miércoles, 14 de mayo de 2014

Roberto Navia gana Premio de Crónica Periodística

La emoción lo dejó sin palabras, la noticia lo encontró en uno de los tantos viajes a donde lo ha llevado el periodismo, ese oficio que le ha dado tantas satisfacciones y que lo ha convertido en uno de los referentes del género entre la nueva generación de los que se dedican a esta labor. Roberto Navia Gabriel se encontraba en pleno Chaco, trabajando en un reportaje, cuando se enteró de que es el ganador del primer Premio de Crónica Periodística Pedro Rivero Mercado.

“Este premio es un regalo de Dios, del cielo y de mi familia. Es un honor, además, que hubiera nacido de una iniciativa de don Pedro Rivero Mercado, un ser enorme y un gran periodista”, expresó Navia.

Tribus de la inquisición lleva por título la crónica de 6.000 palabras (presentada con el seudónimo Patente de corso), con la que Navia participó junto a más de medio centenar de trabajos que fueron enviados a este concurso, organizado por el Diario Mayor EL DEBER y la Fundación Pedro y Rosa.

El texto aborda un tema delicado y muy actual: la justicia comunitaria. El escenario es Ivirgarzama (trópico cochabambino) y los personajes son las víctimas de los linchamientos, que en la zona parecen algo tan común, como las frías estadísticas que hablan de 13 ciudadanos ajusticiados desde 2005 hasta septiembre de 2013. “Los linchamientos siempre me han motivado a escribir una crónica. El tema es un reflejo de la barbarie humana en pleno siglo XXI, la cual se está dando en nuestras narices y en la de los jueces y fiscales. Es un acto tan inhumano, como también es no hacer nada para evitarlo”, expresó el autor.

El jurado

El fallo fue dado a conocer ayer por el jurado, integrado por el periodista y escritor argentino Martín Caparrós, el escritor cochabambino Edmundo Paz Soldán y la académica Claudia Bowles, quienes otorgaron dos menciones a La reina de los hornos, de Nathalie Iriarte y La Paiva, negocio de mujercitas, de Luzgardo Murúa.

Caparrós ponderó a Tribus de la inquisición como “una buena crónica, bien reporteada y bien contada”, mientras que Paz Soldán destacó como elemento en común de los relatos el tema de la ley y sus reconfiguraciones. Esta coincidencia fue resaltada por Claudia Bowles en el sentido de percibir a la escritura, como un vehículo para verbalizar, cual voz colectiva, el silencio del sujeto que no puede hacer escuchar su voz

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