domingo, 13 de octubre de 2013

Un sorprendente relato de los hechos de 1959 Únzaga de la Vega en la obra histórica de Ricardo Sanjinés

En la noche del 19 de abril de 1959, después de una jornada revolucionaria con un centenar de muertos, el cuerpo sin vida del jefe del alzamiento armado, Oscar Únzaga de la Vega, yacía en una camilla del Hospital General. Tras la autopsia, se estableció que cometió suicidio, pero tenía la cabeza destrozada por dos impactos de bala, como si se hubiese disparado en las sienes con ambas manos. El misterio era inexplicable, mucho más si el finado conservaba el resto de un cigarrillo entre los dedos índice y medio de la extremidad derecha.

El rumor de un asesinato político mortificó al presidente Hernán Siles Zuazo, jaqueado por una aguda crisis económica, una COB (Central Obrera Boliviana) enguerrillada, la lucha interna en el MNR entre las facciones de Paz Estenssoro y Guevara Arze y la actividad subversiva de FSB liderada por Únzaga, a quien seguían ciegamente los universitarios, los estudiantes de secundaria y sus profesores, siendo a su vez sometidos a la brutal persecución de milicianos y Control Político.

Este breve relato constituye una pequeña muestra de la investigación realizada en torno a un líder que murió manteniendo un ideal que no pudo plasmarse en la historia política boliviana. Se trata de la obra histórico - literaria: “Únzaga – La Voz de los Inocentes”, un libro que recoge el contexto biográfico del líder falangista, desde su nacimiento en 1916, su temprana orfandad en medio de la Guerra del Chaco, su debut como profesor a los 15 años, su acendrada vocación periodística y la fundación de su partido, Falange Socialista Boliviana (FSB), en Santiago de Chile al influjo de las ideas de Jacques Maritain.

El libro del escritor y periodista, Ricardo Sanjinés Ávila, devela la tensión internacional de los años 40, por efecto de la Segunda Guerra Mundial, cuando los nuevos partidos políticos, el Partido Obrero Revolucionario (POR, trotskista) fundado en 1936, Falange Socialista Boliviana (FSB, social-cristiana) fundada en 1937, el Partido de Izquierda Revolucionaria (PIR, pro-soviético), fundado en 1940 y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR, nacionalsocialista), fundado en 1941.

Los cuatro, surgidos tras la Guerra del Chaco, proyectaron una revolución que “entregue tierra, derechos y dignidad a los indios”, buscando al mismo tiempo el control estatal del petróleo y los recursos mineros. Sus líderes disputaron la vanguardia de esa revolución, que sólo se podía concretar en alianza con los militares que habían formado una fuerza política secreta, Razón de Patria (Radepa, de esencia fascista).

El libro detalla la primera victoria revolucionaria que llevó al poder al Mayor Gualberto Villarroel en 1943, con Radepa, FSB y el MNR, episodio que concluyó dramáticamente, cuando una alianza de partidos conservadores y comunistas colgaron al Presidente Villarroel.

Sanjinés Ávila relata la lucha de Únzaga de la Vega y Siles Zuazo contra la vieja oligarquía liberal-republicana, empero distanciándose aquel 9 de abril de 1952. El nuevo gobierno revolucionario, con sus grandes conquistas sociales y las debilidades de quienes condujeron ese proceso, derivó en un Estado modernizador pero fuertemente centralista, con un partido dispuesto a gobernar sin límite en el tiempo.

1 comentario:

  1. Los felicito por la nota. Siempre es una buena noticia saber que se publica un nuevo libro, sobre todo si es de historia.Una pena que no se mencione la editorial. De esa forma seria mas facil de buscarlo y adquirirlo.

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