Asistir al tiempo, / entregar al mar/ el centro/ de nuestra memoria” (Asistir al tiempo, 1975). Esos versos definen la vida y obra de una de las más grandes voces de la literatura boliviana.
Poeta, ensayista y narradora, Blanca Wiethüchter "fue una escritora... Ésa fue su experiencia y ése su destino: la vida entregada a la escritura”, definió Rubén Vargas en el homenaje titulado Blanca.
Nacida en La Paz en 1947, estudió Literatura en la UMSA, Ciencias de la Educación en la Sorbona y realizó una Maestría en Literatura Latinoamericana en la Universidad de París. Fue además docente e incansable impulsora de proyectos.
Su primer poemario, Asistir al tiempo, fue prologado por Jaime Saenz, quien escribió: "Blanca Wiethüchter pertenece a una nueva generación que irrumpe bajo el signo de la autenticidad. /.../ Cantar a la ciudad es cantar a todo cuanto la ciudad implica. Tal el canto en la poesía de Blanca. Pues en medio del enigma de la ciudad profunda; en medio de un vago sentimiento inexpresable, de júbilo y de tiniebla, siempre nos preguntamos qué será la ciudad – cómo será la ciudad”. Publicó diez libros de poesía entre ellos: Asistir al tiempo (1975), Travesía (1978), Madera viva y árbol difunto (1982), Territorial (1983), El verde no es un color (1992), El rigor de la llama (1994) e Ítaca (2002). Además, los ensayos: Memoria solicitada (1989), Pérez Alcalá, o los melancólicos senderos del tiempo (1997) y dirigió el estudio Hacia una historia crítica de la literatura en Bolivia (2002). Falleció en octubre de 2004 en Cochabamba.
Liliana Carrillo, periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario