lunes, 11 de abril de 2016

Decimonónicas



La novela que se pasó sin que nadie lo notara fue Claudina, porque estaba allí, cualquiera que revisase un poco más a fondo solo los libros o los catálogos de la primera mitad del siglo pasado, la hubiese rescatado. Pero, como dije, muy pocos investigan.

Su inquietud de profundizar en el estudio de la novela boliviana del siglo XIX brotó de casualidad, mientras leía un libro sobre la provincia Manuel María Caballero. Allí nació él, en el oeste del departamento de Santa Cruz, y nunca antes le habían explicado que ese nombre, el de Caballero, se debe a un escritor vallegrandino, también maestro, abogado y periodista que radicó en Sucre, fue docente en San Francisco Xavier y profesor del que sería un ilustre personaje de nuestra historia: Gabriel René Moreno.

Así el filólogo Juan Pablo Soto Jiménez, por entonces un colegial, se interesó en la literatura decimonónica. Por Caballero, autor de la novela La isla (1864). En la siguiente entrevista nos lo explica a detalle y, además, se refiere a su prolongada investigación (le tomó diez años), que cobra forma en una obra de dos tomos intitulada Ficcionalización de Bolivia. La novela / leyenda del siglo diez i nueve (1847 – 1896).

ECOS. ¿De dónde nace la idea de realizar este laborioso trabajo?
Juan Pablo Soto (JPS). Al principio por supuesto ni se me pasó por la cabeza que este trabajo terminaría con 2.500 páginas, y menos que lo que iba a investigar fuese la novela. Cuando surgió esa pizca de curiosidad fue en el colegio (2002), leyendo un libro sobre la provincia Manuel María Caballero (lugar donde nací) y descubrí allí mismo que el nombre de mi provincia se debe a un escritor cruceño del siglo XIX, autor de una novela.
Por supuesto en la escuela fue imposible dar con una copia la novela La Isla (1864) que había escrito este señor, así que tuve que esperar un par de años para dar con ella, en una biblioteca de Santa Cruz, cuando estudiaba Filología Hispánica (2004-2007).
Una vez concluida la lectura, en vez de apagarse las ansias, estas se incrementaron por lo que empecé a leer un poco más sobre la literatura del siglo XIX, más concretamente la novela, y descubrí que los manuales de literatura, cuando hablan de este siglo, se repiten.

ECOS. ¿Qué contienen los dos tomos que resultaron de tu investigación? Y por qué. ¿Por qué novelas, qué buscas con esta publicación?
JPS. En los tomos se encuentran todas las novelas/leyendas encontradas en el siglo XIX, tanto las nuevas como las que se conocen de nombre en los manuales y aquellas que efectivamente llegaron al lector. Estoy pensando en Soledad de Mitre (1847) y Memorias del último soldado de la Independencia. Cochabamba de Juan de la Rosa (1885), respetando la grafía del siglo XIX; también se encuentra un estudio sobre la novelística boliviana del siglo XIX.
Todas las novelas/leyendas cuentan con una edición anotada, es decir con pies de página. Con este trabajo se pretende que el corpus literario novelístico del siglo XIX aumente y de esa manera haya más discusión, lo que traerá consigo un descubrimiento del siglo XIX boliviano.

ECOS. Cuéntanos cómo desarrollaste tu investigación (tiempos, lugares, etc.) y hasta qué punto te dejó conforme.
JPS. La investigación propiamente dicha, desde que entré a un archivo, la realicé desde el año 2005, cuando estudiaba Filología; una vez concluidos mis estudios en Santa Cruz me trasladé a Sucre, donde por varios años investigué en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia con viajes eventuales a los Archivos de Potosí, Oruro, La Paz y Santa Cruz; de manera indirecta en los Archivos de Buenos Aires y Santiago de Chile. En estos repositorios revisé todo cuanto se hubiese publicado sobre el siglo XIX, inclusive manuscritos, es decir casi todo lo que hay del siglo decimonono.
Me interné en los Archivos y hoy recién puedo decir que aquellas ansias casi están satisfechas.

ECOS. En Sucre tuviste el apoyo del escritor y historiador Máximo Pacheco, actual responsable de la Biblioteca de la Casa de la Libertad…
JPS. Cuando llegué a Sucre conocía a muy pocas personas, casi todos los de la carrera de Historia, que es la que empecé paralelamente a la investigación. Uno de ellos fue Máximo, a quien le comenté de la investigación que estaba realizando y, una vez que concluí con la explicación, se involucró en conversaciones, en reflexiones en torno al siglo XIX, inclusive posteriormente colaboró en la investigación de manera material. Además, viví casi como dos años en su casa.

