martes, 5 de agosto de 2014

La novela Metal del Diablo retrata la vida del famoso Rey del Estaño

"¿La diosa es de oro, es de plata o es de estaño?, es de la tierra, con 75% de estaño”, se lee en un capítulo de la novela Metal del Diablo, del célebre escritor boliviano Augusto Céspedes, quien a través de este libro pretendió reflejar la vida del rey del estaño, Simón I. Patiño.
Zenón Omonte es el personaje principal de Metal del Diablo, quien nació en Karasa, un pequeño pueblo de Cochabamba, cuyo primer encuentro con los minerales se remonta a su adolescencia.
Rigoberto Rengel, en Oruro, le dio una buena propina a Zenón, después de que éste encontrase a "la mula de oro se cayó al río”, debido a que el animal llevaba libras esterlinas. Él fue criado por su tío, cura del pueblo, quien jamás reveló su parentesco, pues el hermano del cura era el padre de Zenón. Cuando falleció el religioso, pasó al cuidado de otro de sus tíos, Nicasio Morató, quien lo llevó a Cochabamba.
En la obra sale a relucir que Zenón al convertirse en un hombre cometió algunos delitos, por lo que huyó de Cochabamba y fue a Pulacayo, lugar en el que conoció a dos de sus colaboradores más cercanos, Lorenzo Estada y Francisco Tajuara, quienes le pusieron al tanto sobre la actividad minera.
Omonte se casó con Antonia Centeno, sobrina de un conocido, y con el tiempo ya tenían dos hijos varones y el dinero no era suficiente. Conoció a Francisco Huachipondo, quien deseaba vender su mina porque encontró un muerto en el socavón, lo que era mal presagio.
Tras varios días de búsqueda, Omonte contrató a Francisco Tajuara con el objeto de encontrar plata, sin éxito. Hubo una explosión en la mina, Zenón temió lo peor, sin embargo, se encontró con un Tajuara ileso. "El indio Cisco Tajuara ha cortado la veta de estaño más rica del mundo”, según la obra.
A partir de ese momento la vida de Zenón Omonte y su familia cambia favorablemente, adquiere posesión de minas como La Providencia, Montecristo, Azul y la anglo-chilena. Con el dinero ganado por la venta de estaño hace construir casas en Oruro y Cochabamba; viaja al exterior, donde realiza más negocios debido al inicio de la Primera Guerra Mundial. Incrementa sus ingresos y compra más concesiones mineras, no sólo en Bolivia sino también de Malasia, Holanda y otros países.
Desde el exterior, el Rey del Estaño maneja la política boliviana, a través de diversos profesionales. Hace que el Congreso apruebe normas a favor de la actividad minera, cambia presidentes y ministros por medio de la corrupción. Simultáneamente hace que su familia reciba la mejor educación y casa a dos de sus hijos con miembros de la nobleza europea, mientras que otro de sus hijos es atendido por médicos especialistas, porque tiene sífilis hereditaria.
El libro describe a Omonte como un hombre de rasgos indígenas bien definidos, su piel de color cobrizo, regordete y el lenguaje aymara bien arraigado. "Si me quieren hablar, pues que sea en español”, dijo el gran industrial, que jamás pudo aprender idiomas extranjeros.
El poder que tenía era incalculable, pagó los lujos más ostentosos de la época, también a las meretrices más caras, pero no fue así con los mineros. "Mil, mil, mil, todos me quieren sacar plata”, decía.
Sus allegados en Bolivia "apaciguaron” las protestas de los mineros, quienes fueron acribillados por los militares, por órdenes del presidente de la época. Este incidente antecedió al declive del estaño, que se vivió en la Segunda Guerra Mundial. Ni el título de ministro plenipotenciario de Bolivia o el poder del dinero pudieron hacer que Omonte y su esposa pudiesen evadir los maltratos de la guerra. Llegaron a Estados Unidos y el Rey del Estaño falleció.
En la obra, Céspedes utiliza un lenguaje rebuscado, "impropio” para su época, con amplia descripción. Fue catalogado como el boliviano de mala suerte por la revista norteamericana Times, porque escribió sus libros antes de que los novelistas latinoamericanos se pusieran de moda.
La primera edición del libro es de 1946, cuya imagen de la tapa fue elaborada por el artista boliviano Alandia Pantoja, personificando al Rey del Estaño.
"En el campus exclusivo del colegio Inglés Católico de La Paz, las niñas con uniforme azul marino, cantaron y danzaron alrededor de una fogata”, afirma Times; era una quema de libros entre los que se encontraba Metal del Diablo.



HOJA DE VIDA :Nació en 1903, en Cochabamba. Falleció en 1997, en La Paz. Fue escritor, historiador, político, diplomático y periodista.
Obras Publicó Trópico enamorado (1968); Las dos queridas del tirano (1984) y otros.

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