sábado, 17 de mayo de 2014

Guerra del Chaco. Una obra para repensar la historia del conflicto bélico

Cuando enseñan la historia de la Guerra del Chaco en la secundaria, los profesores normalistas en Ciencias Sociales enfatizan, según mi experiencia de estudiante y mis recuerdos, en cuatro aspectos: la Guerra del Chaco fue cruenta, el territorio en el que se desarrolló estaba deshabitado, "no hubo vencedores ni vencidos" y permitió el surgimiento de una clase intelectual que repensó al país en términos de un estado-nación moderno.

Mala guerra. Los indígenas en la Guerra del Chaco (1932-1935) es un libro que compila artículos de historiadores y antropólogos, la mayoría extranjeros, que han adoptado una perspectiva nueva para los estudios sobre la Guerra del Chaco. Su enfoque cuestiona al de la mayoría de los historiadores y antropólogos del siglo XX, que escribieron sobre este conflicto centrando su atención en los aspectos militares y diplomáticos de la guerra.

En efecto, leyendo este libro, los profesores de Ciencias Sociales de los colegios podrán replantear la enseñanza que brindan de la Guerra del Chaco, especialmente en el segundo punto mencionado arriba: la idea, equivocada, de que el territorio en disputa estaba deshabitado.

Eso es algo de lo que este libro hace, con solvencia de datos, fuentes y razones. La zona del Chaco no estaba vacía de gente entre 1932 y 1935. El libro reivindica así a las ciencias de la historia y la antropología porque corrige lo que muchos historiadores y de antropólogos escribieron durante más de sesenta años, dando a entender que ese espacio estaba deshabitado. Reivindica también a los miles de indígenas que, a decir de los autores, fueron "transparentados" en la historiación "blanqueada" del conflicto, a pesar de que, en realidad, participaron y sufrieron las consecuencias del mismo.

Pero si eso es algo de lo que hace este libro, hay más. Mala guerra pone en evidencia algo que los anteriores historiadores y antropólogos obviaron: la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia esconde otra guerra pre y posguerra, que es la de la colonización blanca de ese territorio, para arrancárselo a los indígenas y dárselo a los inversionistas, especialmente a los hacendados.

Es factible, por tanto, decir que la publicación de este libro es un acto moral. Son valientes cientistas sociales sus autores: Nicolás Richard (compilador), Luc Capdevila, Isabelle Combes, Rodrigo Villagra, Ernesto Unruh, Hannes Kalisch, Lorena Córdoba, José Braunstein, Miguel Fritz, Bárbara Schuchard, Jurgen Riester, Federico Bossert, Diego Villar, Eric Langer, Edgardo J. Cordeu, Volker von Bremen, María de Fátima Costa y José Zanardini

Cuestionamientos
Es importante decir que el artículo que resume la esencia del libro es el primero: Los indígenas en la Guerra del Chaco. Historia de una ausencia y antropología de un olvido, cuyos autores son Luc Capdevila, Isabelle Combes y Nicolas Richard. Ellos hacen un repaso, crítico, de cada uno de los historiadores y antropólogos que dijeron algo o no dijeron algo o lo dijeron mal sobre los indígenas en la guerra. Son reiterativos en destacar que estos aparecen muy poco en los archivos históricos y, cuando lo hacen, son mostrados como "elementos del cuadro ecológico del Chaco" y no como actores del conflicto. Cuestionan también que los relatos históricos y antropológicos hayan obviado casi totalmente el tema de la anterioridad indígena en esos territorios.

Lo interesante, aunque no por eso disculpan a sus colegas del siglo XX, es que advierten que muchos de los documentos militares y médicos existentes de la época y que luego sirvieron de fuente a los estudiosos presentan el mismo problema: los indígenas no son nombrados o son apenas nombrados en las listas y en los reportes oficiales. El lector percibe, entonces, que hubo complicidad entre el aparato estatal, los militares, los hacendados, los misioneros y los historiadores y antropólogos para invisibilizar a los indígenas antes, durante y después de la guerra. Ellos quedaron escondidos detrás la pantalla nacionalista que se creó alrededor de los relatos sobre la guerra.

Contando en detalle las historias de José Iyambae, Casiano Barrientos y Bonifacio Arigui, Bossert, Combes y Villar dejan claro que las migraciones chiriguanas a Argentina durante el siglo XX no se pueden explicar exclusivamente en función de la Guerra del Chaco. Las disputas de poder entre etnias y las tensiones internas dentro de una misma etnia también explican los movimientos migratorios, que tanto cambiaron el mapa étnico del Chaco en apenas una centuria. Dicen que "si por un lado es cierto que para los chané de Bolivia y Argentina la Guerra del Chaco fue un problema de ‘blancos’, producto de causas ignotas, no es menos cierto que se incorporó a las dinámicas propias y pronto se volvió un asunto de ‘indios’" porque lo que hizo la guerra fue reforzar dinámicas sociales prexistentes

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