viernes, 15 de junio de 2012

Pese a las bajas ventas, los libreros sostienen la tradición

Luis Echeverría cumplió ayer 63 años como vendedor de libros de la ex calle Huarina. “En los últimos dos, la venta de libros ha sido escasa”, dijo. Al igual que él, otros 57 comercializadores de libros están afectados por las bajas ventas.

Desde los 70 estos vendedores han sido el alma de la hoy desaparecida calle Huarina, donde nació la tradición de la compra y venta de libros usados en la ciudad de La Paz. Hace dos años y medio estos comerciantes, organizados en la Asociación de Libreros Mariscal Santa Cruz, fueron reubicados en la planta baja del nuevo mercado Lanza.

Nimia Maydana, quien heredó el oficio de vender libros de su padre, cuenta que desde la reubicación sus ventas bajaron a más de la mitad. “Antes, por día sacábamos unos 400 bolivianos y hoy sólo llegamos máximo hasta 150. A pesar de eso tratamos de mantener la tradición de comprar y vender libros, aunque cada día la demanda sea escasa”.

El filósofo e investigador Jesús Taborga explicó que visitar a los libreros del ex pasaje Huarina siempre fue una tradición de los paceños. “Hace varias décadas éste era un punto de encuentro de amigos. Entre compañeros de colegio y universidad veníamos a dar una vuelta para comprar libros e incluso intercambiar”.

Esta costumbre comienza a perderse. Al igual que Maydana y Echeverría, la mayoría de los libreros se queja y argumenta que su actual ubicación es uno de los motivos de las escasas visitas de compradores, ya que la gente no se anima a ir hasta el lugar. “Cuando estábamos en la calle Huarina teníamos buena demanda porque el público compraba al paso, estábamos más cerca de los clientes y ellos podían ver nuestros libros y se animaban a adquirirlos”, explicó Fluctuoso Aguilar, presidente la Asociación de Libreros Mariscal Santa Cruz.

Otro de los problemas que provoca la poca venta de libros también se debe a la competencia desleal, pues los vendedores han visto comerciantes de libros piratas cerca del mercado Lanza. “El municipio se comprometió a controlar la venta de libros en las calles cercanas a nuestros puestos, pero este control no ha sido efectivo”, indicó Aguilar.

Rodeado de miles de libros, Max Torres, quien está en el rubro hace 51 años, reveló que mantiene su negocio gracias a clientes exclusivos, como investigadores, historiadores, literatos, entre otros intelectuales. “Por mi puesto han pasado personalidades. He tenido clientes como el papá del ex presidente Carlos Mesa, el arqueólogo Carlos Ponce Sanjinés y el historiador Edgar Oblitas Fernández, y otros”, recordó.

A pesar de la poca venta, Torres todavía rescata libros usados. “Es una tradición que no se pierde, los más viejos aún vamos a las casas a comprar textos, discos y revistas. Tengo clientes que venían desde niños y ahora son doctores. Ellos me cuentan que con las obras que me compraron armaron sus bibliotecas”, dijo.

Al igual que Torres, Echeverría aseguró que no se anima a comercializar libros nuevos o piratas en su puesto porque todavía considera que hay gente que valora un libro original, pese a que éste haya sido ya usado.

No te olvides
Protector solar est omnis divisa in partes tres, quarum unam incolunt.



Testimonios
Nimia MaydanaVendedoraMuchas personalidades e intelectuales vienen a comprar libros usados. Los clientes más potenciales son los historiadores. Recuerdo que el papá del ex presidente Carlos Mesa venía muy frecuentemente a escoger libros e incluso discos. Los estudiantes también venían a vender sus libros cuando era fin de año y terminaban el colegio, pero ahora eso ha cambiado, creo que ya no compran libros.

Max Torres VendedorDe los fundadores de la ex calle Huarina quedamos vivos cinco. La venta de libros comenzó hace unos 60 años, primero vendíamos en pequeños anaqueles cerca de la iglesia San Francisco. Luego, el alcalde Raúl Salmón nos reubicó y nos llevó a la avenida Montes. Cuando se inauguró la ex calle Huarina nosotros estrenamos nuestros anaqueles. En esa época éramos el único lugar en La Paz donde se vendían libros usados.

Jesús taborga InvestigadorVisito a los libreros del ex pasaje Huarina desde muy joven. En estos puestos uno se puede encontrar cosas maravillosas, joyas literarias y libros de investigación que uno puede encontrar en una librería, además a precios accesibles. Generalmente vengo a buscar textos acerca de filosofía y muchas veces he conseguido obras que en las librerías uno no puede encontrar porque no ya no las venden o ya no se editan.

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