lunes, 18 de junio de 2012

Diccionarios, Muerte y resurrección

Desde hace ya algunos años empezaron a desaparecer de los escritorios, mesas de estudio y de las bibliotecas caseras. Gordos o delgados, grandes o chicos, en un solo libro o en varios, los diccionarios impresos en papel son una especie en extinción.

El advenimiento de la era digital ha determinado que la busqueda del significado de las palabras ahora sea más ágil a través de las páginas electrónicas o programas de computadoras, lo que ha relegado a los diccionarios de antaño.

Pero nada de nostalgía ni actas de defunción, porque lo único que ha cambiado ha sido el soporte y no su contenido, advierte Mario Frías, vicedirector de la Academia Boliviana de la Lengua, que considera que ambos formatos pueden convivir juntos y lo seguirán haciendo por mucho tiempo.

“En general los diccionarios nacen y mueren, porque tienen una vigencia de cinco a diez años, luego de ese tiempo se debe hacer una nueva edición. Por ejemplo, el de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) se lo revisa cada cierto periodo, porque la lengua va cambiando y es necesario incluir y excluir palabras”, explica Frías, que recuerda que desde hace ya varios años la edición impresa de la RAE viene con su versión digital. “Es una versión más completa que la de papel, porque si uno busca la palabra paragua, además del significado, la versión digital te contextualiza su uso y viene con otras explicaciones”, comenta el académico.

“Hay los de zoología, botánica, sicoanálisis, etc. Son miles, porque cada profesión y oficio tiene su propio léxico. Cualquier temática que uno se imagine tiene su propio diccionario. Yo tengo uno de insultos con 20.000 palabras”, dice Luis Alberto Roca, que además de siquiatra, pedagogo y etimologista es un aficionado a los diccionarios. Actualmente tiene una colección de más de 200. No los colecciono por cantidad, solo los que me gusta usar. Me han distraído mucho la vida”, confiesa Roca, que empezó a coleccionarlos desde muy joven. “En mi casa había pocos libros, pero no faltaba un buen diccionario. Mi padre me dijo una vez: ‘Como no hay mucho para leer en nuestra estantería te aconsejo que leas el diccionario de la A a la Z’, y le hice caso. A partir de allí empecé a reunirlos”.

Pero, si bien Roca atesora sus diccionarios, no tiene reparos en utilizar aquellos a los que se puede acceder por la Internet. Gracias a un diccionario de Qimbundo (idioma que se habla en Angola) asegura haber encontrado el origen de la palabra camba, la que incluirá en un diccionario etimológico del habla cruceña que actualmente está preparando.
En la Biblioteca Municipal existe una gran cantidad de diccionarios, pero, sin duda, el que más se destaca es el diccionario enciclopédico Espasa Calpe, que con más de un centenar de volúmenes ocupa dos estantes completos. El diccionario con más de un siglo de existencia es el más completo en lengua española y para su centenario en 2005 sacó su primera versión digital en un DVD con 160.000 entradas, 10.000 ilustraciones y 1.500 documentos temáticos, además de archivos de video, sonido y animaciones en 3D. Sin embargo, no tiene una versión la Internet para consulta.

“A mediados de los años 90 los diccionarios, especialmente el Pequeño Larousse, era uno de los más consultados por los escolares. En la actualidad son cada vez menos los que los consultan. Tal vez se los esté utilizando más en el aula, pero creo que se confía demasiado en las enciclopedias que hay en la Internet como Wikipedia en la que cualquier persona puede subir el significado de palabras y datos que no son validados. Ese es un grave riesgo de estos diccionarios”, dice William Rojas, director de la Biblioteca Municipal.

Sin duda uno de los diccionarios más utilizado en toda hispanoamérica ha sido el Pequeño Larousse, del que este año se cumplen 100 años de su primera edición en Español. Se debe al gramático y lexicógrafo francés Pierre Larousse su nombre, y si bien no existe una versión de este diccionario para consultar en la Internet sí existen aplicaciones de otros Larousse para el teléfono móvil Iphone y las tabletas electrónicas I- pad a los que se le puede introducir la palabra que busca de manera manual o mediante la cámara fotográfica integrada al dispositivo móvil.

“El ser humano no deja que nada desaparezca y el diccionario sobrevivirá como hasta ahora lo ha hecho. Las palabras, como los seres vivos, nacen, crecen, se reproducen y mueren y el diccionario es una fuente de vida, pero con el tiempo se convierte en cementerio”, advierte Roca, que considera que todavía hay muchos diccionarios por hacer y los más urgentes son uno con definiciones de fútbol y un diccionario de diccionarios. Una labor que espera alguien tenga los ánimos de llevar a cabo.

Curiosidades de los diccionarios


Los primeros
Se le adjudica al rey asirio Assubanipal (que gobernó en el siglo VII antes de Cristo), la primera reunión de palabras en forma de diccionario. El monarca hizo colocar en unas tablillas vocablos que eran utilizados en Mesopotamia. Mientras que en el siglo III antes de Cristo, el filósofo griego Apolonio organizó un listado de palabras que Homero utilizó en la Iliada y la Odisea. El libro se llamó Lexicón. En el siglo XVII Sebastián de Covarrubias publicó el Tesoro de la lengua castellana o española, primer diccionario con información histórica sobre las palabras de la época. Un siglo después se publicó el primer diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española. (fuente sepiensa.org.mx)

La rae prepara nuevo diccionario
Las academias de la lengua española actualmente trabajan de manera conjunta en la nueva edición del diccionario de la Real Academia Española, que saldrá en 2014. Mario Frías indicó que el nuevo diccionario tendrá una diagramacion más moderna, tendrá más colores y explicaciones de cierta composición de las palabras, como prefijos, subjfijos y definiciones mejoradas. También comentó que se está incorporando una buena cantidad de americanismos que no estaban en el diccionario y también bolivianismos como alasita ch’aqui y otras palabras de diferentes regiones del país.

Versiones on Line
Son muchos los sitios en la Internet que ofrecen diccionarios, pero lo difícil es saber en cuáles confiar. Lamentablemente muchas personas recurren a Wikipedia, pero en esta enciclopedia cualquier persona puede subir definiciones y no es validada por los especialistas. En cambio el de la Real Academia Española (RAE) tiene el aval adecuado y usted encuentra el significado de una palabra en otro diccionario on line. Se recomienda que lo compare o valide con este. La dirección es http://www.rae.es

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