domingo, 9 de marzo de 2014

A 20 años de la muerte de gunnar mendoza

A Gunnar Mendoza se le recuerda, con sobradas razones, por su trascendental aporte a la archivística, a la organización del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB) -modélico inclusive entre los archivos nacionales del exterior-, sin olvidar su valiosa contribución a la historiografía boliviana. Aprovechando esta oportunidad, quisiera evocarlo como Maestro de los archiveros y más en concreto como formador de sus propios funcionarios.
Siendo directora del ABNB entre 2001-2011, me tocó beneficiarme de los resultados de aquella delicada función de Mendoza. En esa gestión de 10 años, valorada pública e internacionalmente, el rol jugado por el personal del maestro, junto al que ingresó posteriormente y siguió el ejemplo, fue decisivo.
Su eficiencia se revelaba en todos los aspectos de la vida institucional: su notable disciplina que hacía que todo el personal actuara como un solo cuerpo y en una misma dirección, su indiscutible profesionalidad en el trabajo de preservación y accesibilización del patrimonio documental, su relevante aplicación en la atención de los investigadores, su espíritu de iniciativa en toda acción emprendida, su capacidad para desempeñar simultáneamente más de un trabajo en respuesta a la escasez de personal, razón por la que Mendoza comparaba a sus funcionarios “con esos músicos que tienen cascabeles hasta en los pies para conformar el hombre-orquesta”.
Sobre su método de enseñanza, Gunnar Mendoza estaba convencido de que sus archiveros y bibliotecarios aprendían mejor con él diariamente, en el transcurso de los años, ejecutando los diversos trabajos bajo su atenta mirada.
A propósito, ha sido nombrada directora del ABNB una de las funcionarias de Gunnar Mendoza, Judith Terán, lo cual es muy significativo para conmemorar el centenario de su nacimiento y los 20 años de su fallecimiento que se cumplen en este 2014.

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