En su tiempo libre, el sacerdote jesuita Luis Espinal Camps, asesinado por la dictadura en marzo de 1980, convertía pedazos de maderas viejas en obras de arte.
Espinal utilizaba muebles destartalados y restos inservibles para tallar figuras en madera que de alguna manera reflejaban su forma de pensar, sus ideales y sus propias vivencias. Luego, el sacerdote obsequiaba las obras a sus amigos más cercanos.
Hoy, las imágenes de esos tallados hechos por Espinal salen a la luz en la nueva edición de su libro titulado Oraciones a quemarropa. La obra es una coedición de Plural Editores y la Fundación Xavier Albó.
"Es la primera vez que Plural Editores publica este libro, ya se han hecho unas siete ediciones previas. Pero es la primera vez que se incluyen, además de las oraciones, las figuras de las tallas que hizo Espinal, y un texto que es testimonio de la huelga de hambre del año 1977”, explicó José Antonio Quiroga, director de Plural Editores.
Según Quiroga, la casa editorial decidió publicar la obra de Espinal porque una de las actividades del papa Francisco es visitar el lugar donde se encontraron los restos de Espinal. "Ahora que se ha recordado la figura y la trayectoria de Espinal, queríamos poner el libro a disposición del público”, sostuvo Quiroga, y agregó que la Compañía de Jesús entregará un ejemplar del libro al papa Francisco.
Oraciones a quemarropa reúne una selección de textos en los que Espinal expresa su creencia y lucha constante ligada a su ambiente religioso, por ejemplo, Egoísmo, Adelante, Comunismo, Vida profunda, Juventud, Fragilidad, No acostumbrarse, Prudencia, Silencio de Dios y Niños abandonados, entre otros.
El sacerdote jesuita nació en febrero de 1932, en la ciudad de San Fruitós de Bagés, cerca de Manresa, España. Llegó a Bolivia como misionero de los jesuitas en 1968. Se destacó también como crítico de cine, comunicador social y radialista, en su labor pastoral en Radio Fides.
Dirigió el semanario Aquí y se caracterizó por dar voz a los más débiles. Desde su trabajo denunció injusticias y abusos de la dictadura, atendiendo a los más débiles y pobres como parte de su filosofía de vida. En marzo de 1980 fue detenido al salir del Cine 6 de Agosto, después de ver Los desalmados, cerca de las 20:30, cuando se dirigía a su hogar. Su cuerpo fue hallado al día siguiente en el camino a Chacaltaya, con marcas de tortura y balas.
Nueva edición
El libro incluye más de 30 imágenes de los tallados de Espinal. En la contratapa de la obra se reproduce la mayor de todas las esculturas, sobre su huelga de hambre. La pieza mide 153 x 70 centímetros.
En el interior del libro se reproduce también el detalle de la flor y la estrella, en medio de rostros simplemente delineados; y se incluye, además, su testimonio escrito sobre esa huelga, llamado a veces su "testamento espiritual”.
Fragmento de No acostumbrarse
Tenemos el vicio de acostumbrarnos a todo. Ya no nos indignan las villas miseria; ni la esclavitud de los siringueros; no es noticia el "apartheid”, ni los millones de muertos de hambre, cada año.
Nos acostumbramos, limamos las aristas de la realidad para que no nos hiera, y la tragamos tranquilamente.
Nos desintegramos. No es sólo el tiempo el que se nos va, es la misma cualidad de las cosas la que se herrumbra. Lo más explosivo se hace rutina y conformismo; la contradicción de la cruz es ya sólo el adorno sobre escote mundano, o la guerrera de un Hitler.
Señor, tenemos la costumbre de acostumbrarnos a todo; aún lo más hiriente se nos oxida. Quisiéramos ver siempre las cosas por primera vez; quisiéramos una sensibilidad no cauterizada, para maravillarnos y sublevarnos.
Haznos superar la enfermedad del tradicionalismo, es decir, la manía de embutir lo nuevo en paradigmas viejos. Líbranos del miedo a lo desconocido. / El mundo no puede ir adelante, a pesar de tus hijos; sino gracias a ellos. Empujemos. / Jesucristo, danos una espiritualidad de iniciativa, de riesgo, que necesite revisión y neologismos. / No queremos ver las cosas sólo desde dentro; necesitamos tener algún amigo hereje o comunista. Para ser disconforme como Tú, que fuiste crucificado por los conservadores del orden y la rutina.
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