José Pepe Luque, artista boliviano: “La revista Cascabel era como bálsamo para el pueblo”

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Doña Racacha, Emeneregildo y Calabicho son algunos de los personajes que cobraron vida a través del lápiz de José Pepe Luque. El dibujante, quien dirigió durante la década del 60 Cascabel, la primera revista de cómic boliviano, regresa al país luego de 27 años para participar en el Festival Internacional de Historietas Viñetas con Altura.

“Hice unas caricaturas que no le gustaron al general Juan José Torres, entonces presidente, y por ello tuve que salir exiliado en 1971 hacia Perú”, recordó el ilustrador y acuarelista boliviano en una conversación con Página Siete.

Luque, quien hoy radica en Ecuador, regresó al país tras 27 años para darle el último adiós a su madre, quien falleció hace un mes. Sin embargo, ya en Bolivia quiso aprovechar su estadía para reunir al equipo con el que editaba la revista Cascabel.

“Éramos un grupo de jóvenes soñadores y aventureros de la historieta. A veces nos alegrábamos sólo de ver publicado nuestro trabajo”, comentó.

Para lograr su cometido, Luque tuvo como cómplice al equipo de Viñetas con Altura, que le ayudó a contactar a los ilustradores que, junto a él, retrataron desde el humor episodios políticos de la historia del país.

La reunión tan esperada por este ilustrador y acuarelista será hoy, a las 18:30, en el Centro Cultural de España en La Paz. En el encuentro, los dibujantes hablarán del cómic que se producía para la revista y compartirán sus experiencias con los historietistas del país.

-¿Qué recuerda de su paso por la revista Cascabel?

- Yo fui el director y fundador de la revista en 1961, que es cuando empezamos a salir. Publicamos hasta 1971. Entonces era difícil hacer historieta. No teníamos a mano la tecnología que hoy tienen los dibujantes. La computadora lógicamente alivia mucho el trabajo. Teníamos un sistema de impresión diferente, que está muy lejos de lo que ahora son las impresiones. La revista fue considerada como uno de los hitos del periodismo nacional.

-¿Cómo se organizaba la edición de la revista?

- Estábamos poco organizados. Yo los reunía para tomar notas y ver cómo estaba la política. Analizábamos el problema político y social del país porque la revista llegaba a abarcar todas esas esferas, pero con humor. En ese tiempo nuestro pueblo estaba bastante amargado con todos los acontecimientos que pasaban y la revista era como un bálsamo.

-¿Qué causó su exilio?

-Ya en esa época había ese divisionismo entre oriente y occidente en el país. Yo hice unas caricaturas que interpretaron como ofensivas para la mujer cruceña y por eso me exiliaron.

-¿A qué se dedicó durante su exilio?

- Me fui a Lima y trabajé en el diario Crónica, que en un momento reunió a los mejores periodistas de Latinoamérica, que en esa época también eran exiliados.

Yo había perdido aquí todo a causa del exilio. No teníamos dónde vivir y tuve que vender un terreno que tenía. Años más tarde me invitaron a dirigir el departamento de arte de una importante agencia de publicidad en Ecuador y acepté el desafío, porque luego de ocho años en Perú no tenía nada en Bolivia. Allí me especialicé en acuarela y he estado viviendo y hasta estos días sobrevivo con la pintura y la ilustración.

-¿Cómo ve la historieta hoy?

- Me parece fabuloso que organicen estos festivales, en los que participan tanto bolivianos como extranjeros. Alguien dijo que la lectura del futuro ya no se dará en los libros, sino en la historieta y yo estoy de acuerdo.

La gente ya no lee y pienso que pronto las publicaciones tendrán que usar mucho más gráficos para poder hacer liviana la lectura.

Biografía Nació en Oruro, en 1937. Es dibujante y caricaturista. Trabajó en el diario La Patria, de Oruro. En 1961 fundó la revista Cascabel, en La Paz.


Premios Fue reconocido por el Congreso ecuatoriano por su aporte a la cultura de ese país. Además, ganó el primer premio en la segunda bienal de acuarela de Ecuador.