos como Poe (un dibujo que interactúa con su propietario). Pero nada se compara con una historia en papel. La obra que más le gusta es La portada mágica, de Isabel Mesa de Inchauste, su escritora boliviana preferida. “Me gusta cómo se mezcla la historia de Potosí con la ficción”, explica.

Si su romance inició al aprender a leer, fue el año pasado que se decantó definitivamente por la literatura. Explica que en su colegio le dieron a leer un texto y al finalizarlo tuvo que intercambiarlo con algún amigo de su curso. Al final, acabó leyendo los 80 libros de sus compañeros.

Este año pasa lo mismo, aunque también lee obras por su cuenta. Hoy se encuentra atrapada por La Odisea y, con su voz pausada y delgada, le gusta relatar las aventuras de Ulises. “Lo interesante de aquí es que hay personajes de la mitología, además de dioses y héroes valientes”.

Tan enganchada está con los libros, que a veces lee uno al día, generalmente de la editorial Barco de Vapor. “Empecé con la Serie Blanca”, dice. Se trata de una colección de historias para quienes están aprendiendo a leer. Es decir, niños de seis años.

Si esto es una escuela, yo soy un tigre es otro de sus libros preferidos y es justamente del Barco de Vapor. “Cuenta las aventuras de un niño que va a ir a la escuela por primera vez”, refiere Manuela. En tanto que el libro Nadie quiere jugar conmigo narra las desventuras de un castor solitario.

Contra todo pronóstico, la materia preferida de Manuela es matemáticas. Explica que le encantan los números, aunque nada se compara con aquellas historias que se encuentran escondidas en los libros y que ella va descubriendo.

Un futuro prometedor e indeciso

EleccionesManuela se emociona con todas las profesiones. En determinado momento quiso ser escritora y ahora está ansiosa por convertirse en periodista. Claro, cuando sea grande.

DecisiónPor lo menos por unos días tiene definido su futuro. Dice que desea ser veterinaria.

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