ECOS. Supongo que, para un trabajo tan valioso, alguna institución del Estado se interesó en solventar tu publicación. ¿O se trata de un esfuerzo exclusivamente privado? ¿Cómo financiaste este proyecto?
JPS. Desde el inicio fue un emprendimiento personal, y así lo desarrollé hasta donde dieron los magros recursos que enviaba un padre agricultor y una madre analfabeta. Hubo un tiempo en que Máximo también colaboró para que no cayera esta investigación y luego empecé a combinar la investigación con el trabajo, lo cual hizo que el trabajo vaya lento; pero al final avancé, siempre con un esfuerzo personal/privado. Se puede decir que es un esfuerzo netamente privado, financiado con el hambre de un estudiante y la ayuda de padres y amigos.

ECOS. En un artículo comentaste que hasta el siglo pasado se reconoció la existencia de una veintena de novelas decimonónicas, destacando siempre Juan de la Rosa. ¿Cuántas encontraste tú, qué descubriste o qué te deslumbró en particular? ¿Y por qué crees que a nivel de público y de crítica ha sobresalido, por sobre las demás, la obra de Nataniel Aguirre?
JPS. En realidad, por los estudiosos del siglo XIX se sabía de la existencia de nueve novelas de esa época. Ya para el siglo pasado y este se conocían 23 novelas; el resto (de las 56 que él encontró), totalmente desconocidas, o por lo menos eso parece.
El hecho de que Memorias del último soldado… sea conocida es paradójicamente por el desconocimiento de este otro corpus que sale a la luz tras esta investigación. Es decir, porque los críticos no hicieron una investigación en los archivos, sino simplemente en los manuales y otros libros; no llegaron al Archivo a investigar. Entonces, como estaba más a mano esta novela se estudió, se editó, reeditó, reimprimió y todo lo que conocemos hasta ahora sobre este libro.

ECOS. ¿Las leíste todas?
JPS. Leí todas las novelas/leyendas y no una sola vez sino por lo menos cinco veces o más tal vez, primero, para determinar si eran o no textos que podrían ingresar a la investigación; luego, la transcripción de cada una de ellas, y finalmente la corrección de por lo menos tres borradores. (La más corta tiene 28 páginas y la más larga, 380).

ECOS. ¿Cuál es, según tu criterio y si lo hay, el rasgo distintivo de la novela decimonónica en Bolivia? ¿Alguna te interesó en especial? ¿Hay entre estas novelas alguna que se traspapeló injustamente en la memoria de los críticos o se pasó por alto sin que nadie lo notara?
JPS. Un rasgo que marca, en el caso boliviano, es el afán de dar a conocer de una u otra manera que en Bolivia se dio el Primer Grito Libertario de América, ya sea en Sucre o en La Paz; en muchas de las novelas/leyendas se encuentra está intención o rasgo boliviano.
Una de las novelas que me interesó fue Alcides y Góngora o los condenados al ostracismo, por retratar de una manera tan natural a la ciudad de Sucre, su vida citadina cotidiana y, a partir de ciertos acontecimientos, el autor nos lleva a conocer la ciudad de Santa Cruz, y la parte de Moxos, y por supuesto la política de ese siglo con una frescura sorprendente.
La novela que se pasó sin que nadie lo notara fue Claudina, porque estaba allí, cualquiera que revisase un poco más a fondo solo los libros o los catálogos de la primera mitad del siglo pasado, la hubiese rescatado. Pero, como dije, muy pocos investigan.

ECOS. ¿Cuál es el tiraje de esta primera edición, el costo y dónde se la puede comprar?
JPS. El tiraje de esta primera edición es de 50 ejemplares artesanales y el costo, de 600 bolivianos. Ya pasó la preventa a mediados de marzo cuando el costo era de Bs 500, por la reciprocidad que implicaba esta venta entre el lector y el investigador por dar a conocer esta obra. Se lo puede comprar contactándose conmigo al correo sotojpablo@hotmail.com o llamando al celular 70075258.
Al ser un esfuerzo privado, el tiraje es reducido y el costo elevado. Pero es así cómo las editoriales y las instituciones culturales arrinconan a los investigadores sin ninguna ligazón política o de algún círculo que detente alguna institución cultural; ese es el camino por el cual circulan los investigadores independientes.

ECOS. ¿Tienes previstas presentaciones en Sucre y Potosí?
JPS. El 30 de marzo la presenté en Cochabamba, en La Paz posiblemente sea este mes de abril y en Sucre y Potosí, también por confirmar, en mayo.

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