jueves, 15 de mayo de 2014

Biblioteca Casto Rojas y su aporte a la investigación económico social del país

La biblioteca registra una alta afluencia de usuarios, atendiendo más de 100 mil servicios en cada una de las dos gestiones pasadas.

Bustamante es bibliotecóloga y jefa del Departamento de Biblioteca del Banco Central.

El Banco Central de Bolivia (BCB), interesado en facilitar y difundir las obras económicas y financieras nacionales y extrajeras para apoyar la investigación que genera nuevos conocimientos en este campo, abrió al público en general las puertas de la Biblioteca Casto Rojas el año 1939.

Fue hasta 1941 que el repositorio adoptó el nombre de Casto Rojas, entonces presidente del BCB. Rojas fue periodista, abogado y poseedor de estudios en finanzas y economía. Ocupó altos cargos a lo largo de su carrera, hasta que en 1941 fue designado presidente del ente emisor durante la gestión gubernamental de Enrique Peñaranda.

Desde entonces, la biblioteca fue reuniendo materiales, entre los que se destacan dos grandes colecciones, compradas a Enrique Finot y Moisés Alcázar, además de acopiar y resguardar una gran riqueza bibliográfica especializada en el área económica y financiera. Gracias a esto, su aporte a la investigación económica y por ende al desarrollo científico se constata en la generación de nuevos conocimientos, los mismos que se plasman en diversas publicaciones tanto impresas como electrónicas, a partir de la producción de libros, revistas, artículos, ensayos, etc., las que son consultadas por estudiosos e investigadores para la obtención de información y nuevos aportes al conocimiento científico y financiero del país.

De esta forma, la biblioteca logra cumplir su función social, cultural y educativa para la que fue creada mediante la generación de nuevos conocimientos que se difunden a toda la comunidad boliviana y al público en general, a través de la realización de actividades culturales varias, como visitas guiadas de estudiantes de colegios, universidades e investigadores; conferencias en temas económicos; participación en ferias y otros haceres que se realizan año tras año.

La Biblioteca Casto Rojas es un caso paradójico. Es común leer que las bibliotecas se están quedando vacías y sin usuarios, señalando a internet como la principal causa, pero esto no ocurre con este repositorio. En los dos últimos años, el espacio registró un incremento de usuarios, quedando la sala de lectura pequeña, pese a tener la capacidad de acoger hasta 80 usuarios por día, ya que actualmente la biblioteca presta servicios de información hasta un total de 150 clientes internos y externos por día. Las estadísticas indican que en 2012 los servicios atendidos alcanzaron un total de 104.000, mientras que en 2013 este número se incrementó a 125.000.

Otro de los factores que influye en este crecimiento es la actualización constante de las colecciones, así como la atención personalizada y las relaciones públicas del personal, que presta los servicios en forma oportuna, con calidad y calidez.

La introducción de las nuevas tecnologías de la información al mundo bibliotecario originó cambios en el rol de las bibliotecas especializadas, y la Casto Rojas no fue la excepción, ya que actualmente difunde la información económica financiera a través del portal web del BCB, mediante la cual toda persona, desde cualquier lugar del mundo, puede acceder a ella libremente para consulta de las bases de datos de libros y revistas, convirtiendo así a este espacio en una biblioteca virtual.

Cabe destacar que el decenio que se inicio en 1995 marcó una senda importante en la evolución de la actividad cultural del BCB gracias al nacimiento de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, con personalidad jurídica y patrimonio propio, financiado por el banco, institución que tiene por objeto mantener, proteger, conservar, promocionar, administrar y difundir los bienes culturales y arquitectónicos de los siguientes repositorios nacionales: Casa Nacional de Moneda (Potosí), Casa de la Libertad (Sucre), Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (Sucre), Museo Nacional de Etnografía y Folklore (La Paz), Museo Nacional de Arte (La Paz) y el Centro Cultural Santa Cruz (Santa Cruz).

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