domingo, 10 de junio de 2012

ARCHIVOS HISTóRICOS MILITARES Memorias de guerra ocultas

La Academia de Historia Boliviana, filial Cochabamba, cuenta con una amplia y selecta biblioteca militar. Ahora, poco a poco, empieza a revelar algunas de las crónicas de las guerras que vivió Bolivia y cómo fueron las acciones que se adoptaron en el momento y por qué lo hicieron así.

Apenas se abren las puertas de un antiguo gabinete de madera, ubicado en uno de los rincones estratégicos de la oficina de Relaciones Públicas de la Academia Boliviana de Historia, filial Cochabamba, el olfato percibe un suave pero penetrante aroma a papel viejo; una mezcla de tinta con humedad.

Y no es para menos puesto que este único, -pero invalorable librero-, conserva alrededor de 301 libros, entre los que existen documentos importantes acerca de periodos importantes de la Guerra del Chaco.

“Todos nuestros ejemplares llegaron como donación; nuestros mayores benefactores son los militares retirados, -o sus viudas-, quienes comprendieron la importancia de estos documentos para el enriquecimiento de la historia de las nuevas generaciones”, asegura Lucy Pórcel Ángulo, encargada de la biblioteca, mapoteca y hemeroteca de esta academia.

Poco a poco Pórcel saca algunos ejemplares del estante y los coloca sobre el escritorio, siempre con sumo cuidado y con mucho celo profesional; es evidente que el objetivo de esta acción es demostrar el valor histórico de los mismos.

Las antiguas portadas, -con aspecto frágil, descoloridas e incluso algunas reempastadas-, son una invitación para leer los libros; siempre y cuando la bibliotecaria así lo permita y es que algunos ejemplares ya no están en condiciones de ser manipulados sin precaución y cuidado.
Crónica de su creación

El Cnl. Germán Rodríguez, jefe de Relaciones Públicas de la Academia de Historia Boliviana, filial Cochabamba, afirma que la central se encuentra en la ciudad de La Paz y que fue creada por Decreto Supremo 17469. “El objetivo de la creación de esta biblioteca es preservar, cuidar y recuperar la información militar que se generó en los campos de batalla”.

Cnl. Germán Rodríguez recuerda que esta filial fue creada el tres de junio 1988, -por el entonces Coronel retirado Jaime Trigo Gandarillas-, según algunos compañeros de trabajo de aquella época aseguran que el objetivo de este militar era impulsar un centro de apoyo para lo s militares que llegaban de distintos puntos del país para continuar con su formación académica.
IMPULSORES

“Pero no podía ser cualquier tipo de información, sino aquella que priorizaba los datos militares”, asegura Rodríguez.

Porcel lleva la cuenta de que el material bibliográfico que tiene bajo su responsabilidad suma un total de 919 libros; una cantidad por demás interesante, los mismos que fueron clasificados de acuerdo a la temporalidad y a los temas que tocaban, entre ellos: la creación de Bolivia, libros de la confederación Perú-Boliviana, además de la documentación de los libros de las guerras del Chaco, Acre y Pacífico, la guerrilla de Ñancahuazú; sin dejar de mencionar aquellos reglamentos militares que se conservan en dicha institución para que los militares puedan acudir para consultar.

Rodríguez asegura que la misión de este departamento, a nivel nacional desde su creación, es realizar actividades de reunión, investigación y análisis, recopilación y revisión de la información militar y cultural del país para rescatar, preservar conservar, registrar, recuperar los hechos y acciones que constituyan de valor histórico y patrimonio cultural de la historia militar de Bolivia.

“Esta información puede ser útil para permitir un asesoramiento adecuado al Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas sobre la historia militar de Bolivia, de manera que esta información les permita corregir y modificar la doctrina”, asegura Rodríguez.

La bibliotecóloga asegura que entre los materiales donados se encuentra el patrimonio literario de Celestino Pinto, -defensor de Camatindi-, Pereira Ferrufino, Roberto Querejazu Calvo, Remo Di Natale y otros historiadores que apoyaron al desarrollo de la biblioteca.

Descubriendo entre líneas

Para aquellos investigadores minuciosos que gustan de la información de primera mano, el hecho de contar con 919 ejemplares históricos a disposición es más que un golpe de buena suerte o una labor muy tediosa.

Milena Rodríguez Cejas, auxiliar de Relaciones Públicas, se convirtió en una de las investigadora más consecuente de esta sección. “A veces el trabajo se inicia por solicitud de los superiores, otras veces nace del interés personal, puesto que en algún momento de la investigación surgen datos relevantes, que luego podemos volver a tomar y partir de ellos. Aunque solo es el inicio, puesto que este trabajo se basa en la lectura y hay que leer mucho, en algunos casos libros enteros”, enfatiza Rodríguez.

Una de las labores más importantes del Departamento es el cruce de información, puesto que los informes que emiten no solo se basan en un libro sino en lo que dicen varios, además de los documentos, artículos, prensa escrita de la época; sin dejar de mencionar los enlaces de internet que podría hallar con respecto al tema.

“A veces encontramos artículos y documentos personales, son confidencias que los soldados en el campo de batalla a sus familiares”, señala Milena.
Cuidados de la información

Aunque la biblioteca mantiene abiertas las puertas para recibir a cualquier lector, el material solo puede salir de ella cuando el solicitante es militar y se encuentre desa-rrollando un tema de investigación. De otra manera la lectura es solo en sala.

Esta es una de las medidas asumidas para cuidar y preservar los ejemplares únicos que tienen. Pero a pesar de esas y otras medidas de control el tiempo pasa y los libros van envejeciendo; es así que cada empleado dona un monto de su sueldo para realizar los arreglos físicos puesto que dicha unidad es autogestionable.

De igual manera proceden cuando requieren divulgar la información, puesto que todos los eventos, campañas y todo material de información para divulgación.
Abriendo mentes

Según los trabajadores de esta filial existe un vacío muy grande en la formación cívica de la nueva generación, desde la escuela, puesto que muchos jóvenes no conocen ni saben lo que sucedió en los diferentes encuentros bélicos que tuvimos. Es por ello que anualmente la biblioteca militar organiza una gran exposición, -que cuentan con el respaldo y apoyo de la población-, en la que muestran investigaciones y fotos inéditas.

Además de mostrar algunos mapas de las contiendas bélicas, donde están marcadas las tácticas empleadas. Esto con el objetivo de motivar, “tenemos que seguir motivando a la juventud para que ellos conozcan nuestra historia y que tengan algunos detalles más de la historia”, señaló Germán Rodríguez.

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