Aduciendo problemas de salud y con varias observaciones al manejo administrativo de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (Fcbcb), el escritor beniano Homero Carvalho renunció esta semana a su puesto como presidente ejecutivo y aclaró que se mantendrá como consejero.
Carvalho dimite a menos de un año de haber asumido (julio de 2016), argumentando que la altura de la ciudad de La Paz le afecta demasiado.
Si bien en su trayectoria destaca una serie de logros institucionales, no es menos cierto que también pesan denuncias en contra tanto de Carvalho como de sus consejeros. Una de ellas, ocurrida en diciembre de 2014, referida a la adjudicación de un inmueble de propiedad de uno de los consejeros, destinado al funcionamiento de oficinas administrativas de la fundación.
Asimismo, tres directores de repositorios designados directamente por la fundación: Silvana Vásquez (CCP), Galo Coca (Museo de Arte de La Paz) y Juan Carlos Fernández (Archivo y Biblioteca Nacional de Bolivia) tuvieron que ser sustituidos por diferentes aspectos.
Recién se supo que la fundación paga mensualmente Bs 10.780 por los ambientes de una casa donde está la imprenta comprada en 2014 y que aún no funciona.
Carvalho manifestó que siente que hay una persecución hacia su persona.
La renuncia del poeta beniano será oficializada el 1 de mayo, según reportes seguirá como consejero de la fundación hasta que termine su periodo en septiembre de 2017.
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