martes, 18 de marzo de 2014

XAVIER OQUENDO “La poesía nunca estuvo de moda, pero siempre estuvo presente”

Oquendo deja notar, con inmediatez, su pasión por las letras. Él responde:

¿Qué protagonismo tiene actualmente la poesía?

El protagonismo poético ha venido surgiendo más en tiempos de tecnología y rapidez. Tratamos de usar la tecnología para reconocer a los poetas, para que en los muros de las redes sociales siempre esté un poema, un poeta, un gusto hacia la estética del arte. La poesía nunca estuvo de moda, como símbolo comercial, pero siempre estuvo presente en la cotidianidad: en la guerra, como en la paz; en el triunfo, como en la derrota; en la alegría y en el dolor. En todas partes, en todos los idiomas, en todos los conceptos: comunes o no, la poesía ha sido reconocida. Siempre hay una suerte de élite, pero esa élite es la que se recepta, gota a gota, en los lectores de poesía.

¿A qué autores contemporáneos destaca?

Los mapas de grandes autores hispanoamericanos son siempre difíciles, pero, claro, en medio de tanto gran poeta, uno debe tratar con el gusto personal más que con el canon absoluto, ya que los poetas reconocidos de nuestra lengua han llegado a ser incluso modelos de otras estéticas. La poesía mexicana es imprescindible. Uno debe leer a Paz, Lizalde, Sabines, Chumacero o al más joven Marco Antonio Campos, o más joven aun, a Mario Bojórquez. En Centroamérica, la voz de los poetas guatemaltecos: Francisco Morales Santos; en Nicaragua, la tierra del padre Darío, hay muchos grandes: Ernesto Cardenal, Coronel Utrecho, Martínez Rivas. En Venezuela, el gran Montejo y Cárdenas. En Colombia, país de grandes voces: desde Aurelio Arturo hasta vates más contemporáneos como Cobo Borda y José Luis Díaz Granados, pasando por los dadaístas y terminando en los más jóvenes: Felipe García Quintero y Federico Díaz Granados. En Perú, tierra de Vallejo: Blanca Varela y Rodolfo Hinostroza, en complicidad con las voces canónicas de Cisneros o Watanabe. En Uruguay: Courtosie y Fressia. En Chile, tierra de los poetas grandes: Omar Lara, Juan Cameron; En Argentina: Szpumberg, Escudero, Boccanera Madrazo, Bellesi, son imprescindibles. En Cuba, las potentes voces de Nancy Morejón y Víctor Rodríguez Núñez; en mi país no hay que dejar pasar a Jorge Carrera, César Davila y Jorge Enrique Adoum, toda la generación del 60 y los nuevos poetas. Y de Bolivia, imperdonable no pasar por las voces de Jaime Sáenz o de los poetas más jóvenes Gabriel Chávez, Gary Daher, Vilma Tapia o Paura Rodríguez.

¿Cómo aporta la tecnología a la difusión de la poesía?

Siempre uno debe asumir la modernidad como una herramienta. La poesía está más presente y más accesible que en otras épocas. Pero no siempre esa facilidad es lo que uno necesita para dar un sitio más importante al arte. La gente ha perdido su capacidad de asombro. Entre esa capacidad estaba buscar la poesía en medio de tanta necesidad básica, esa dificultad de asombrarse con la maravilla, que no es necesario, como comer o respirar. Pero si se trabaja bien con estos recursos, seríamos ricos en belleza y en asombro.

¿Como editor, qué características identifica a la hora de priorizar una obra?

Un poema debe conmover, debe emocionar sobre cualquier otra postura. Debe remover la capacidad de asombro que está perdida en algún baúl del consciente colectivo. Si no hay esa ‘madera’ encendida, si solo hay novelería y juego verbal, el poema es un intento que se queda en eso. Si solo uno encuentra palabras aisladas, deshumanización del poeta frente a su poema, si solo hay ese ‘truco’ de hacernos creer que el poema es una interacción con lo que no se entiende, eso no es poesía. El poema y su lector complementan el campo semántico. Si el poema es un recurso onanista, no sirve para nada. Eso es lo que busco en la poesía: que haya ese abrazo entre el poeta, el poema y el lector.

¿Qué objetivo cumplen las antologías?

Son importantísimas para la dinámica de la poesía. Sirven para que los poetas y poemas se muevan en aguas selectas y secretas. Las antologías sirven para reconocer a autores, para visibilizar nombres a los que se ha ocultado en un canon. Y sirven para hacer un canon, así como para destruirlo. En estos tiempos las antologías son primordiales. Y si son varias en los mismos campos o temáticas es mejor, porque se verá en los nombres que están y que no están, que la poesía tiene un camino que no siempre es juzgado por la crítica, como lo será por el tiempo

Protagonista

Xavier Oquendo (1972)

Autor de 13 libros

Premio ecuatoriano de poesía

Doctor en Letras y Literatura. Publicó Después de la caza (1998), Desterrado de palabra (2000, 2001), La conquista del agua (2001), Ciudad en verso (2002), Antología de nuevos poetas ecuatorianos (2002), Salvados del naufragio (1990-2005), Esto fuimos en la felicidad (2009), Antología de la poesía ecuatoriana contemporánea. De César Dávila Andrade a nuestros días (México-Ecuador, 2011), Solos (2011), Alforja de caza (México, 2012), Poetas del Ecuador, 20 del XX (México, 2012) y Piel de náufrago (Bogotá, 2012). Organiza el Festival Internacional de Poesía Paralelo Cero, encuentro que entrega un premio anual.

Programa del encuentro

Martes 18 de marzo
A trasluz de la palabra, lectura de poesía. Con Matilde Casazola, Nicomedes Suárez, Xavier Oquendo, Fernando van de Wyngard, Vilma Tapia y Mónica Velásquez. A las 19:30.

Martes 18 y viernes 21 de marzo
Taller de poesía de Xavier Oquendo, poeta y editor. Destinado al público en general. Costo: Bs 140. Espacio limitado a 30 personas. De 16:00 a 18:00.

Jueves 20 de marzo
Presentación del libro de poemas La mañana se llenará de jardineros (editorial La Hoguera), de la autoría de Gabriel Chávez Casazola (Bolivia), a las 19:30.




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