martes, 15 de octubre de 2013

Reeditan libro sobre el primer poeta

Néstor Taboada Terán entregó ayer la segunda edición de “Juan Wallparrimachi Mayta, primer poeta del Mundo Nuevo”.

Se trata de la publicación número 128 del prolífico escritor que lanzó la primera edición de esa obra en marzo de este año.

En el acto celebrado en la Gobernación, Taboada Terán destacó la identidad del poeta que murió a los 21 años en Carreras, en la batalla contra la colonia española. Sólo después de su deceso se descubrieron sus poesías, todas en quechua.

Se rescataron once composiciones. Se presume que muchas otras se perdieron en las batallas.

La poesía más famosa y sentida es “El llanto de mi madre” que fue interpretada ayer por estudiantes de la Unidad Educativa Juan Crisóstomo Carrillo.

Wallparrimachi tradujo al quechua la proclama de Tiwanaku, del comandante Juan José Castelli.

Taboada Terán manifestó su orgullo por ahondar en las raíces de Bolivia. “Wallparrimachi era un indio puro que decidió escribir sólo en quechua, consecuente con su lucha anticolonialista”, aseveró. El director de OPINIÓN, Federico Sabat, afirmó que la obra rescata la historia, quizá oculta hasta ahora, sobre una faceta humana que es difícil encontrarla, principalmente en escenarios adversos como resultaron los de la Guerra de la Independencia.

Wallparrimachi Mayta es un indio recogido de niño por el esposo guerrillero de Juana Azurduy de Padilla. Educado y convertido en guerrillero de la Independencia, murió en su condición de Teniente de Honderos. Su muerte lo descubre como poeta. El guerrero y el poeta. El que no renuncia a su liberación y por el contrario esgrime como arma la honda, que se convierte en mortal porque su convicción le da, la fiereza que en los momentos de la guerra, a muchos convierte en héroes, cuando existen las causas más sagradas, como son la libertad y la dignidad de los seres humanos.

La honda y la piedra que penetra el acero invasor, pero que transcurrida la batalla, devuelve la ternura a ese su “desafortunado corazón” del cual habla en uno de sus poemas Wallparrimachi. Poemas que dicen de su entorno, de sus cerros, de sus campos, de su amor, de su madre, poemas que, como escribe Taboada Terán, le permitían a él y a los combatientes de la independencia reírse a carcajadas en la cara de la muerte.

Este libro recupera no solamente la historia y la trae, a la memoria de mucha gente que tal vez no comprendería el heroísmo de miles de hombres y mujeres indígenas que lucharon contra el invasor español, sino que ahora, cuando nuevas luchas libertarias se desarrollan día a día para darle en justicia la dignidad y la inclusión de lo indígena en la vida del país, adquiere en la prosa de Taboada Terán, amena pero rigurosa, documentada y escrita con galanura, un aire fresco, una especie de oasis al que se debe acudir obligatoriamente para entender la opresión y la libertad lograda con sacrificio y miles de vidas, perdidas en los anales de la historia.

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