Nació en Cochabamba en 1854. Falleció en 1928
"Tengo sueño, quiero dormir”, fueron las últimas palabras que pronunció la escritora Adela Zamudio, el 2 junio de 1928, cuando una afección pulmonar causó su muerte. De esa forma terminó su paso por esta tierra la vate cochabambina, quien supo conjugar de una manera sin igual sus ideales con la escritura.
Nació el 11 de octubre de 1854 en Cochabamba. Pasó su niñez en Corocoro, donde su padre trabajó como ingeniero de minas. Aprendió a leer y escribir a muy corta edad. Su primer escrito conocido data de 1868 (un poema dedicado a una poeta no vidente).
Algo que signó su vida fue la estrechez económica. La primera crisis que vivió fue en 1870, cuando su familia perdió la finca donde vivían en Corani, debido a que fracasó un negocio que su padre emprendió. Años después, en 1925, tras retirarse de la enseñanza pasó necesidades debido a la tardanza de los trámites de su jubilación.
Pero más allá de aquello, Zamudio es una mujer que marcó a fuego a la sociedad boliviana. Supo difundir sus ideales a través de artículos, poemas, cuentos y novelas... Es catalogada como la escritora "más importante de nuestra historia”, cuya vida no estuvo exenta, claro, de polémicas. Más de uno de sus escritos causaron revuelo en la sociedad conservadora que le tocó vivir.
Al inicio de su trayectoria difundió sus poemas y escritos a través de folletos. No obstante, con los años publicó hasta en el extranjero. En 1887, Ensayos Poéticos -su primer libro de poemas- se editó en Buenos Aires; Ráfagas, otro libro de versos, alcanzó luz en París en 1914.
Es considerada precursora del pensamiento feminista. El estudioso de su obra Leonardo García Pabón detectó que "todo” en ella gravita en torno a la mujer y a la defensa de sus prerrogativas. "Su feminismo es, pues, el sello determinante de su obra”, concluyó.
Ello se ve por ejemplo en su poema Nacer hombre, que en uno de sus versos sobre elecciones y la traba de las mujeres para sufragar, dice: "Una mujer superior/ En elecciones no vota / Y vota el pillo peor. (Permitidme que me asombre)/ Con tal que aprenda a firmar/ Puede votar un idiota /¡Porque es hombre!
Fue maestra y llegó a ser hasta directora. En 1899 pasó a formar parte de la escuela San Alberto. Seis años después (1905) la nombraron directora de la Escuela Fiscal de Señoritas, y en 1906 fundó la Escuela Fiscal de Niñas Escuela Cobija.
En 1913 publicó su única novela, Íntimas, una obra que ella la definió como exclusiva para el público femenino. "Es un cuentecito para mujeres, inspirado en confidencias de almas femeninas, tímidas y delicadas”, le escribió a un amigo.
Entre los escritos suyos que generaron polémica está el poema Quo Vadis? (publicado en 1903 ), que es una crítica al Vaticano, que generó que sectores conservadores la ataquen. "Allí está Pedro/El pescador que un día/ Predicó la pobreza y la humildad/ Cubierto de lujosa pedrería/ Ostenta su poder y majestad”, dice uno de los versos.
Desde 1979, en su honor, cada 11 de octubre se celebra el Día de la Mujer Boliviana, pero en el aire, hoy, resuena el poema que tituló Mi epitafio, sin siquiera pensar que sería la mejor forma de evocarla. "Lloradme ausente, pero no perdida”, dice el final.
Pablo Peralta, periodista.
Manuel Vargas Escritor
He leído todos los cuentos y algunas de las novelas de Adela Zamudio y sé de las polémicas que tuvo en su tiempo con la Iglesia Católica, por eso sé que en su tiempo hizo algo que no era costumbre o no estaba permitido a la mujeres. A través de la letras criticó a la sociedad de su tiempo para defender los derechos de la mujer. Fue una mujer distinta porque no estaba conforme con su rol, por eso fue rebelde y disconforme. Adela sembró la rebeldía y la creatividad de la mujer boliviana.
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