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“Sus pinturas son apologías del gozo, de la vida y de la maravilla de la naturaleza; son un deleite del color y de la infinita posibilidad de combinar formas y temas al margen de la posibilidad real”. Así, Pedro Querejazu, define la obra de la artista boliviana Gilka Wara Libermann en un libro/arte que fue presentado en el espacio Simón I. Patiño.
El auspicio de la obra –cuya producción demandó más de tres años– estuvo a cargo de BISA Seguros y Reaseguros. Su Vicepresidente Ejecutivo, Alejandro MacLean explicó que la compañía respalda el proyecto que permite recrear y dejar testimonio de la ‘inocencia mágica’ en la vida y obra de Gilka Wara en un libro de lujo para provecho de las actuales y futuras generaciones que aman el arte y la cultura boliviana”.
La artista
Tiene cuatro nombres, Ángela Ximena GilkaWara; dos apellidos, Libermann Cruz; más de cuatro décadas de pasión por el arte y 30 años de artista profesional. El libro/arte de más de 300 páginas lleva como título “A vuelo de pájaro” y fue sistematizado por el historiador y crítico de arte Pedro Querejazu Leytón.
Al hablar de su arte, Gilka Wara (estrella de la mañana en aymara) señala que “todas esas expresiones de una niñez llena de episodios cambiantes, tristes y alegres; viajes, caminos de mar y de tierra y la apacible tranquilidad del área rural, crearon en mí la necesidad del dibujo y la pintura”.
La pintura
“Observaba la vida en función de colores, líneas y símbolos. Todo era como una representación de teatro donde era necesario congelar las cosas sobre un papel lleno de garabatos. Así nació en mí un lenguaje que comenzó a expresarse en dibujos y sueños”, explica la artista.
Querejazu asegura que el arte de Gilka corresponde a una visión de mundo positiva, alegre, optimista y reflexiva; llena de contenidos, buscando afirmaciones y propuestas.
“Sus pinturas son apologías del gozo, de la vida y de la maravilla de la naturaleza; son un deleite del color y de la infinita posibilidad de combinar formas y temas al margen de la posibilidad real. Son visiones de la realidad a través de la ingenuidad primigenia que cada ser humano tiene”, retrata Querejazu.
La naturaleza
“Mi pintura es una puerta abierta a la naturaleza viva y con personajes que existen y que están también arrancados de un sueño; personajes deslumbrantes, con los ojos abiertos mirando el mundo y el más allá. La luna arrulla para dar cabida a los sueños eternos donde hay comunión entre hadas, aves, vírgenes y dioses que prodigan amor”, dice Gilka.
La temática
Según su biógrafo, la temática abordada por la artista oscila entre las remembranzas de experiencias personales de infancia donde muestra pedazos de su propia vida, de testimonios y visiones de otros.
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