domingo, 17 de abril de 2016

Lectura con sabor a café en la librería Gisbert


Éste es un viaje en el tiempo, piensa uno cuando ingresa al lugar, el Writer’s coffee, un pedazo de esos cafetines estilo europeo de los años 1800. La luz cambia, es tenue pero envuelve. Los ensordecedores bocinazos de los vehículos que circulan por la calle Comercio, a pasos del Palacio de Gobierno, se apagan. Una sensación de admiración llena todos los sentidos.

Un mostrador imponente, trabajado en madera maciza, exhibe una gran máquina para hacer café. Detrás, en un estante, también de madera, innumerables libros con cubiertas de cuero llaman al atención, hasta que la vista se tropieza con unas máquinas de escribir. Es evidente que son antiquísimas, igual que los textos.

Enseguida, el mobiliario roba la mirada: mesas en madera maciza rústica y sillas de estilo trabajadas en cuero y hierro impecables. Todo en medio de un ambiente de tranquilidad, envuelto en una suave música y un sutil aroma de café. Es como una isla. Emerge dentro de una de las primeras de La Paz, Gisbert, que se encuentra a pasos del centro histórico de la ciudad: la plaza Murillo.

"La ciudad de La Paz en su arquitectura y estilos tiene mucha influencia europea. Por su topografía y arquitectura se puede convertir en una pequeña Roma de Latinoamérica, por eso merece un lugar así”, afirma Boris Alarcón, representante del grupo Hierro Brother’s, que concibió e implementó el Writer’s coffee,

Boris nació en La Paz, exactamente en una casa que estaba cerca de la plaza Riosinho, en pleno casco viejo. Vivió gran parte de su niñez en la calle Comercio, donde instaló el Writer’s coffee, pero de muy joven partió a Europa para continuar sus estudios.

"Yo pasé mi niñez en estas calles. Conozco cada uno de sus rincones. Entré al Palacio de Gobierno y a muchas de esas casonas históricas. El centro de La Paz fue parte de mi vida”, cuenta.

Y regresó a su ciudad, donde decidió instalar espacios que combinen con su estilo y arquitectura heredada de siglos pasados. El Writer’s coffee es el inicio de ese reto. "La Paz se lo merece, no puede llenarse de restaurantes de comida rápida”, dice.

Todo comenzó...

La historia del Writer’s coffee comenzó a finales de 2014, cuando Boris estaba de pasó por La Paz por motivos de negocio. Paseaba por la calle donde creció, la Comercio, cuando, en la puerta de entrada de la librería Gisbert, vio un cartel que invitaba a pasar al café que estaba en el lugar. Entró y pensó cómo podía transformarlo. La idea era natural en él considerando que estudió diseño y conceptos de interiores, que luego los aplicó en Estados Unidos y varios países de Europa.

"Vi el potencial del lugar: estaba en el centro de La Paz, que para mí representa el centro cultural de la ciudad. Inmediatamente pensé en esos cafés de Europa, donde se combina el café con la lectura. El lugar era perfecto”, dice.

"Esta calle, la Comercio, es como estar en Roma. Es una calle, pero no importa, es suficiente”, añade el hombre de 44 años.

La suerte estaba echada: el café estaba en venta y Boris lo adquirió. A los días regresó a Europa para organizar la implementación del Writer’s coffee. Volvió lo más pronto que pudo para ejecutar sus planes y lograr en La Paz un café ícono de estilo europeo.

Arqueología urbana

Para armonizar con el lugar donde está instalado, una de las primeras librería de La Paz que está en pleno centro histórico, el grupo Hierro Brother’s optó por la arqueología urbana, que no es más que la tarea de reciclar o recuperar lo antiguo para darle su valor. "Hay que respetar los objetos, los muebles”, dice Boris.

Las mesas del Writer’s coffee fueron elaboradas con tablones de pisos de casas antiguas de La Paz, mientras que parte de sus sillas fueron hechas en Chicago, Estados Unidos, a principios del 1800. Fueron compradas en anticuarios y en la Feria 16 de Julio de la ciudad de El Alto.

Hierro Brother’s importó unas hermosas lámparas de New York para complementar el decorado. Boris contaba con una colección de máquinas de escribir y de libros antiquísimos que trajo de Europa para completar la obra.
"El inmobiliario tiene un gran diseño que pocos supieron valorar. Son diseños europeos que no se ven en cualquier lugar. No se trata de una colección de cosas viejas que las pusimos porque sí. Estas piezas están aquí porque el espacio las pide”, dice Boris.

Mientras cuenta cómo implementó el Writer’s coffee, vigila que los clientes sean atendidos rápidamente. Entre su clientela se distingue a muchos turistas extranjeros. Algunos se dirigen a la librería Gisbert para pedir o preguntar por un libro: mientras disfrutan de un café podrán leerlos.

Baristas, expertos en café

En el Writer’s coffee se puede encontrar una gran variedad de cafés preparados por baristas entrenados en Italia.

"Somos profesionales especializados en la preparación del café de alta calidad. Tenemos muchas técnicas con las que podemos proponer ciertas tendencias. Nosotros viajamos a Europa, Asia y otros países para ver cuáles son las tendencias y traerlas a La Paz ”, dice Danko Velarde, jefe de los baristas del Writer’s coffee.

La carta del Writer’s incluye más de una veintena de variedades de café, que se dividen en puros, con leche, fríos y gourmet. Actualmente, los más populares son el Driper V60, el Sifón y el Vietnamita. El Driper V60 es elaborado con un método de extracción que permite que, a medida que va enfriando, el café desprenda los sabores ácidos y frutales que lo caracterizan.

Danko destaca que el café que se usa es boliviano. "En Bolivia tenemos excelente producto, además la altura de La Paz ayuda mucho”, asegura.


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